BAQUIANA – Año XXIII / Nº 123 – 124 / Julio – Diciembre 2022 (Poesía II)

FOTO SECCIÓN POETICA

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MATÍAS ESCALERA CORDERO 

Nació en Madrid, España (1956). Poeta, novelista y dramaturgo.  Es autor de las novelas Un mar invisible (2009), El tiempo cifrado (2014) y El sollozo del fin del mundo (en imprenta, 2023); así como de la colección de relatos Historias de este mundo (2011), y de los poemarios Grito y realidad (2008), Pero no islas (2009), Versos de invierno: para un verano sin fin (2014); Del amor: de los amos y del poder: de los esclavos (2016), Poemas del tiempo y del delirio/Poems of Time and Delirium (Edición bilingüe. Nueva York. 2019) y Recortes de un corazón herido: por la esperanza (2019). Ha sido galardonado con el premio de literatura dramática, Sala Margarita Xirgu, de Alcalá de Henares, por su obra de teatro El refugio (2009); y es autor de Memorias de un profesor malhablado (2013). Una parte de su obra ha sido traducida a diversas lenguas e incluida en numerosas antologías y obras colectivas. En su vertiente crítica, destacan el libro La (re)conquista de la realidad (2007), del que es coordinador, y su participación en el libro colectivo La República y la cultura. Paz, guerra y exilio (2009). Es miembro del consejo editor de Tierradenadie Ediciones y es asesor internacional de la revista de filología Verba Hispánica, editada por la Universidad de Ljubljana (Eslovenia), en la que fue profesor.

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LLAMAS QUE TIEMBLAN

 

Todas las combinaciones se han establecido

y el aliento sucumbe

delante de las pantallas grises

–más que nunca solos– llamas que tiemblan

y que al fin se apagan –escribí–

con un leve rastro de humo

partículas de vacío en el vacío

un instante

vencidas…

 

Pero no es verdad –me dije– al menos no es toda la verdad.

 

Los hacedores de mundos desprecian la vida pequeña

insignificante

oculta

el hálito contenido y pujante de los seres

–no lo ignoro– pero aún no están todas las combinaciones

establecidas…

 

El inventor de la brújula enmudeció durante un milenio la voz de las estrellas

aboliendo momentáneamente su brillo

–tampoco lo ignoro

como la letra de cambio o el cheque al portador–

 

Y ahora es el canto de las víctimas lo que se compra

lo que se chalanea –cuando las llamas

que tiemblan se apagan– glorificando su llanto

mientras en las pantallas grises se ahogan sus gritos

entre aplausos y perfumes

a horas contadas:

 

Hoy más que nunca es necesario escupir la verdad

–toda la verdad– y dar fe de la vida

de lo insignificante

y de lo que permanece oculto a los hacedores de los mundos.

 

 

Grito y realidad (2008)

 

 

ISLAS NO

 

No somos islas (islas no –gotas oceánicas– islas

solas: islas –briznas– solas

no –contra los vientos– islas –sitiadas: migas

de polvo– islas no)

 

No (no somos islas

solas –exhalaciones– islas –destellos– dispersas

solas islas

no –contra las negras tempestades– desperdigadas

islas no –gotas: en océanos– islas

aisladas no)

 

No somos islas (sitiadas pizcas –dentelladas– de polvo: aisladas

islas –briznas– islas

islas –hebras– aisladas islas solas islas

islas –no– solas

islas cercadas –arrinconadas: quizás– contra los vientos grises

pero islas solas no)

 

Olas solas (perdidas olas –olislas– motas: girones

oceánicos: sí pero no islas)

 

Barridos –dispersos: desconcertados– por el Huracán (sí pero no islas: islas no)

 

 

Pero no islas (2009)

 

 

EL SECRETO DE LOS VERANEANTES CIEGOS

 

Insiste –bañista– mira fijamente

Al sol (pero sin bronceador ni protección)

 

Atrévete

 

A piel corazón descubiertos…

 

No apartes la vista (insiste con el dominical

en la mano

o con el vaso refrescante: pero sin protección)

 

Tal es el secreto que te espera

 

Insiste –veraneante– hasta la oscuridad…

 

Hasta la ceguera irremediable

 

Entonces –ya verás– habrás dejado de estar solo

Y el verano

(el sol) Tendrá –por fin– sentido

 

Y te acompañarán (en ella: en esa cegadora

cauterizante oscuridad) Aun sin que lo sospeches

Millones

 

 

 

Versos de invierno: para un verano sin fin (2014)

 

 

¿Y ELLAS?

 

A Marisa González.

Fotógrafa

A Ángeles García.

Periodista

 

Son más de ciento cincuenta mil…

 

Son mujeres filipinas

Y trabajan veinticuatro horas (cada veinticuatro)

Seis días de seis

Y al séptimo descansan… (doce horas de veinticuatro:

aproximadamente…)

 

Es en Hong Kong

 

Son ciento cincuenta mil mujeres filipinas que trabajan

Veinticuatro horas al día durante seis días a la semana

Y que descansan doce horas aproximadamente

El séptimo día…

 

Es en Hong Kong y toman su centro financiero

Doce horas –aproximadamente– cada domingo del año…

 

Ciento cincuenta mil mujeres filipinas que toman

El centro financiero de Hong Kong

Durante doce horas –aproximadamente– cada domingo

Del año…

 

Y llevan años haciéndolo…

 

Todo sucede a la sombra del emblemático rascacielos

De Norman Foster…

 

Y bailan

Y charlan

Y lloran

Y sacan sus pequeñas esteras para jugar al bingo

Y se encierran en sus diminutas casitas de cartón

Y vuelven a llorar

Y se recogen con su dolor y con su soledad

Durante horas (o durante minutos…)

 

Y luego lían y apilan sus paquetes…

Y los acarrean

 

(… entre todas también: los paquetes…)

 

Y los envían religiosamente a sus familias…

 

(… cada una su paquete…)

 

Son ciento cincuenta mil mujeres filipinas las que toman

El centro financiero

De Hong Kong

Doce horas –aproximadamente– cada domingo

 

Sucede a la sombra del emblemático rascacielos

De Norman Foster

Y trabajan veinticuatro horas de cada veinticuatro

Durante seis días a la semana…

 

Y se miran y lloran y vuelven a mirarse

Hasta que se reconocen y recuerdan que fueron otra cosa…

 

Y entonces juegan al bingo

Charlan y ríen (ríen a veces: o muchas veces tal vez…)

Y se aíslan solas

En grupos

Minutos

Horas

En sus pequeñas casitas de cartón

 

Y terminan liando y apilando

Y acarreando

Los consabidos enormes paquetes que todos los pobres

Del mundo

Embalan y lían y apilan sin descanso para sus familias…

 

Son las ocho de la tarde y se despiden puntualmente…

 

Deshacen sus casitas de cartón

Se miran y graban sus rostros de cuando eran otra cosa…

 

… hasta el domingo que viene al amanecer…

 

Se enjugan las lágrimas y guardan las fichas y las cartulinas…

 

Y callan

Y se dan la vuelta y se dispersan…

 

Y desaparecen… (y a la mañana siguiente

en el centro financiero

de Hong Kong

a la sombra del emblemático rascacielos

de Norman Foster

no quedará rastro alguno de su paso

en medio del bullicio y del trasiego de dólares

de yuanes y de libras esterlinas…)

 

¿Se acuerdan ellas del amor?

 

 

Y los trabajadores que se suicidan –de una sola vez:

en las factorías

de Apple o Dell o Hewlett-Packard– para garantizarse

La indemnización

Que salve la vida a sus familias…

O las mujeres que son violadas en Huelva mientras recogen

Fresas… o los esclavos sin geografía precisa…

 

¿Qué piensan ellos del amor?

 

Sus amos

Sus verdugos

 

O los aseados ejecutivos del centro financiero de Hong Kong

Que cada lunes toman

El territorio de las lágrimas y del dolor…

 

¿Conocen ellos el amor? O recuerdan acaso ellos también

La palabra…

 

 

 

Del amor: de los amos y del poder: de los esclavos (2016)

 

 

 

ESPERANZA ANTES DEL ALBA

 

Cuando tras la noche infinita la esperanza se bate en retirada

Del mundo

Cuando los ejércitos de la luz se dispersan…

 

Cuando la derrota es inminente (exclaman todos…)

 

Tú y yo iniciamos nuestra canción de los seres que esperan

Ver

Los rayos del sol abriéndose paso por entre las sombras

De la hora antes del alba…

 

Cuando

Contra toda esperanza el niño toma su cuaderno

Y su lápiz

Y se dirige a la escuela (en la hora antes del alba…)

 

Cuando

Contra toda esperanza la madre se dirige a limpiar escaleras

(también) Antes del alba

 

Y ve una luz al final del túnel…

Y solo ella distingue su levísima llama…

 

 

Cuando

Contra toda esperanza los amantes se aman (antes del alba…)

 

Y contra toda esperanza el músico trenza sus notas

(justo) En la hora antes del alba…

 

Y el panadero amasa el pan junto al horno

Y el jardinero abre la llave de paso

Y el agua limpia las calles…

 

Y todo sucede en la hora de antes del alba…

 

Y todo sucede así (antes de la luz…) Con extrema

Sencillez

Y contra toda esperanza…

 

Cuando

Contra toda esperanza los ahogados llegan a la orilla

Y nos hablan…

 

Cuando

Contra toda esperanza alguien los escucha…

 

Y todo sucede antes del alba…

 

Cuando

Contra toda esperanza el ahogado encuentra su corazón…

 

Cuando

Contra toda esperanza el que escucha su lamento

Encuentra su corazón…

 

Cuando

Contra toda esperanza millones encuentran su corazón…

 

Cuando

Contra toda esperanza millones escuchan la voz

Del ahogado (justo en la hora antes del alba…)

 

La hora justa en que tú y yo iniciamos nuestro canto…

 

 

Cuando

Contra toda esperanza el niño llega a su escuela y la madre

Termina la última escalera (y la llama

aún no se ha consumido

en la tiniebla…)

 

Cuando

Contra toda esperanza el amor de los amantes no se ha extinguido

(aún…)

 

Cuando

Contra toda esperanza las calles reciben limpias al alba…

Y el olor a pan recién hecho inunda las aceras…

 

Cuando

Contra toda esperanza el ahogado se levanta en la playa

Se sacude las olas

Se sacude la muerte

Y mira hacia atrás y vuelve su cabeza de ahogado hacia adelante

Y avanza sus brazos de algas (contra la luz…)

 

Y luego avanza sus manos de algas

Y luego avanza sus dedos de algas (y abre sus hombros de algas

y de su corazón ahogado

emana la luz al fin…)

 

Y tú y yo consumamos el canto de los seres que esperan

 

 

 

Recortes de un corazón herido por la esperanza (2019)