BAQUIANA – Año XXIII / Nº 123 – 124 / Julio – Diciembre 2022 (Poesía I)

FOTO SECCIÓN POETICA

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

CARLOS X. ARDAVÍN

Nació en Nueva York, EE.UU. (1967). Poeta, escritor y profesor universitario de ascendencia cubano-española. Tiene una licenciatura en lengua y literatura española por la Universidad Internacional de la Florida en Miami; obtuvo una maestría y el doctorado en literaturas hispánicas en la Universidad de Massachusetts-Amherst. Ha sido profesor en Amherst College, la Universidad de Miami y el Miami Dade Community College. En la actualidad es profesor de lengua, cultura y literatura españolas contemporáneas en Trinity University (San Antonio, Texas). Ha publicado los libros: Aprendiz de Poeta (Editora Imago Mundi, 2001) poemario; Anatomía de un poeta (Búho, 2005) poemario; Poetas asturianos para el siglo XXI (Ediciones Trea, 2009) antología poética; Glosas del Escribano (Lulu.com, 2011) prosa y poesía; Cuaderno de los adioses (CreateSpace Independent Publishing, 2012) artículos y ensayos; El gallo y la veleta (Kindle Unlimited, 2017) libro de ensayos co-editado con Antonio Fernández Spencer; Pasajero de la literatura (1944-2000) Biblioteca de las letras dominicanas (Independently Published, 2020) ensayos filosóficos de Antonio Fernández Spencer y editado por Carlos X. Ardavín Trabanco; La isla subjetiva: (Obra dominicana) (Independently Published, 2020) textos de crítica literaria; Observaciones y evocaciones de un letraherido (Independently Published, 2021) prosa reunida, entre otros. También ha publicado ensayos críticos, reseñas literarias, cuentos y poemas en revistas y periódicos de Argentina, España, Estados Unidos de América, México y República Dominicana. Es columnista de El Listín Diario (República Dominicana) y colaborador del semanario de literatura, artes y ciencias del Periódico La Verdad (Murcia, España).

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

RECUERDO la dulce brevedad de su boca

y la diminuta luz de su mirada

Acariciaba levemente su pelo

tras el cristal amanecido de la tarde.

 

Sí, recuerdo su pecho de estrellas

y sus manos de inmóviles caricias.

 

La ciudad despertaba en su sonrisa,

en el fugaz esplendor de su cuerpo desnudo,

en la límpida ternura de su beso primerizo.

 

Buenos días, bienamado.

Buenos días, alma mía.

 

¿Recuerdas?

 

Tal vez hayas olvidado estas pequeñas cosas,

fugaces e imprecisas

Tal vez estos versos, si algún día los leyeses,

te traerán a la memoria

el vago rumor de un adiós infinito.

 

 

VOCES que se duermen en mi alma

Infinitas voces

que acarician mi desvelo

En la tibia penumbra del silencio

siento el rumor de tu cuerpo silvestre,

el leve discurso de tus labios sedientos.

 

 

VELOZ corre el tiempo y la vida,

veloces se me escaparon tus besos

Mis manos se quedaron vacías,

mis labios se quedaron desiertos.

 

El viento enamorado de tu boca

apenas toca mis olvidos

Recuerdo que la ausencia de tus ojos

se hizo luz y cristal al ver los míos.

 

La noche se hace larga y perezosa

y el sueño de tu carne me obsesiona

Mis manos repletas de silencio

te buscan deseosas, delirantes

La luna se ha dormido ya en tu pecho

y el sol se esconde como antes.

 

El río de tu amor quiebra mis venas,

consume los silencios ya distantes

Y a punto de morir la primavera,

te recuerdo más hermosa y más radiante.

 

 

ESCRIBÍAS versos de amor en las esquinas,

bajo la dulce luz de los faroles

En la Plaza Mayor besabas golondrinas,

mientras el viento cantaba en sus rincones

La ciudad dormía en su estructura,

invisibles tus huellas cobijaba

Dijiste amor y pronuncié su nombre,

su nombre cierto, desnudo como el aire.

 

 

que la ceniza duerme en unos ojos vacíos,

en un árbol silente, de sombras que se deshacen

en el sopor de la tarde.

 

Amarillean los pájaros nocturnos

y el polvo es una caricia suave.,

dulce como las alas de mariposas insomnes.

 

Difusa luz, tristeza que muerde las entrañas,

carne de hermosas líneas que perderá su fulgor

en la oquedad desnuda de la tierra.

 

De ti soló quedarán algunas sílabas,

pronunciadas al azar

por una voz que desconoces.

 

Vislumbras el término de la mano,

la cenicienta forma del círculo,

la sombra imprecisa de ti mismo.

 

 

MORIBUNDO permanece mi corazón inútil,

triste de quererte, sin alivio

Desnudas mis llagas duelen tanto,

cual saeta envenenada tus olvidos

Vendrá la noche sin luna,

sin consuelo

Sombras habitarán mis ojos muertos

Seré ceniza, piedra o rama

en la seca tierra de tus besos.