BAQUIANA – Año XXIII / Nº 123 – 124 / Julio – Diciembre 2022 (Narrativa I)

HIROHITO, EL MAL MENOR

 

 por

 

Dolores Labarcena

 


     Se ha escrito poco sobre los feminicidios en Islas Katalaos. Algunos antropólogos especulan que el método más utilizado es el veneno, el cual se elabora a través de un proceso litúrgico en el que interviene un chamán con un tiburón muerto o, posiblemente, avispas de mar y sesos de una cría de macaco hembra. No obstante, de lo que se tiene evidencia es que algunas plantas tienen la capacidad de causar la muerte. De acuerdo con un informe de WANITA (asociación por los derechos de las mujeres aborígenes con sede en Malasia), entre 1983 y 2005 se contabilizaron en Islas Katalaos entre siete y once mil fallecimientos sospechosos en gestantes. Me temo que los datos reales no los conoceremos. Gila Untukmegikat, ginecóloga y activista ahonda en el asunto en su último libro Islas Katalaos: Memoria y vergüenza (Unmei, 2016), recientemente traducido al español y presentado online.

     Para entrar en materia, Islas Katalaos, también conocida como Kǎ tǎ lā sī dǎo, Quần đảo Katalaos o Kepulauan Katalaos, posee uno de los ecosistemas más preservados del planeta. En dichas islas hay ibis, gibones, pandas, tapires, orangutanes, por no hablar de sus ríos y mares, en los que habitan disímiles especies extinguidas a nivel global. Por ley las casas de Islas Katalaos, a excepción del palacio presidencial, son circulares con techos de palma, muros de adobe y bambú. La economía se apoya en la siembra de arroz y la pesca sostenible. No hay coches. La población se traslada a pie o en bicicletas. Motivo por el cual la polución es cero. E igualmente por esa peculiaridad el archipiélago se lo disputan India, China, Taiwán, Malasia, Vietnam y Filipinas.

     En Islas Katalaos: Memoria y vergüenza, Gila Untukmegikat resume la historia de su país de la siguiente manera:

John Hubert Green fue un boticario británico que llegó a Islas Katalaos en 1898 a bordo del Ararat. Traía un cargamento de chinos y bacalao en salazón. Con argucia, y algunos instrumentos para arar la tierra que repartió entre los cuanabeses (que por ser blanco lo recibieron con los brazos abiertos como si fuese un dios), se autoproclamó rey bautizando las islas como Kingdom of the Green. Su hijo Jonás Green lo sucedió en el trono. El reinado duró hasta 1939, fecha en que Islas Katalaos fue invadida por los japoneses. Tal hecho dio lugar a la huida de Jonás con parte de la población. No todos llegaron a Australia. Entre tanto y, a excepción de los cuanabeses que se mostraron colaboradores con el invasor, los “khonphainokis” que decidieron quedarse fueron exterminados por las bombas norteamericanas, o bien por la producción a gran escala de uniformes para el Ejército Imperial Japonés. Labor peliaguda teniendo en cuenta la exquisitez de los adornos.

     Posterior a la Segunda Guerra Mundial, Dishi Green, hijo de Jonás buscó apoyo diplomático en Asia continental para recuperar el reino perdido de su padre, quien murió senil y alcoholizado en una clínica de desintoxicación de Canberra. Pero ¿acaso el apoyo era necesario? Acabada la ofensiva, Japón, que se hallaba en el bando de los perdedores, levantó el campamento de Islas Katalaos para convertirse en potencia mundial y conquistarnos a base de electrodomésticos. Pese a todo, Dishi Green no pisó suelo patrio hasta 1951, después de conocer en Taiwán a Ranasinghe, exlíder del movimiento nacionalista de Ceilán que no teniendo nada que perder, se sumó a la “reconquista”. Como por entonces los reinados iban de capa caída, un año más tarde Kingdom of the Green se convirtió en República Democrática de Ranasinghe-Green. Así nacieron los dos partidos políticos que se disputan el poder: Partido Azul Ultramarino, y Alianza Nativa (este último, que aúna a todos los aborígenes del archipiélago, jamás ha ganado en las elecciones). A la par de los citados sucesos también nació el actual presidente de Islas Katalaos, Jaidev Green. Su madre Emily era hija de Ranasinghe y Anne Young, periodista británica fundadora del Partido Comunista de Ceilán.

     Hasta aquí, nada irrelevante bajo el tapete. Invasión y vasallaje. O lo que es lo mismo, otra historia colonial que bien puede extrapolarse a cualquier rincón de la tierra.

     Tras la creación de la República Democrática de Ranasinghe-Green las islas se repoblaron con ceilandeses, vietnamitas y chinos. O sea, con khonphainokis, terminología peyorativa que la etnia cuanab utiliza para nombrar a los extranjeros. El tiempo pasó y en 1978 a Emily la internan en un psiquiátrico de Sídney convencidísima de ser la extinta Marilyn Monroe abducida por unos alienígenas que vinieron de Andrómeda. Para entonces Ranasinghe y Anne Young llevaban un quinquenio o más en el Bardo Chonyid, luego le tocó a Dishi Green hacerles compañía. Según Jaidev Green, quien en 1980 tomó posesión intempestiva como presidente en funciones de la República, su padre “fue devorado por una jauría de lamas salvajes” y desgraciadamente no pudieron rescatar los restos del cadáver por lo “riesgoso e impredecible de la misión”. Suceso bastante inverosímil puesto que las lamas son artiodáctilos y su hábitat natural se encuentra en América del Sur.

     En otro de los capítulos del libro Gila Untukmegikat expone:

Cabe destacar que los japoneses incurrieron en crímenes de lesa humanidad, y las secuelas de los daños colaterales no tienen precedentes. Independientemente, negar el intercambio sociocultural y el crecimiento del PIB sería hacerle el juego al sistema corrupto que impera a sus anchas en Islas Katalaos o Ranasinghe-Green. ¡Jamás habíamos exportado tanto arroz!

     Por lo menos en este fragmento me atrevo a aseverar que Gila Untukmegikat peca de optimista o de irredento negacionismo. ¿Qué tiene que ver la katana con la kalimba? En aquel momento la meta de Hirohito era expandir su Imperio y propiciar “mujeres de consuelo” para elevar el ánimo de los kamikazes. Es precisamente en ese espacio temporal donde hace aparición la madre de Gila Untukmegikat, una cuanabesa que, al contrario de tailandesas, malayas, taiwanesas y filipinas, no culpabilizó a Hirohito de los ultrajes y violaciones que sufrieron, sino a Jonás Green. Y no es el caso de que el monarca huido fuese merecedor del más absoluto desprecio. Como norma, en una familia solo existe un Green con grinta, y Jonás era un tipo sin épica. Gila Untukmegikat es fruto de aquellas tropelías niponas.

     En un estudio demográfico realizado en 1983 se constató que la población de Islas Katalaos había experimentado un aumento significativo con respecto a los datos recogidos por Japón en 1939. Este baby boom sin motivo económico cuando el país, tal como expresó el presidente, “realizaba esfuerzos ingentes por el autoabastecimiento y el desarrollo” trajo como consecuencia una política de planificación familiar parecida a la implantada en China: “Un hijo, una familia”. A raíz de ello, y apoyado tanto por el Partido Azul Ultramarino como por Alianza Nativa, el Parlamento Popular decidió por unanimidad trasladar la capital de Islas Katalaos que, desde el reinado de John Hubert Green se encontraba en Kundi, a la despoblada Lomkob. Allí se construyó otra dagoba con otro Buda reclinado tallado en roca de granito.

     Conforme a lo expuesto por Gila Untukmegikat, testigo de los métodos de contracepción, persecuciones y feminicidios, existen venenos sofisticados, pero por su bajo coste los más usados son el regaliz americano y la belladona. Igualmente señala que, si las mujeres en estado de gestación no morían con la ingesta de los brebajes, lo habitual era que las encerraran en las “habitaciones de pensar”, eufemismo de celdas de tortura donde fallecían por inanición pasados ocho, nueve, o quizás diez días. De igual modo afirma que bajo amenaza de muerte por el mismísimo Jaidev Green practicó durante dos décadas miles y miles de interrupciones involuntarias. En referencia a las teorías sobre la elaboración de los venenos dice que “no existe ningún chamán ni tiburón muerto”. Y que “lo de sesos de una cría de macaco hembra es un aporte demodé de los expertos occidentales”.

     Actualmente Gila Untukmegikat funge como secretaria de WANITA dando visibilidad a las mujeres aborígenes que no tienen voz. Por otra parte, en 2019 Jaidev Green fue investido presidente vitalicio de la República Democrática de Ranasinghe-Green gozando de gran popularidad entre sus conciudadanos. Una de sus frases preferidas es: “Vivir con lo justo es ser libre”. En lo referente a Hirohito, después de que los kamikazes sirvieran de abono para los arrecifes de coral y el plancton marino, se dedicó con esmero a estudiar las especies de hidroides que habitaban las aguas del golfo de Áqaba, las islas Amakusa, y la bahía de Panamá, convirtiéndose así en el primer Emperador ecologista de la dinastía Yamato.

_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

DOLORES LABARCENA

Nació en Santiago de Cuba (1972). Poeta y narradora. Publicó el cuaderno de poesía Las puertas dialogadas (Editora Abril, La Habana, 2004) y recientemente Tundra (Casa Vacía, Richmond, Virginia, 2018). Ha publicado además las novelas Kruschov (Editorial Verbum, Madrid, 2015), Cachemir (Aduana Vieja, Valencia, 2016), Diario de un Tuátara (Baile del Sol, Islas Canarias, 2018) y No quiero llanto (Editorial Betania, Madrid, 2020). Codirige la publicación digital de literatura Potemkin ediciones. Este fragmento pertenece a la novela inédita Electra y el extraterrestre amarillo. Reside en Barcelona.

_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________