BAQUIANA – Año XXIII / Nº 121 – 122 / Enero – Junio 2022 (Poesía VI)

FOTO SECCIÓN POETICA

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CARLOS MANUEL TARACIDO

Nació en Güines, La Habana, Cuba (1943). Poeta, escritor y profesor universitario. Ha ejercido la docencia, enseñando Literatura y Lengua española en varias universidades del área metropolitana de Filadelfia, donde fue profesor hasta su jubilación en 2011. Autor de los libros Esquema de prosodia española (1971), una rápida introducción a la versificación española tradicional, y de la Antología de la poesía en Cuba: 1800-1959 (2016). Ha publicado los poemarios: Poemas de mi fantasía (1971), Rimas del alma (2017), Contra el vacío (2018) y de la antología José Ángel Buesa: Sus mejores poesías (2018). Ha publicado textos suyos en las revistas Otro Lunes (Berlín), Árbol Invertido (Madrid) y un estudio sobre las Glosas Emilianenses y Silenses, en la Biblioteca Gonzalo de Berceo (Burgos). Desde 1986 reside en Miami, Florida.

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ENTRE LAS RAMAS HAY PAZ

 

Entre las ramas

de los árboles que pueblan la selva tropical

hay misterios,

misterios que reinan felices en el aire,

y en la noche

abren sus ojos al mundo que duerme.

Esos misterios

son el espíritu del hombre en la tierra

que busca

la paz infinita,

paz serena de la selva profunda,

paz que en el mundo no existe.

 

 

HELECHOS

 

Brotan a flor de tierra

y mueven sus ramas pequeñas

como rayos que parten

del centro del sol;

son verdes, muy verdes,

verdes como la vida.

Son helechos

que crecen robustos

en la húmeda sombra

de una selva tropical.

¡Ah! Quién, como los helechos,

tocar pudiera

las gotas frescas del árbol de sombra.

 

 

LO QUE HA DE VENIR, LLEGA

 

Ha llegado el silencio,

la tranquilidad del invierno

que deja llorar al viento.

No hay rana que brinque

ni grillos que rasguen la noche oscura.

 

Los días son cortos,

ahora se ve lo que es la vida, no es sólo placeres.

El vivir es saber que no importa

cuan frío sea el invierno, habrá violetas de nuevo.

 

Que no importa lo fuerte que sople el viento,

cantarán los pájaros de nuevo.

Que no importa que duro los hielos

de un arroyo estén en diciembre,

en mayo correrá nuevamente.

 

El vivir es saber que la primavera

llega después del invierno.

 

Quizás tengamos que aprender

estas cosas todos los años.

Quizás necesitemos enfrentarnos

con una violenta nevada

y sentir nuestras piernas heladas

para recordar que hay hielo y fuego en la vida;

 

y darnos cuenta que siempre

lo que ha de venir, llega…

 

 

ECOS

 

La música

de un bosque en llamas

sólo refleja

ecos profundos del hombre.

Ecos de agonía

que saltan y salen

de lo más íntimo

de la tierra.

Salen

y despacio

resbalan al aire

que los esparce

y los lleva

a lugares lejanos.

Lugares

en que nunca

se oyó nada.

Nada,

pero ahora

rincones no quedan

que no oigan los ecos.

Ecos de raíces profundas,

ecos del alma,

ecos del hombre…

 

 

¿QUÉ HAY?

 

¿Qué hay en la vida de un hombre

que sólo el dinero entiende?:

no hay nada,

hay solo un vacío infinito

tan grande y profundo

como las partes lejanas del cosmos.

 

¿Qué hay en la vida de un hombre

que sólo el yo le interesa?:

no hay nada,

hay sólo la arena sin fin

tan seca y caliente

de tantos desiertos del mundo.

 

¿Qué hay en la vida de un hombre

que nunca a Dios se dirige?:

¿qué puede haber?

hay solo el vacío infinito del cosmos

y la arena de tantos desiertos del mundo.

 

 

VANIDAD, SOLEDAD, ETERNIDAD

 

Vanidad.

Queremos la vida del mundo

¿qué vida?, ocurren problemas por gusto.

 

Soledad.

Que bien están las estrellas

que emiten sus luces por gusto.

 

Eternidad.

Existe en muy pocas personas

que viven, sí, viven por gusto…