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CARLOS MANUEL TARACIDO
Nació en Güines, La Habana, Cuba (1943). Poeta, escritor y profesor universitario. Ha ejercido la docencia, enseñando Literatura y Lengua española en varias universidades del área metropolitana de Filadelfia, donde fue profesor hasta su jubilación en 2011. Autor de los libros Esquema de prosodia española (1971), una rápida introducción a la versificación española tradicional, y de la Antología de la poesía en Cuba: 1800-1959 (2016). Ha publicado los poemarios: Poemas de mi fantasía (1971), Rimas del alma (2017), Contra el vacío (2018) y de la antología José Ángel Buesa: Sus mejores poesías (2018). Ha publicado textos suyos en las revistas Otro Lunes (Berlín), Árbol Invertido (Madrid) y un estudio sobre las Glosas Emilianenses y Silenses, en la Biblioteca Gonzalo de Berceo (Burgos). Desde 1986 reside en Miami, Florida.
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ENTRE LAS RAMAS HAY PAZ
Entre las ramas
de los árboles que pueblan la selva tropical
hay misterios,
misterios que reinan felices en el aire,
y en la noche
abren sus ojos al mundo que duerme.
Esos misterios
son el espíritu del hombre en la tierra
que busca
la paz infinita,
paz serena de la selva profunda,
paz que en el mundo no existe.
HELECHOS
Brotan a flor de tierra
y mueven sus ramas pequeñas
como rayos que parten
del centro del sol;
son verdes, muy verdes,
verdes como la vida.
Son helechos
que crecen robustos
en la húmeda sombra
de una selva tropical.
¡Ah! Quién, como los helechos,
tocar pudiera
las gotas frescas del árbol de sombra.
LO QUE HA DE VENIR, LLEGA
Ha llegado el silencio,
la tranquilidad del invierno
que deja llorar al viento.
No hay rana que brinque
ni grillos que rasguen la noche oscura.
Los días son cortos,
ahora se ve lo que es la vida, no es sólo placeres.
El vivir es saber que no importa
cuan frío sea el invierno, habrá violetas de nuevo.
Que no importa lo fuerte que sople el viento,
cantarán los pájaros de nuevo.
Que no importa que duro los hielos
de un arroyo estén en diciembre,
en mayo correrá nuevamente.
El vivir es saber que la primavera
llega después del invierno.
Quizás tengamos que aprender
estas cosas todos los años.
Quizás necesitemos enfrentarnos
con una violenta nevada
y sentir nuestras piernas heladas
para recordar que hay hielo y fuego en la vida;
y darnos cuenta que siempre
lo que ha de venir, llega…
ECOS
La música
de un bosque en llamas
sólo refleja
ecos profundos del hombre.
Ecos de agonía
que saltan y salen
de lo más íntimo
de la tierra.
Salen
y despacio
resbalan al aire
que los esparce
y los lleva
a lugares lejanos.
Lugares
en que nunca
se oyó nada.
Nada,
pero ahora
rincones no quedan
que no oigan los ecos.
Ecos de raíces profundas,
ecos del alma,
ecos del hombre…
¿QUÉ HAY?
¿Qué hay en la vida de un hombre
que sólo el dinero entiende?:
no hay nada,
hay solo un vacío infinito
tan grande y profundo
como las partes lejanas del cosmos.
¿Qué hay en la vida de un hombre
que sólo el yo le interesa?:
no hay nada,
hay sólo la arena sin fin
tan seca y caliente
de tantos desiertos del mundo.
¿Qué hay en la vida de un hombre
que nunca a Dios se dirige?:
¿qué puede haber?
hay solo el vacío infinito del cosmos
y la arena de tantos desiertos del mundo.
VANIDAD, SOLEDAD, ETERNIDAD
Vanidad.
Queremos la vida del mundo
¿qué vida?, ocurren problemas por gusto.
Soledad.
Que bien están las estrellas
que emiten sus luces por gusto.
Eternidad.
Existe en muy pocas personas
que viven, sí, viven por gusto…