BAQUIANA – Año XXIV / Nº 125 – 126 / Enero – Junio 2023 (Entrevista II)

ENTREVISTA CON EL ESCRITOR MEXICANO ALBERTO ROBLEST

 

por

 

Maricel Mayor Marsán

 

Alberto Roblest 581 X 473 - ENTREVISTA

 


Nació en la Ciudad de México (1962). Es artista digital, poeta, escritor, dramaturgo, profesor y cofundador de la organización Hola Cultura en Washington DC. Sus videos, instalaciones y arte digital han sido ampliamente exhibidos en festivales, museos, galerías y espacios de cultura. Como artista digital es autor de las compilaciones de video: La muerte de lo Analógico y El Arte de Existir que reúnen algo como 30 videos de arte. Como escritor es autor de los libros de cuentos: “Contra la Muralla”, e “Instantáneas Norteamericanas”. De la novela: “Collar de Orejas”, y de los libros de poesía: De la Ciudad y otras pequeñeces, Chicaneando, Del Silencio en las Ciudades, Ortografía para piromaníacos y De Entre los Signos el Diminutivo. Sus cuentos, reseñas y ensayos han sido publicados en revistas literarias y antologías. Como profesor universitario ha enseñado en las universidades: George Washington University, Catholic University of America; Emerson College, Massachusetts Bay Community College y Fisher Coller, entre otras universidades en los Estados Unidos, así como en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 


 

“Whoever says you can’t live in two places at the same time is dead wrong” is my favorite line in Alberto Roblest’s recently published book of short stories, Against the Wall. Capitalizing on themes of loneliness, power and self-discovery, Roblest delivers a collection that masterfully comments on the human condition.”

Clare Mulroy
THE DC LINE (News, Views and Events)
April 12 of 2022
Washington, D.C.

 

“Almost all my stories are tributes to other books or authors,” the author told Hola Cultura. Roblest is an admirer of Mexican writer Juan Rulfo, whose works led him through the paths of magical realism.”

Andrea Rodés
AL DÍA (The best of the American multicultural experience)
July 6 of 2022
Washington, D.C.

 

Maricel Mayor Marsán: ¿Qué me puedes decir de tus primeras publicaciones en México?

Alberto Roblest: Escribo desde muy joven, sin embargo, para cuando comienzo a publicar estaría ya en la prepa, empecé a publicar en el periódico universitario. Ya en la Ciudad de México y estudiando en la UNAM empecé a publicar en una gaceta que tenía la facultad de ciencias políticas, ahí más que nada me enfoqué en las reseñas y en las crónicas. Lo de la poesía lo mantenía yo más bien en secreto, me daba digamos pena que la gente supiera que era un tipo cursi escribiendo poemitas de palomas y rosas, entonces mis poemas los guardaba; los leía para mí más que nada, a veces a un grupo de amigos cercanos, en ocasiones a otros poetas en reuniones tomando cerveza, pero hasta ahí, sólo me exhibía como poeta en círculos muy privados, la poesía siempre fue un asunto propio, incluso en mi casa. No publico mi primer libro sino hasta 1992, Chicaneando, producto de una estancia de un año y meses en Nueva York y viajando por primera vez en los Estados Unidos antes de obtener mi título universitario.

 

Chicaneando - Poesía 362 X 501

 

MMM: ¿Qué te indujo a venir de México y dejar un puesto de profesor en la UNAM? 

AR: Estudié comunicación, pronto quedé fascinado por lo que enseñaban ahí: lingüística, semántica, fonética, morfología, teoría visual, etcétera. Una mañana de aquellas épocas caminando por el campus tuve una revelación: ¿Por qué no escribir poesía con el lenguaje audiovisual?  La verdad y desafortunadamente la gente ve más televisión que lee libros. ¿Por qué no crear poesía utilizando esta nueva sintaxis? Estaría yo a la mitad de mis estudios universitarios cuando decidí utilizar la cámara como una pluma y la televisión como un papel y empecé a hacer video poesía, influenciado sin duda por una maestra que hoy en día se reconoce como una de las pioneras del video arte en América Latina: Pola Weiss, una video artista reconocida que abrió mi mente a la posibilidad de utilizar o mezclar el lenguaje de la poesía con el lenguaje del video. En esas uno de mis videos ganó un premio, la pieza se fue a varios festivales, anduvo por ahí en varias partes del mundo. Con otro video me fui a París donde exhibí en varios lugares en Europa, anduve de vago y me divertí como nunca. Después hubo una invitación a una Bienal; me gané una beca en México a nivel nacional en la rama de arte electrónico; monté dos video instalaciones monumentales en dos museos importantes de la Ciudad de México; y de ahí, ese fue más o menos mi puerta para que yo me conectará con una organización denominada VideoSpace en Boston. Mi novia de aquella época, hoy en día mi esposa, resultó también de Boston, ¿me explico? Entonces todo pareció acomodarse a mi favor, y de esa forma aterricé en Massachusetts del que me enamoré. Pronto empecé a realizar video experimental para VideoSpace, poco después a trabajar en la televisión pública de Cambridge, produciendo para otra televisora en Malden, haciendo audio en una compañía de software, creando una pieza interactiva para el Boston Cyber Arts Festival… Abrumador, así fue como regresé a la academia, por amor a los libros, la enseñanza, la escritura, el tiempo para la reflexión… el resto pues es historia.

 

Alberto Roblest - LITERATURA ELECTRÓNICA - ARTE VISUAL 740 X 915

 

MMM: ¿Has encontrado un refugio en las universidades norteamericanas? ¿Cómo ha sido tu experiencia profesional en este país?

AR: Pude haber trabajado en la televisión comercial, lo hice un tiempo en México, pero es un mundo muy banal, fútil y todo es aparente, nada más que escenografía, cartón piedra, tonterías, me dio pereza, renuncié. En esa área la hice de guionista, de camarógrafo, de productor e inclusive de post-productor. No me iba mal, pero me sentía vacío, un poco hastiado. Siempre lo supe, la poesía no iba a pagar por mis gastos, pero quizá la academia. Lo de ser profesor también llevó años en construirse. Primero fui asistente de profesor por varios años en la misma facultad de ciencias políticas y sociales siendo un pasante. De asistente del profesor fue la forma cómo aprendí el oficio de ser maestro que es otra de mis facetas y también me gusta bastante. Con el tiempo y con méritos llegué a ser profesor titular de al menos tres materias, laboré en la Nacional de México por alrededor de seis años y enseñé materias tales como Evolución del Lenguaje Audiovisual, Lingüística y Literatura, Información y Cine, cosas así. Esa experiencia me sirvió bastante, digamos como plataforma para cuando llegué a los Estados Unidos y busqué trabajo en las universidades, donde definitivamente me recibieron bastante bien, respetaron mi cátedra y me apoyaron siempre, lo agradezco. Llevo algo como dos décadas ejerciendo la docencia en Los Estados Unidos.

 

Alberto Roblest Instantáneas Norteamericanas 400 X 576

 

MMM: ¿De los géneros literarios que trabajas, ¿cuál es el que más te interesa?

AR: Como lo comenté arriba soy poeta de siempre, y desde ese ojo veo las cosas, quiero decir hago videos que más que nada son poemas, realizo instalaciones que también las veo como poemas, las compongo como tales, muchas de las obras digitales de corte visual que realizo también los veo como poemas, inclusive algunos cuentos. Hoy día divido mi tiempo entre los cuentos y la poesía, me he retirado un poco del video y mucho más de la instalación. Además, es un momento muy adecuado para escribir cuentos, es un tiempo brutal, bizarro y a la vez increíble. Sonará a cliché, pero escribir literatura es un tipo de terapia personal. Vecinos Silenciosos que es mi último libro y sale pronto, trata de mi experiencia viviendo en Washington DC en un barrio donde abundaban los latinos, aunque obviamente la gentrificación nos está empujando para afuera.

 

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MMM: ¿Qué me puedes decir del libro de cuentos que te acaba de publicar la prestigiosa editorial Arte Público Press de la Universidad de Houston, Texas?

AR: Contra el Muro me ha dado muchas satisfacciones, primero porque es una dedicatoria a muchas personas que yo extraño, admiro y quise, entre ellos mi padre. El primer cuento de esa colección lo escribí cuando él estaba en el hospital a punto de fallecer, por eso cuando terminé los cuentos que iban a conformar el libro sentí como que estaba cumpliendo una promesa, un quehacer. Cuando Arte Público aceptó la propuesta no cabía en mí de felicidad.

 

Alberto Roblest - CONTRA LA PARED LIBRO 450 X 600

 

MMM: ¿Por qué escoger el título CONTRA EL MURO? ¿Acaso el título define el carácter de todos los cuentos del libro? Háblame del tema.

AR: Originalmente el libro se llamaba Detrás del muro la Muralla, pero obviamente cuando la traducción venía no encajaba, y no era nada sino redundante, así que decidimos cambiarlo un poco. El doctor Kanellos, editor y traductor del texto, tuvo muy buenas propuestas que hacer, también sugirió cambios en el orden de los cuentos, y eso le dio la fuerza que contiene el título como una unidad. La traducción al inglés es magisterial. Y, si claro, de una u otra forma los personajes tienen la espalda contra la pared, a veces la pared pues les toca de frente, claro. Los cuentos se desarrollan no sólo en la frontera de los Estados Unidos como la portada sugiere, sino en diferentes partes del país, los personajes somos muchos de nosotros viviendo aquí, los caracteres son la expresión de lo que es hoy un país dividido, y un tanto más que distópico.

 

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MMM: Tus cuentos a veces reflejan un estado de decepción y soledad muy grande por parte de los protagonistas, casi todos inmigrantes, por lo que se podría llegar a concluir que tu visión de la inmigración es un tanto desoladora. ¿Me equivoco?

AR: Todos los personajes son latinos, eso sí es cierto, aunque no todos son inmigrantes ilegales, algunos han nacido aquí y son chicanos o latinos en general que se han adaptado mal que bien a su nueva nación. A los racistas no les importa que tengas o no tengas papeles, en ese sentido estamos todos con la espalda contra la pared. El tema de la migración es muy candente, pero es un fenómeno mundial que está sucediendo y se incrementara por el Cambio Climático, es inevitable. Además, el hambre es la motivación principal del hombre y de sus desplazamientos. Los periódicos hablan de muchísima gente en movimiento, en ocasiones en situaciones realmente dolorosas y devastadoras, cuando no siniestras. Cada experiencia inmigrante es diferente, algunos la llevan peor que otros, mucho depende, y lo sabemos bien, de cómo caigan los dados en la mesa.

 

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MMM: ¿Existe realmente el sueño americano para la mayoría de los inmigrantes? ¿Y para ti?

AR: Desafortunadamente se asocia el sueño americano al hecho de hacerse rico pronto, tener un gran carro, una gran casa, un montón de trajes y porquerías en el closet, un basement lleno de cosas inservibles, los áticos a reventar, ese es el sueño americano para muchos. Ese fue el sueño americano que vendieron las películas de Hollywood de los 50s. Visto desde ese punto de vista el sueño americano hoy en día, en un mundo a punto del colapso ecológico, es una falacia. Hacerse rico, triunfar en los negocios, comprar cosas, pues no todo mundo lo logra, hay gente que trabaja toda su vida en condiciones ínfimas piscando comida, aspirando asfalto, qué sé yo, trabajando como burro tras una zanahoria que es imposible de alcanzar. Un amigo africano me comentó que para los inmigrantes que vienen donde los gobiernos son totalitarios y opresores, por supuesto que este país es un sueño dado que pueden expresarse, vestirse como quieran, hablar en la calle y nadie los va a criticar, ni a reprimir; además es un país donde mal que bien las instituciones funcionan y todavía hay respeto a los cultos y creencias. El sueño americano para los latinos, desde mi punto de vista, debería ser estudiar, prepararse, educar a los hijos, superarse en su profesión, en el idioma, pero también defender la democracia, el respeto y la verdad. En mi caso escribir de mis coterráneos, vecinos y tratar de pasarla lo mejor posible mientras continúo montado en el tren.

 

MMM: Dedicas la mayor parte de tu tiempo, entre la escritura de ficción y la creación de vídeos experimentales, ambas con gran éxito. ¿Cómo puedes combinar estas dos expresiones artísticas?

AR: La verdad es que el balance depende de varias cosas; si encuentro imágenes en mi archivo que me sean agradables y tengo un poema que se adapte a esas imágenes empiezo a trabajar en un video poema, aunque esta actividad cuesta tiempo e implica planeación. Lo bueno de los cuentos es que se pueden escribir en cualquier momento y en cualquier lugar, obviamente después hay que trabajarlos y a veces toman años, pero lo importante es tener la pequeña tuerca que dará movimiento a todo un mecanismo, cuando uno tiene eso ya está de gane. Yo escribo por ejemplo en ocasiones cuando voy al trabajo en el metro, o de regreso a casa; mucha gente viene en sus teléfonos, yo tomo mi pequeña libreta y escribo, así pasó mi tiempo, me entretengo yo mismo, y a veces me río del mundo.

 

MMM: Hace unos días, conversando contigo me comentaste que en este país tenemos más escritores que lectores en español. ¿Por qué opinas así? ¿A qué se debe esa conclusión?

AR: La verdad es que no tengo el dato exacto de cuánta gente lee en español en los Estados Unidos. Sin embargo, algunos ensayistas señalan que la falta de consumo de material de lectura literaria en las casas de los hispanos se debe a que no inculcan desde temprana edad a leer a los hijos, dado que la madre prefiere las telenovelas y el padre el fútbol y los filmes de acción. En parte eso y en parte porque la literatura escrita por latinos en este país no está bien distribuida, no hay los canales adecuados para encauzarla a los posibles lectores, no hay críticos, reseñistas, tampoco hay distribuidores, librerías especializadas en los barrios, no hay congresos de escritores más allá de los que realizan las universidades, no hay circuitos de lectura, qué sé yo. Es muy difícil competir con las grandes editoriales comerciales, las cuales por cierto están captando este mercado en español con libros de autoayuda y religiosos, además de biografías banaloides de famosos del show business.

 

MMM: Hace varios años creaste y fundaste una organización llamada HOLA CULTURA en Washington, DC. ¿Podrías hablarme de ese proyecto y de la publicación que diriges con un nombre homónimo?

AR: La creación de Hola Cultura como muchas cosas que me han sucedido en la vida es de una u otra forma también azarosa. Llegamos a Washington básicamente porque a mi esposa le dieron un buen trabajo en el área de periodismo y estaba feliz. Yo en desacuerdo; entre triste y molesto pues no quería dejar mi trabajo en Emerson College, donde en ese momento laboraba y tenía opciones dentro de la institución. Pero bueno, alguien tiene que adaptarse y a veces uno en la pareja hacer el sacrificio y pues me tocó a mí. Mi primer empleo fue de voluntario en un lugar que se llamaba “The Media House” donde tenían equipo para hacer video, audio, multimedia, etcétera, y formaban jóvenes. Ofrecí mis servicios y pronto empecé a tener alumnos hispanos, no todos inmigrantes, había otros que tenían más de una generación en el país. Casi todos se negaban a hablar español, algunos solamente lo odiaban, a otros les daba simplemente vergüenza hablarlo en público. Pronto me di cuenta con tristeza que estos jóvenes no tenían modelos a seguir en la vida, que sus aspiraciones eran muy pobres o sencillamente negativas, no sé, ser miembro de una ganga, aspirantes a raperos, a policías, e incluso los que tenían ideas absurdas que solamente suceden en las películas. Cuando descubrí esto me asombré: ¿era acaso el futuro de los latinos ser siempre los de abajo, los que tengamos que cortar cebolla y limpiar las cocinas? Una alumna dijo que su destino era limpiar casas. Me ofendí, me niego al destino pintado en la frente. Fue entonces cuando decidí realizar cuatro documentales cortos para enseñarle a estos jóvenes que podían tener otro tipo de aspiraciones; que no importaba, inclusive trabajando en una cocina, dado que con aspiraciones y trabajo se podría llegar a ser el chef. El primer documental se llamó “El arte de la cocina” y son entrevistas a chef reconocidos de restaurantes importantes en Washington DC, todos de origen latino por supuesto. Después vino “El idioma” que habla sobre la importancia de hablar español y preservarlo en las familias a través de las generaciones como un legado. Y más tarde, “Muralismo DC” y “Teatro y la máscara”, ambos cortos se refieren al legado de los hispanos en la ciudad capital de los Estados Unidos. Cuando estuvieron finalizados estos cuatro pequeños documentales para la internet se los mostré, algunos realmente se interesaron y cambiaron su forma de pensar, y eso fue una primera gran satisfacción. Entonces surgió la idea: ¿Por qué no promover la cultura que los hispanos generamos en Washington y la que llega a visitarnos? Descubrí que los latinos no teníamos una presencia cultural en la ciudad, a pesar de que todas las oficinas de cultura de las embajadas organizaban eventos, había al menos dos teatros activos que ponían obras en español, y otro tanto de compañías de teatro y danza, así como grupos musicales de diferentes partes de Latinoamérica que venían tanto al Kennedy Center como a otras grandes avenidas de la ciudad. Ese fue el germen de lo que es hoy día Hola Cultura, la revista digital desde la que promovemos tanto el arte y la cultura local, como la que nos llega. Tenemos 12 años de existencia, somos un archivo digital del acontecer cultural de DC. Hemos realizado desde mapas digitales de murales, documentales y series de historias orales, hasta el “Festival del tamal DC”, al que acudieron miles de personas. Ahora mismo nos encontramos realizando un Podcast de temas medio ambientales. A lo quieran visitar el sitio digital, la dirección es: HolaCultura.com

 

Alberto Roblest - Arte Publico Press 450 X 600

 

MMM: ¿Cómo visualizas el futuro de los hispanos o latinos en este país, a corto y largo plazo?  ¿Se llegará a convertir el español en la segunda lengua oficial del país algún día?

 

Esa es una pregunta bastante complicada y a la vez difícil de responder dado que no tengo una bolita de cristal para leer el futuro, me gustaría tener una, seria grandioso, je je je. Como a todos los hispanohablantes me gustaría que el español fuera la segunda lengua, como no. La verdad es que todo depende de los padres, de que lo promuevan en sus casas, lo hablen; y que por ejemplo les lean y compren libros en español a sus pequeños. Eso aunado a que enseñen a sus hijos también  a no tener pena de su origen, de su color de piel, no sentirse avergonzados de sí mismos. Eso se hace en parte en la escuela, y sólo a veces, más que nada debe fomentarse en las casas, en las familias. Tengo la certeza de que no hay mejor legado de un padre que dejarle un idioma extra a su hijo. La fortuna en forma de dinero un día se acaba, se devalúa, o sencillamente se evapora en las manos de un especulador, o de un abogado. Con un idioma puede uno quedarse para el resto de la vida. Ser bilingüe es una ventaja a muchos niveles, leer en dos idiomas es un atributo. En ese sentido, la cultura, y en particular la literatura, es un aliciente para elevar el espíritu.

 

 

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