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MARÍA JOSÉ MIELGO BUSTURIA
Nació en Bilbao, Viscaya, España (1965). Es poeta, narradora, editora, periodista, presentadora de radio y televisión, y promotora cultural. Fundadora y directora de la revista literaria Alborada-Goizaldia y en la actualidad de Literarte, así como de la editorial de nombre homónimo. Miembro de la Asociación de Artistas y Escritores Españoles, presidenta de la Asociación Cultural Literarte —de la cual también es fundadora—, de la Asociación Canadiense de hispanistas (ACH) e igualmente de la Asociación de Escritores de Euskadi (AEE) y de la Asociación Colegial de Escritores. Dirige un taller de lectura desde el año 2010 que promueve eventos culturales como recitales poéticos, presentaciones y debates, entre otras actividades. En octubre de 2010 fue galardonada como editora y fundadora de la revista Alborada-Goizaldia por la editorial Granada Club —Selección-Granada Costa— en Salobreña (Granada-España). Es colaboradora habitual en múltiples revistas literarias nacionales e internacionales, así como en periódicos españoles. Ha publicado los libros de poesía: Tres poetas y una voz (2003) y Equidistancia (2017). Ha publicado los libros de narrativa: Las Ventanas de la Vida (Granada Club Selección 2012), colección de relatos con la cual obtuvo el Premio a la Crítica-Granada Costa en 2014, y Como la vida misma (2015), libro de relatos y microrrelatos que quedó finalista en los Premios Literatura de Euskadi —en castellano— y que lleva hasta la fecha su segunda edición. Como ponente, ha asistido a diversos congresos nacionales e internacionales y ha sido miembro de varios jurados literarios. Dirigió el programa radiofónico El Mirador en Gorliz Irratia, participó en Radio TAS-TAS de Bilbao (Viscaya) y en Radio Santoña (Santander). También ha dirigido el programa cultural televisivo El Mirador de María José Mielgo en Eusko TV. Actualmente dirige el magazine cultural La Atalaya en Gorliz Irratia y El Mirador en 97 Irratia.
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ENTRE LÍNEAS
He leído tantas veces entre líneas…
que he bebido de tus labios,
me han mojado tus lágrimas salobres.
Me has desnudado el alma
sin haberte dado el permiso
y has aplicado a mis heridas
bálsamos para que se cerraran los jirones.
He leído tantas veces entre líneas…
que te he esperado en la noche,
he visto ese brillo en tu mirada,
he sellado tus labios con un beso
y te he llevado de la mano,
pensando que éramos algo en la nada.
Has leído tantas veces entre líneas…
que has bebido de mis labios,
te han mojado mis lágrimas salobres.
Te he desnudado el alma
sin haberme dado el permiso
y he aplicado a tus heridas
bálsamos para que se cerraran los jirones.
Has leído tantas veces entre líneas…
que me has esperado en la noche
has visto ese brillo en mi mirada,
has sellado mis labios con un beso
y me has llevado de la mano,
pensando que éramos algo en la nada.
No sé si lo vivimos, si lo hemos soñado,
o si lo hemos deseado.
Solo sé, que hemos leído demasiadas veces
Entre Líneas.
GRATITUD
Camino sobre mis propios pasos,
no sé muy bien el porqué,
pero tu recuerdo viene a buscarme
y se aferra a mí con toda su transparencia:
ya se sabe que la noche nos obceca,
nos aboca a huir buscando una salida.
Solo sé que me atenaza tu figura,
que mi boca gritó demasiado alto
que no lloraría,
que no pensé
tener la mano tan extendida,
que no surcaría, jamás,
el mar de lo insospechable.
Pero aquí estoy y ahí sigues tú:
sé, hoy bien lo sé,
que sea cual fuere la estirpe
jamás dejaré hacer al azar.
AUSENCIAS PREDESTINADAS
Soñé contigo y sin ti.
Todo gira sin excesivo sentido,
sin lógica aparente,
sin porqués entendibles,
donde tu presencia quería imponerse
cuando tu ausencia se hacía presente.
Sentí un conato de olvido,
de pérdida rubricada,
donde lo vivido viste,
pero ya es agua pasada.
Y allí, al otro lado de la memoria
existe una balsa de vivencias estancadas,
de sentimientos casi olvidados
donde la vida, rezagada, aún gira
con algo más de sentido,
pero navegando entre neblinas
y ausencias predestinadas,
nada equidistantes.
VIENTO DE LEVANTE
Viento de Levante
que lo arrastra todo;
trae y lleva
mis sentimientos
más hondos,
y cual cayuco
navego a la deriva.
Viento de Levante
Que en mi vida se enquista,
Recuerdos de juventud
-y no tan joven-
donde tus vientos
acrecientan la huída.
Viento de Levante…
me acompañarás de por vida,
volveré a ti
ahora que han cicatrizado las heridas.
INVISIBILIDAD
Estar sin estar del todo
donde faltan los abrazos
que abrigan las madrugadas;
donde los labios se enfrían
y dejan una velada escarcha,
donde las miradas lánguidas
acusan brillos pasados,
donde se rompe el encanto
de los bosques animados.
Estar sin estar del todo
donde me quiebra tu brasa,
donde el tiempo se marchita
entre auroras y alboradas,
en esas horas perdidas
o tal vez desperdiciadas
y en ese trasluz tan nimio,
donde la realidad es nada,
busco el sentido de todo,
de las horas trasnochadas,
donde tu boca y la mía
buscan la palabra exacta.
SENTENCIA
Me ha vuelto a suceder:
los árboles me han hablado,
su música me ha devuelto tus recuerdos
y como una catarsis derramada,
me han perseguido y acompañado:
los he aceptado como compañeros de viaje.
Serena yo, pisando el asfalto que todo lo devora,
he querido escuchar y muy en el fondo
he creído o querido reconocerte.
Cuántas veces recuerdo tu frase:
“Algún día te acordarás” –esto, era ayer-
Hoy, aquella sentencia, te hace justicia.