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ALEJANDRA FERRAZZA
Nació en Buenos Aires, Argentina. Es poeta y narradora. Actualmente reside en Miami. Cursó los primeros años de Arquitectura y Urbanismo en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Participó en el taller de narrativa de la escritora argentina Susana Silvestre. Fue elegida para participar del taller para escritura de telenovelas coordinado por Telemundo y Miami Dade. Fue invitada al Primer Festival de Poesía de Granada en Nicaragua (2005). Es cofundadora del Proyecto Setra y co-dirigió por diez años el Taller Creativo de dicho proyecto en la librería Books & Books en Coral Gables. Es presidenta de la Fundación Nagari, una organización sin fines de lucro creada para promover a artistas y escritores a través de la revista Nagari, en su formato impreso y digital. Ella es también cofundadora y directora general de dicha revista. Formó parte de la Antología de Cuentos del Club Cultural Atenea – Ediciones Impresión (2000) y de la primera y segunda antología de narrativa y poemas de Nuevo Milenio– LiArt Internacional (2002). Forma parte de la selección poética de Miami La ciudad de la unidad posible editada por Editorial Ultramar (2009), presentada en la Feria del Libro de Miami en el mismo año y traducida al inglés en 2011. Participó en la selección poética Aquí [Ellas] en Miami publicada por Katakana editores (2018). Sus poemas y cuentos han sido publicados en medios digitales tales como: Crear en Salamanca, Metaforología y Nagari Magazine.
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A CADA INSTANTE DESCUBRO
la necesidad de encontrar
el abandono del cuerpo,
la exploración subyacente
del amor no mutilado.
En mi pensamiento, resurjo
intacta, sin pérdida de tiempo,
en una dimensión inventada.
Acaricio esa sombra bajo la piel
inconstante de lo no realizado,
y la consecuencia del ser y no ser.
Devano las madejas
enredadas de recuerdos.
Entre tanto intervalo sobrevivo,
dibujando palabras
bajo el trazo esquemático
de una línea sinuosa.
EL TIEMPO ANUDA SOMBRAS
que se parecen a nosotros,
hace y deshace
muda fachadas,
nos envuelve
en su eterno devenir.
Somos aquellos
que tal vez nunca regresen,
o nunca se hayan ido.
La oscuridad se aloja
entre nosotros,
despunta nuestros sueños…
y crece.
La madeja se enreda,
nos cubre,
pero el tiempo sigue andando,
cruza más umbrales
golpea nuevas puertas
y nosotros…
quedamos detenidos.
ELLA INTUYE QUE SIEMPRE EXISTIRÁ UNA ESQUINA
donde encuentre sus labios,
o una copa embriagada de secretos
en el zaguán de alguna calle.
Sus vientres latieron al unísono.
Su boca en espera de amaneceres sin relojes
sin equipaje ni destino
desfalleció entre esos pliegues
tan ávidos de tiempo,
cuando la luna conjuraba miel y llanto
en una sola noche de ventanas abiertas
donde se detenían todos los sueños,
mientras un saxofón acariciaba un poema
y el perfume de la quinta avenida
invadía sus poros de la manera
más dulce y más perversa.
Pero…
existe siempre la posibilidad de un choque de ojos
a la vuelta de otra esquina
o de un boleto de avión sin rumbo fijo.
Es lo imprevisto.
Una carta abierta… a la eventualidad.
ESTE INVIERNO
puedo concederte privilegios,
alimentada por letargos
y siestas imprecisas,
cobijando tu piel
bajo una sombra gris
en lo desconocido de mí.
El sol detiene su aliento
esperando cambiar
trivialidades.
Ataviada con palabras
que se desprenden de mí,
aparezco desnuda.
Imposible cubrirme con el desamparo
ya que en su transparencia
estoy ausente.
Volátil tu susurro
solo consigue aquietar
mi desatino.
SI PUDIERA CUBRIRTE
con mi piel y mis desvelos
en el azul de la noche…
no habría distancia.
Si pudiera encontrar
en el enredo
la punta de tu ovillo…
no habría misterios.
Podría así conquistar
el mundo y reír
hasta la madrugada,
entregarme a la emboscada
de tus manos
y dormirme en tu pecho
mientras la lluvia
golpea nuestra ventana.
SOFISMA
Perpetua en tu mirada
la distancia
desata la voluta del tiempo.
En una línea recta
el recuerdo se aferra.
Del pasado a este presente
solo la imagen perdura indemne.
Tu sofisma sobrevive,
y quién soy yo para quebrarlo.