BAQUIANA – Año XXII / Nº 117 – 118 / Enero – Junio 2021 (Entrevista)

ENTREVISTA CON LA POETA CORDOBESA JUANA CASTRO (PREMIO DE LAS LETRAS ANDALUZAS “ELIO ANTONIO DE NEBRIJA” 2021)

 

por

 

Maricel Mayor Marsán

 

Juana Castro para entrevista 1

 


Nació en Villanueva de Córdoba, Andalucía, España (1945). Es poeta, escritora y profesora. Es miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Ha colaborado en diversos medios como articulista y crítica literaria y en los diarios La Voz de Córdoba, Córdoba y El Día. Ha participado en ciclos, congresos y festivales de poesía con ponencias y recitales por pueblos y ciudades de la geografía española y en el extranjero.

Es autora de más de veinte títulos de poesía. Su más reciente poemario publicado se titula Antes que el tiempo fuera (Madrid: Hiperión, 2018). Ha publicado un libro de artículos, fue co-traductora de dos antologías de poesía italiana y su obra ha sido incluida o ha sido invitada a participar en más de cuarenta antologías, entre las que se encuentran: Poesía feminista del mundo hispánico, por los antólogos Ángel y Kate Flores (México: Siglo XXI, 1984); Ilimitada voz. Antología de Poetas Españolas 1940-2002, del catedrático José María Balcells de la Universidad de León (Universidad de Cádiz, 2003); y Trato preferente. Voces esenciales de la poesía actual en español, edición de la escritora Balbina Prior (Madrid: Sial, 2010).

Su poesía ha sido traducida parcialmente al árabe, catalán, checo, chino, francés, inglés, italiano, neerlandés, polaco y portugués. En 1995 se presentó una tesis doctoral sobre su obra bajo el título Trayectoria poética de Juana Castro (1978-1992), realizada por Encarna Garzón García, catedrática de Literatura, de la que se ha editado la tercera parte, titulada Temática y pensamiento en la poesía de Juana Castro (Córdoba, 1996). Los libros Narcisia y Del color de los ríos fueron traducidos al inglés y publicado, con introducción y traducción de la académica Ana Valverde Osan, por la editorial de la Universidad de Nueva Orleans en los Estados Unidos (University of New Orleans Press, 2012).

Desde los años 70 ha participado activamente en empresas culturales y dedicadas a temas de mujer. Fue Coordinadora Provincial de Coeducación (Consejería de Educación, provincia de Córdoba) de 1991 a 1996. Forma parte de la Asociación “Mujeres y Letras”, que organizó los Encuentros de Mujeres Poetas desde 1996 a 2003, y pertenece al Colectivo de Poetas Cordobesas.

Unos versos suyos se encuentran en un azulejo situado en el Patio de la Cancela del Palacio de Viana de Córdoba. En Málaga, Lucena y Villanueva de Córdoba existen sendas calles rotuladas con su nombre.

Ha recibido las siguientes distinciones por su poesía: el premio Juan Alcaide 1983 por Paranoia en otoño, el premio Juan Ramón Jiménez 1989 por Arte de cetrería, el premio Bahía 1991 por Regreso a Géminis (posteriormente Fisterra), el premio Carmen Conde 1994 por No temerás, el premio San Juan de la Cruz 2000 por El extranjero, el premio Jaén 2005 por Los cuerpos oscuros, y el Premio Nacional de la Crítica 2010 por Heredad seguido de Cartas de enero de la Fundación José Manuel Lara, Sevilla 2010, entre otros. También ha recibido el Premio Nacional Imagen de la Mujer en los Medios de Comunicación, Instituto de la Mujer, Ministerio de Cultura, Madrid 1984; el Premio Carmen de Burgos por la Universidad de Málaga 1996; el Premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer 1998 y recibió la Medalla de Andalucía en el año 2007, para mencionar algunos. En fecha reciente, la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) le concedió el XII Premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Nebrija” 2021 por la totalidad de su obra.


“Con su primer libro publicado en 1978 Cóncava mujer comienza oficialmente su carrera literaria. Los críticos estuvieron muy sorprendidos con este libro pues la mujer lo ocupaba todo, era el eje, el centro principal de los poemas. Una fuerte nueva voz había nacido; los temas iban desde la desolación hasta el placer. La intención de Juana Castro era abrir los ojos de aquellas mujeres que estaban atrapadas en las tradiciones y normas de una sociedad dominada por hombres.  Esas mujeres no podían ver como las injusticias de esas reglas les estaban afectando.”

Tres poetas cordobesas (artículo)
por Lola Hidalgo Calle
Sección de Opinión / Año XVI / No. 95-96 / 2015
REVISTA LITERARIA BAQUIANA
Miami, Florida, EE.UU.

“Juana Castro viene explorando desde hace cerca de 30 años los apenas vislumbrados territorios de la identidad femenina… La lectura de esta antología revelará al avisado lector una voz singular, personalísima, que se perfila ya como una de las poetas que más a fondo ha indagado en la sentimentalidad de la mujer en la segundad mitad del siglo XX.”

Mirada de mujer. La extranjera, de Juana Castro (reseña)
por Eduardo García
Sección Lecturas / Poesía / 2007
MERCURIO, Fundación Cultural J.M. Lara
Sevilla, España

 

“Hecha grito y canto, la palabra de Juana Castro vuela, entre la realidad y el sueño, como la voz de una auténtica poetisa.”

No temerás, de Juana Castro (reseña)
por Víctor García de la Concha
Miembro de número y exdirector de la Real Academia Española (RAE)
Sección Libros / Poesía / Número 157 / 1994
ABC Cultural
Madrid, España


Maricel Mayor Marsán: De todos tus libros, ¿cuál de ellos te ha dado más satisfacciones? ¿Existe un hilo conductor entre los libros que conforman el conjunto de tu obra?

Juana Castro: Iba a decir Los cuerpos oscuros, pero enseguida me he dado cuenta de que hay también otros. Varían los tiempos. El primero, Cóncava mujer, me dio la primera satisfacción, era un libro feminista y así se entendió, me llegaron felicitaciones, inclusión en antologías, pasé a formar parte del censo de poetas… En la misma línea, Narcisia, de 1996. Arte de cetrería también, por el premio Juan Ramón Jiménez y por el hallazgo de escribir de amor “desde o con” la cetrería (que por supuesto ya estaba en nuestra literatura). Y Los cuerpos oscuros por tratar de esa enfermedad, el alzheimer, desde mi propia experiencia de hija, tanto que cuando se pensó desde Genialogías en reeditar libros clave en la poesía española escrita por mujeres, las “genias” se empeñaron en ese libro, publicado en 2005. Es cierto que no se había reeditado, hacía 11 años de la primera edición.

Los cuerpos oscuros 367 X 570 Arte de cetrería 367 X 570 Concava mujer 367 X 540

 

     El hilo conductor de mis libros es el sujeto femenino. “Una clara voz de mujer que incorpora a la tradición literaria el otro lado de la experiencia humana, la que estaba por decirse, al tiempo que renueva los mitos reinventándolos o descubriendo la cara que ocultaban”, se lee en el portal cervantes virtual. Unas veces parto de mi propia experiencia, y otras de mis antepasadas rurales, mi abuela materna en Del color de los ríos o la paterna en Antes que el tiempo fuera, además de la madre, casi omnipresente. Únicamente Narcisia no está escrito en primera persona, porque se trata de cantar y alabar a la Diosa, al modo de la sacerdotisa Enheduanna, la primera escritora  –y escritor–  conocido de la Historia humana, pues firma su obra, el himno a la diosa Inanna, en tablas de arcilla y escritura cuneiforme, allá por la antigua Mesopotamia, 23 siglos antes de nuestra Era, hace 44 siglos. Se habla de Homero, como uno de los primeros autores conocidos, pero no, la primera en firmar sus obras fue la suma sacerdotisa Enheduanna. Con ella se inicia la historia literaria y la historia humana.

Narcisia 367 X 570 Del dolor y las alas 350 X 532 Antes que el tiempo fuera 350 X 532 El extranjero 350 X 532 Del color de los ríos en inglés 350 X 532 Nunca estuve tan alta 350 X 532 La jaula de los mil pájaros 350 X 532 Memoria della luce 350 X 532 Vulvadorada y lotos 350 X 532 Valium 5 para una naranjada 350 X 532

 

MMM: Desde la edición de tu primer poemario Cóncava mujer en el año 1978 hasta el presente, ¿cómo ha sido tu evolución poética? ¿Te identificas con la poesía que escriben las poetas contemporáneas españolas?

JC: He ido aprendiendo a decir sin reivindicar, contando tan sólo el deseo, la plenitud y la experiencia, mías o de otras. El lenguaje se ha ido despojando de lo accesorio, y se ha tenido en cuenta la musicalidad, el ritmo. Las poetas actuales hemos prescindido de la rima, pero no del ritmo. En mi caso, escribo casi siempre en verso blanco, pero hay una combinación de heptasílabos, endecasílabos y alejandrinos –a veces con algunos otros, para romper– que componen esa música. Y soy fiel a dos temáticas: la rural, por mi origen, y en consecuencia también la naturaleza, la Tierra y su cuidado; y mi ser y sentir mujer, desde la diferencia.

     Me identifico más con aquellas autoras en las que puede apreciarse esa musicalidad de la que hablo. Si se trata de pensamiento puesto en renglones cortos, y además no existe ese “trallazo” que te toca o te hiere la interna fibra, si no me llega a sacudir o a emocionar, no me identifico. Por fortuna hay muchas poetas que saben que la poesía es algo más que romper renglones, es la revelación del lenguaje, que te deja estremecida, tiritando. Por ejemplo, en la obra de las poetas traducidas al español no puede caber el ritmo, si lo hubiere. Al traducir, o eres fiel al concepto, o te vas con la música. Y sin embargo, he podido apreciar y valorar por ejemplo la poesía en el libro “Satán dice”, de Sharon Olds, o los poemas de Adrienne Rich en las diversas antologías publicadas en España. Quiero decir que la emoción puede estar en el ritmo, pero no sólo, es algo más, lo no dicho, el hallazgo, aquello que ya sabías pero que sólo descubres al leerlo en otras u otros.

     Entre las poetas en castellano, me siento más cercana a las poetas mayores en edad, las predecesoras, de las que soy o he sido coetánea en algún momento, y que, no por casualidad, muchas de ellas son andaluzas: María Victoria Atencia, Julia Uceda, la cordobesa Concha Lagos. Y las que se me aproximan en edad, como Chantal Maillard, Marta López Luaces, Amalia Iglesias, Aurora Luque… Y algunas jóvenes como Nieves Muriel, María G. Zambrano o Ana Castro.

María Zambrano 267 X 300

 

MMM: ¿Quiénes son tus escritoras preferidas entre las clásicas del canon literario peninsular?

JC: Las que cité antes, empezando por Rosalía de Castro, María Victoria Atencia, Paca Aguirre, Pilar Paz Pasamar, Florbela Scampa, Dionisia García… Sin olvidarnos de Carmen Conde, de quien se ha hecho una nueva y reveladora lectura a la luz de su relación con Amanda Junquera Butler, en el libro Esta flor secreta, Sabina 2020; a Carmen Conde le debemos la primera antología de poetas mujeres, Poesía femenina española 1950-1960 (Bruguera), en donde ya están  algunas de las que  nombro: Atencia, Uceda, Concha Lagos, Elena Martín Vivaldi, Concha Méndez, Sagrario Torres, Acacia Uceta, Elena Andrés, Aurora de Albornoz… Otra contribución importante para sentar la nómina de poetas mujeres la hizo Luzmaría Jiménez Faro, que editó 3 volúmenes de Poetisas Españolas en su colección Torremozas, que ahora dirigen sus hijas Paloma y Marta Porpetta y promueven dos premios: Carmen Conde y Gloria Fuertes.  Me siento también cercana a otras poetas que me siguen en edad, tan personales en su individualidad y estilo como Rosa Romojaro, Julia Otxoa, Josefa Parra, Mercedes Escolano, Isabel Pérez Montalbán, Eva Vaz, Luz Pichel, Ana Merino, Balbina Prior, Ana Rossetti, Concha García… las cordobesas y muchas más. Son poetas con las que me relaciono y a las que admiro. Aunque ahora parece que nos hemos distanciado, por culpa de la pandemia, y sólo nos vemos en la red.

Juana Castro en el VII Encuentro Poetas Granada nov 2002

 

MMM: ¿A qué atribuyes el hecho de que las obras valiosas de diferentes autoras son inencontrables en el mercado del libro?

JC: El canon sigue siendo masculino, porque la tradición también lo es, los clásicos que se estudian en los manuales de Literatura eran y siguen siendo varones, con alguna excepción, por eso yo en mi adolescencia, cuando estudiaba o leía carecía de modelos.

     Existe una especie de inercia para mantener en candelero a los autores masculinos, mientras las autoras son “flor de un día”. Aupar a una, generalmente joven, y olvidarla luego para poner a otra, esa lleva siendo mucho tiempo la “táctica”, seguramente inconsciente, de críticos, editores, jurados de premios, directores generales de Academias, fundaciones… porque además quienes deciden son ellos.

 

MMM: ¿En que consiste la labor que realiza la Asociación Genialogías de Mujeres Poetas? ¿Cuándo comenzaste a trabajar con esta organización?

JC: En 1996 se celebró el I Encuentro de Mujeres Poetas Peninsulares y de las Islas, en Vigo, provincia de Pontevedra, auspiciado por Maria Xose Queizán. María Xose es escritora, catedrática de Lengua y Literatura gallegas, y figura relevante en el movimiento feminista. Ha cultivado todos los géneros: novela, cuento, ensayo, teatro y poesía; también es traductora. Sus ensayos feministas tratan temas tan controvertidos como la colonización sexual de las mujeres, el cuestionamento de la maternidad biológica y la reflexión sobre la escritura no androcéntrica. Me invitaron, y fui a ese I encuentro, que luego tuvo su continuidad en Córdoba, 1997. En Vigo conocí a Luz Pozo Garza, poeta también gallega, y después leí a Xoana Torres y Pura Vázquez. Y conocí también a Chus Pato, con una poesía innovadora que parte de la ruptura del lenguaje y sus códigos. Siento atracción por las autoras gallegas, por la literatura y la cultura, y seguramente tiene que ver con mi posible origen gallego, empezando por mi apellido, Castro, y por Rosalía.

I Encuentro de Mujeres Poetas, Vigo 1996 - 700 X 570

 

     En ese encuentro me contó Luz Pozo Garza que mi libro Arte de cetrería había estado en la final del Premio Nacional de Poesía en 1990, y que su marido, Eduardo Moreiras, estaba “enamorado” y “empeñado” en ese libro, lo votó hasta el final. Pero ganó Carlos Bousoño con su libro Metáfora del desafuero.

     Ahora no sé decir por qué me invitaron a aquel encuentro, son hitos en mi vida de los que no se sabe el porqué ni el cómo. Así conocí personalmente a poetas que apenas había leído y me enteré de lo que el académico y escritor Moreiras había luchado por mi libro.

     Pero volvamos a los Encuentros. Y es que gracias a aquel, yo recogí la antorcha y al año siguiente, entre las que componíamos el Colectivo de Poetas Cordobesas celebramos el II Encuentro en Córdoba. Los Encuentros se celebraron entre 1996 y 2005, en Vigo, Córdoba, Málaga, Lanzarote, Barcelona, San Sebastián, Vitoria-Gasteiz, Granada y Madrid. De algunos se publicaron las actas, de otros no, dependiendo del presupuesto de quien nos financiara. Y en cada uno se homenajeaba a una poeta del pasado, en Córdoba a María Teresa León, y asistió su hija Aitana Alberti. Contamos con Olvido García Valdés, Fanny Rubio, María Victoria Atencia, Ángeles Mora y muchas más.

     Fue en 2013 cuando se creó la Asociación Genialogías, en Madrid, de la mano de Yaiza Martínez, que había contactado con Concha García y luego conmigo. Genialogías venía a recoger el espíritu de aquellos Encuentros. Cada uno de ellos se había centrado en una temática general: Sujeto femenino y palabra poética, El canon, El deseo de la palabra, La enunciación poética, Escritura femenina y tradición, Palabras cruzadas, Pero ese puente existe, Poéticas peninsulares, Las antologías…

     Genialogías empezó con 30 poetas, creció y se materializó en dos fines: Conocernos, leernos unas a otras, dar a conocer la poesía escrita por mujeres. Y reeditar la obra (un libro), descatalogada o que no estuviera en el mercado, de las poetas que nos parecieran esenciales, dos autoras cada año. Empezamos por María Victoria Atencia. Queríamos que la acompañara Julia Uceda, que fue Premio Nacional de Poesía en 2003, la primera mujer de la democracia, formando parte del jurado Aurora Luque, Julia Barella y yo misma entre otros. Esas reediciones las hacen cada año la Asociación Genialogías conjuntamente con la editorial Tigres de papel. No pudo ser la obra de Julia Uceda, y las compañeras se empeñaron en que fuese yo, con Los cuerpos oscuros.

Los cuerpos oscuros-2ª Edic - GENIALOGÍAS

     Ahora Genialogías es una Asociación que tiene actividades de formación (talleres), nos reunimos 2 veces al año (con la pandemia, via zoom), hemos publicado una antología de poetas europeas, “La Europa de las Escritoras. 28 – 28” (una poeta por cada nacionalidad) que coordinó Nieves Álvarez; otra, Somos, no venal, de las poetas de Genialogías, antología V aniversario; se ha hecho un estudio de todos los premios literarios, analizando el género de jurado y ganadores, a cargo también de Nieves Álvarez. Ahí se demuestra que no se cumple la ley de igualdad en la composición de los jurados, aunque estarían obligados por tratarse de premios costeados por organismos públicos (Fundaciones, Diputaciones, Ayuntamientos…); ese estudio, que se publicó, se revisa cada año, y me cuenta Nieves Álvarez que el año pasado eran 10 los premios con jurado paritario, y en 2020  ya fueron 25; lo cual demuestra que no es un trabajo vano, y que poco a poco las entidades convocantes van “educándose”, se han ido normalizando para que en el jurado haya igual número de mujeres que de hombres. Hay otro grupo de trabajo, del que formo parte, que confecciona una “Diccionaria”: son nuevos vocablos para designar lo femenino que no está nombrado, o vocablos ya existentes con otro significado; y hemos publicado, desde 2016 hasta hoy las reediciones de los libros: Marta y María – Los cuerpos oscuros; Ítaca – Poemas de Cherry Lane; El grito inútil – Cobalto; Los devaneos de Erato – Mnemosine; El pájaro mudo – La mano muerta cuenta el dinero de la vida. Las autoras son, por el orden de los libros: María Victoria Atencia – Juana Castro (2016); Francisca Aguirre – Julia Uceda (2017); Ángela Figuera – Esther Zarraluki (2018); Ana Rossetti – Dionisia García (2019); Luz Pichel – Menchu Gutiérrez (2020).

 

MMM: ¿Me podrías resumir los puntos esenciales de tu concepto “El sentido libre de ser mujer”?

JC: Para mí, el sentido libre de ser mujer es saber que eres mujer, del sexo/género mujer, pero que además lo eliges libremente, eres mujer y eliges ser mujer. En una intervención, como poeta y feminista, que hice en 2008 en el auditorio de la facultad de Letras de Barcelona, fui contando mi vida, desde que siendo niña leía en alta voz a las mujeres del cortijo (mi madre, la casera, la pastora, mi tía, alguna segadora…) y lo feliz que me sentía en el colegio de monjas donde estudié, porque allí había orden, belleza, piano, libros… todo lo que no había en mi casa. Luego conté que, de recién casada, mi marido y yo compartíamos actividades de formación con la juventud del pueblo donde trabajábamos como maestra y maestro. Pero el día en que llegó la hora del biberón de mi primera niña, me fui a casa sin decirle nada a Pedro, mi marido. Cuando él llegó, acompañado del médico –manteníamos amistad– no me encontraron, la niña estaba en su cuna, dormida, ya se había tomado el biberón, pero la madre, ¿dónde? No se supo dónde estaba yo, que por supuesto no había dejado sola a mi niña. Todo fue una escaramuza para hacerle reflexionar a él, para que comprendiera que habría que repartir tareas, también de cuidado, o yo tendría que renunciar a hacer actividades conjuntas con él, como antes.

     Ese es el sentido libre, soy mujer y elijo serlo, pero en libertad para cambiar roles, para “educar” a mi pareja, para elegir lo que me parece positivo del “mundo” femenino y lo que no acepto por parecerme negativo. Tenemos mucho que aprender de nuestras abuelas, de nuestras madres, de una cultura de mujer que abarca el mundo, que está en todas las geografías y naciones. Cultura que cuida de las personas y el medio, la naturaleza, el mar, los bosques, los alimentos, y que sabe encontrar remedios naturales para las afecciones. Pero no queremos ser “el ángel del hogar” ni la esposa sin derechos de la dictadura franquista, aunque no nos gusta la palabra “igualdad” porque no se suele entender bien. Igualdad de salario sí, igualdad de horario, igualdad educativa, de oportunidades, de formación…

Homenaje a los Poetas del 27 700 X 470

 

MMM: Le dedicaste un libro a la ilustre escritora María Zambrano. ¿Qué te motivó a investigar su obra y escribir sobre su vida en particular?

JC: En el grupo de pensamiento del que formo parte, en Córdoba, grupo feminista pero variopinto, de profesoras, escritoras, artistas plásticas, cinéfilas… dedicamos un curso a conocer la vida y la obra de María Zambrano. Y, como yo he sido, soy maestra de Educación Infantil, me pareció hermoso acercar la figura y la obra de María a las y los jóvenes, como divulgación, una primera aproximación para abrir boca y que luego pudieran profundizar leyendo sus obras. Porque María Zambrano es fácil y no es fácil de leer, o a mí me lo parece.  Y lo hice en Sabina Editorial, que tiene una colección juvenil, con ilustraciones y en versión español-inglés.

     Se dice de María Zambrano que era discípula de Ortega y Gasset, pero en el libro se cuenta la anécdota de cómo un día el maestro tomó conciencia de que ella había iniciado su propio camino.

     La vida de María fue una vida difícil, por la guerra civil y su exilio, y porque sufrió las pérdidas de su madre y luego de su hermana, pero siempre escribiendo.

     Me interesa sobre todo su aportación a la filosofía de “la razón poética”, que es la poesía, lo sagrado que late en ella. Si hasta entonces la Filosofía se había centrado únicamente en el logos, el pensamiento, ella aporta esa nueva visión de la poesía, de lo que no tiene explicación porque está más allá, por encima o por detrás del pensamiento.

     Y ya de vuelta a España publica De la aurora (1986). María amaba la noche, como la mayoría de las creadoras, pero le atrapó ese momento del amanecer en que empieza el día sin haber terminado la noche, ella dice que esa luz del amanecer lleva en su interior la oscuridad. Es lo que en Andalucía y en algunas canciones llamamos “las claras del día”.

     En la vida de María Zambrano podemos ver cómo pone en práctica “el sentido libre de ser mujer”. Aunque ella usa el lenguaje “normativo” de su tiempo y de la Real Academia, para nombrar al ser humano  –escribe “el hombre”–  hay que entender dónde está ella y cómo para ser leída y escuchada debe situarse dentro de “la normatividad” lingüística de su tiempo, lo que marca la RAE.

     Lo que escribí es un libro que puede ser leído también en todas las edades, porque la personalidad de María atrapa, en sus escritos y en su vida. Y además, cada vez que pasamos por la estación del ave de Málaga, nos acordamos de ella, porque leemos, bien visible, “Estación María Zambrano”.

 

MMM: Hace poco el servicio de información de la RAE destacó las palabras de la escritora y filósofa malagueña María Zambrano «Nunca me he quedado sin patria, mi patria es el idioma». Eres una buena conocedora de su pensamiento crítico ¿qué piensas acerca de este testimonio?

JC: Es una frase terrible, porque tantas veces sabemos que se sintió sola, con la nostalgia de España. Pero sí, la palabra la salvó siempre, nunca dejó de escribir, y con razón dice: “Mi patria es el idioma”. Tuvo la suerte de que en Hispanoamérica se hablaba castellano. Y que los idiomas de Italia y Francia le eran muy cercanos. Pero pudo decir esa frase porque al escribir recuperaba su patria, escribía en su idioma, el castellano, el español. Y allí, en el idioma estaba ella, sus lecturas de siempre, su cultura.

     Otras mujeres, a partir de patria, han inventado la “matria”, palabra que vi por vez primera en Victoria Sendón de León, cuyo libro Sobre diosas, amazonas y vestales fue un hito para mí en mis años de formación feminista, los 70. Matria: después la han usado también algunas –y algunos– poetas.

 

MMM: ¿Qué vínculos tienes con la poesía escrita por mujeres en Hispanoamérica? ¿Es posible algún tipo de unidad y mutuo entendimiento entre las poetas de ambos lados del Atlántico?

JC: A mí el vínculo me viene de antiguo, desde que a los 14 años elegí a Juana de Ibarbouoru como mi madrina. He contado que en mi casa no había libros, desde que aprendí a leer devoraba todo lo que se pusiera a mi alcance. En el colegio de las monjas de Cristo Rey, donde estudié el bachiller, había una biblioteca, y podía sacar libros, media peseta por una semana. Mi madre me daba como tentempié para el recreo un bollito de pan y una peseta, con la que compraría una barrita de chocolate, que me gustaba muchísimo. Pero muchas veces esa peseta fue para sacar libros de la biblioteca, y me quedaba sin chocolate.

     Bueno, me he ido a otra cosa, vuelvo a Juana de Ibarbourou. Un día fue a mi pueblo, que era el suyo, un poeta andariego que vivía en Puerto Rico, como Juan Ramón. Recitó poemas de Juana de América, porque a Juana le habían dado ese título en su país, Uruguay. Y aquellos poemas de Raíz salvaje, de campo y de amor y locura, me entusiasmaron. Y pedí un libro de Juana de Ibarborou por carta, sin especificar título, a Pilar Sarasola, la “Viuda de Luque”, que así se llamaba la librería de Córdoba. Y recibí el libro por correo para pagar “contra reembolso”. Era la antología “Poemas”, colección Austral, Espasa Calpe, Argentina Buenos Aires, 8ª edición 1951. Y todavía lo conservo.

     Después fui lectora de Ida Vitale, de Dulce María Loynaz que fue Premio Cervantes igual que María Zambrano. Y he leído también a Fina García Marruz, Blanca Varela o Claribel Alegría, todas Premio Reina Sofía de poesía hispanoamericana. En los manuales de Literatura estaban, además de Sor Juana y Santa Teresa, la premio Nobel Gabriela Mistral, y ninguna más.

     Entre Hispanoamérica y España siempre hubo, y sigue existiendo, una corriente de interés y atenciones mutuas, que viene desde que las poetas del 27 fueron allí como exiliadas, durante la guerra civil española y el franquismo. Como poeta participé, en diferentes años de los 90 y los 2.000, en las ferias del libro de Miami, La Habana y Guadalajara en México, además de un congreso en Granada, Nicaragua, en 2013. Ah, y también estuve en San Juan de Puerto Rico con la asociación de profesoras y profesores de español en EE. UU., hacia 1995. Tuve relación con algunas poetas coetáneas como Olga Orozco, Teresa Andruetto, Gioconda Belli, Clarivel Alegría… Por supuesto, hemos compartido actividades con las escritoras y poetas establecidas en España, como Cristina Peri Rossi o las argentinas Noni Benegas y Neus Aguado. Y aquí en Córdoba, en Cosmopoética, hemos invitado a poetas y poetisas de allá. Mantengo correspondencia con Marta López Luaces y con las profesoras Sharon Keefe Ugalde y Candelas Gala, con quien estuvimos Concha García y yo en un congreso en Carolina del Norte. Y recuerdo también a Margaret Persin, Kay Pritchett o Roberta Quance. Ahora son las jóvenes quienes pueden tomar las riendas para dar a luz nuevos proyectos.

Con la hispanista Sharon Keefe Ugalde y Maria Victoria atencia en la presentación de Envoz alta, Córdoba 2007 - 700 X 465

 

MMM: De todos los múltiples premios que has recibido hasta la fecha, ¿existe alguno en especial que te ayudó a catapultar tu obra poética? ¿Podrías elaborar al respecto?

JC: El premio Juan Ramón Jiménez al libro Arte de cetrería en 1989 fue muy sonado. Salieron reseñas en todas partes. Por ejemplo, el entonces director de la Real Academia de la Lengua, Manuel Alvar, publicó en Blanco y Negro, suplemento de ABC, “Un nuevo vuelo de altanería, de Juana Castro” (22-abril-1990). De ahí es esta cita: “Juana Castro ha ido más lejos: ha tomado lo que pudiera ser arte doctrinal, lo ha desempolvado y lo ha hecho servir, inédito y nuevo, para las zozobras del amor. (…) Hermoso libro que para ser de hoy no ha necesitado romper con una hermosa tradición, sino aprehenderla y darle nuevo contenido.”

     Pero también lo fue, como he dicho antes, Los cuerpos oscuros. Me dicen los editores de Tigres de papel que es el más vendido.

 

Entrega del Premio Igualdad, por Mª Dolores Sánchez - Cordoba - 700 X 484

MMM: En el año 2014 la Diputación de Córdoba te otorgó el Premio Igualdad. ¿En qué consiste esta premiación?

JC: Estos Premios suponen un reconocimiento a mujeres, hombres, colectivos, entidades o instituciones de la provincia de Córdoba que por su sensibilidad y trabajo por los derechos de las mujeres, la no discriminación por razón de sexo, o por la igualdad de oportunidades para ambos géneros, hayan desempeñado sus iniciativas en el ámbito de la economía, el educativo, el social y deportivo, del arte y la cultura, de  la ciencia y la tecnología, de la comunicación y del movimiento feminista, además del galardón Ejemplo de Igualdad. Son ocho premios cada año, uno para cada ámbito, el mío en el apartado de arte y cultura.

    El acto de entrega de cada año se celebra alrededor del 8 de marzo, y han sido premiadas diferentes mujeres en distintos campos: locutoras de radio, periodistas, artistas…

 

MMM: El pasado mes de diciembre de 2020 la Asociación Colegial de Escritores, en la sección de Andalucía, reconoció tu brillante trayectoria literaria al otorgarte el XII Premio Elio Antonio de Lebrija de las Letras Andaluzas. ¿Consideras que este reconocimiento de tu obra es una reivindicación de tu labor como mujer y poeta? ¿Cómo te sentiste al recibir la noticia?

JC: Muy contenta. Ufana. Sobre todo, o también, por la calidad de las y los poetas que me han precedido. Por una vez, en este premio hay paridad, o casi, pues son 7 varones y, conmigo 5 mujeres. Las y los premiados hasta ahora fueron Antonio Gala, Manuel Alcántara, Pilar Paz Pasamar, Rafael Guillén, Mariluz Escribano, Pablo García Baena, Josefina Molina, Antonio Hernández, Fernando Arrabal, María Victoria Atencia y Rafael Ballesteros. De Córdoba vamos cuatro, Antonio Gala, Pablo García Baena, Josefina Molina, que es directora de cine, y yo.

     Este es el texto de la concesión: Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945) es poseedora de una «obra tocada por la magia de la palabra suma, vitalista, sensual, armoniosa, recamada de luz e intensamente humana», propia de una «brillante personalidad literaria que impregna toda su creación de un modo de escribir que sólo se concede a los escasos elegidos».

     Su destacada y polifacética labor en el ámbito de las letras, pone de relieve la dilatada obra general de la autora, «que se corresponde con una de las voces más sólidas y versátiles de la literatura andaluza y española contemporánea, formando parte indiscutible del patrimonio literario andaluz, español y universal».

 

 Barcelona grupo 700 X 465

 

 

FOTOS

Archivos privados de Juana Castro

y

Archivos de la Revista Literaria Baquiana