BAQUIANA – Año XXI / Nº 113 – 114 / Enero – Junio 2020 (Poesía IV)

FOTO SECCIÓN POETICA

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

DOMINGO IGNACIO GARCÍA GONZÁLEZ

Nació en Huelva, España (1973). Poeta, ilustrador y maestro de Educación Primaria por la Universidad de Huelva. En la actualidad trabaja en un centro de tutela de menores en Eastbourne, Inglaterra, en donde forma parte del equipo de terapia educacional. Ha publicado sus poemas y microrrelatos en publicaciones colectivas, tales como: Inspiraciones nocturnas IV, Pluma, tinta y papel VI y Versos en el aire IX del portal literario Diversidad literaria. Además, con la editorial de nombre homónimo publicó el libro Poemario para gente normal (2019).

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

CAMINA CONMIGO

 

Ven y camina conmigo,

al fin y al cabo, los dos buscamos lo mismo.

Caminar hacia ninguna parte.

Usa todo el rimel que necesites

para ocultar la tristeza de esos maravillosos ojos.

El día que despiertes

y no necesites maquillaje,

estaré a tu lado,

como siempre,

sin pedir nada a cambio.

Pero si decides que el espejo del baño

nos refleje juntos, cada mañana,

entonces, el camino andado

habrá superado en demasía mis expectativas.

 

 

CONFIESO MI CLEPTOMANÍA

 

Sí, y no me avergüenzo de ser así.

Cada noche salgo a por un nuevo botín.

Y tengo que confesar que me excita.

Podrías llamare fetichista.

Busco mi presa.

La observo.

La estudio.

Le muestro mis cartas

y cuando menos lo espera,

la seduzco,

y le robo una mirada.

No necesito nada más.

Una vez que tienes sus ojos,

lo demás, es solo sexo.

 

 

ELLA ES

 

Ella es de esas mujeres

que no las oyes venir marcando el paso

como si de un desfile de la legión se tratase.

Ella camina segura,

sí, de eso no cabe duda,

pero serena,

cuidando cada paso que da

para no herir a nadie

y, por supuesto,

para no ser herida.

Menuda es ella.

Cuando llegó a mí, lo hizo así,

segura de sí misma,

a salvo y ofreciendo todas las garantías

de ser una mujer de las que cuando llegan,

no se irán fácilmente.

Y eso, la verdad,

es algo que te deja el corazón tocado

para siempre.

Qué miedo da el saber que,

aun sin merecerlo,

está a mi lado.

Entonces, inevitablemente me pregunto:

¿Cómo defenderse de algo así?

 

 

LA DESNUDEZ DE SUS PALABRAS

 

Cómo me podía resistir

a la desnudez de sus palabras.

Los armónicos de su timbre,

tarjeta de presentación que me enamoró.

Las vibraciones de su tono,

cuerpo sonoro con escalas musicales,

Sí, Mí, Sol, las notas principales.

La intensidad de su volumen,

aire exhalado de su pecho.

Aire afortunado.

Y su duración,

eterna vibración en mis oídos.

Grabada a fuego.

Imposible olvidar.

No fue fácil asimilar

que toda aquella desnudez

ya tenía quién la abrazara.

 

 

LOS CINCO SENTIDOS

 

Tengo ganas de oírte.

Y es que tu voz me dice tantas cosas; incluso cuando callas.

Tengo ganas de verte.

Mirar tu mirada en esos ojos color tú; incluso cerrados.

Tengo ganas de olerte.

Perfumas mis sábanas, mi piel, el aire; incluso en tu ausencia.

Tengo ganas de tocarte.

Con un dedo, con toda la palma, vestidos, desnudos; incluso detrás del cristal.

Tengo ganas de saborearte.

Tus labios, tu cuello, tu pecho, tu sexo, tus pies fríos; incluso sin hambre.

Y es que si supieras que:

con tu voz, tiendes puentes;

que con tu mirar, iluminas cada paso;

que con tu olor, perfumas esta vida;

que con tu tacto, aseguras mi camino;

que con tu sabor, alimentas mis suspiros.

 

 

NO SERÁ POR CASUALIDAD

 

Si me encuentro en tu memoria

no será por casualidad.

No creo que por azar,

por coincidencia

o de chiripa,

me haya arraigado en tu cabeza.

Más bien creo que algo de mí

se ha incrustado en ti,

muy hondo,

y ahora la metástasis del amor

se está propagando por tu cuerpo.

Corazón, estómago y cerebro.

Esto no tiene cura y lo sabes.

Como sabes que puedes contar conmigo

para que, en esas noches frías solitarias,

no duermas sola.

Pues, como te digo,

si existo en tu memoria,

no será por casualidad.