BAQUIANA – Año XX / Nº 111 – 112 / Julio – Diciembre 2019 (Reseña I)

UNA ONDA EN EL AGUA, DE HERIBERTO PAGÉS LENDIÁN

 

 por

 

Anthony J. Aiello 


Una onda en el agua 195 X 300

Ediciones La Mirada
Las Cruces, Nuevo Mexico, EE. UU.
2019
ISBN: 978-1796-219-37-1
pp. 114


El poemario Una onda en el agua, del cubano-canadiense Heriberto Pagés Lendián (1950), acaba de ser publicado por la editorial La Mirada bajo el cuidado del editor Jesús J. Barquet y con un provechoso prólogo del prestigioso poeta y crítico cubano Virgilio López Lemus. El libro nos entrega poemas de hondo contenido ontológico y poético sobre el misterio de la existencia del ser humano y su desazón por el inevitable olvido que lo infinito del tiempo acarrea, temas estos que llevarán al lector a reflexionar sobre la poesía que late dentro de sí, descubriendo su karma cuando, al modo del poeta, ahonde en sus propias vivencias.

     Con un lenguaje culto y depurado, el libro trae motivos tan ancestrales como memento mori, carpe diem, beatus ille, tempus fugit y ubi sunt, presentes en poemas tan antiguos como “El canto del arpista” de la literatura egipcia del primer período intermedio (alrededor del siglo XXI a.C.) y magistralmente tratados en la literatura española por Jorge Manrique, Lope de Vega y Francisco de Quevedo. Si en “El canto del arpista” el poeta se pregunta “qué ha sido” de “los nobles y bienaventurados” ya difuntos y de sus casas (“ninguno de los que se han ido vuelve”), Pagés Lendián nos avisa que en un castillo abandonado “la dama espera al caballero. / Decidme: ¿Adónde han ido / la juventud y los sueños?” (p. 25), así como que en una bahía

una nave traspasa frágilmente

la línea del alba

y en una estela que se borra

alguien que nos ama

no regresa jamás. (p. 23)

 

     El título del volumen deviene una gran metáfora sobre la existencia del hombre, sobre todo lo que en la vida acontece y se va alejando hasta perderse en lo infinito, sobre las vivencias que irremediablemente estuvieron o están un día con nosotros, pero que, como “una onda en el agua”, se van dispersando en lontananza, embistiéndonos rudamente y hundiéndonos en nostalgias y zozobras por lo que no aceptamos perder. Dicho título proviene de la primera sección del libro (“Una onda en el agua”), constituida por veinte poemas que se enhebran a través de la imagen que presenta su primer poema, homónimo:

El mendigo contempla

en el lago el reflejo

de su meditación.

El mundo entero es

una onda en el agua. (p. 21)

 

     Se van sucediendo así, poema tras poema, preocupaciones ontológicas sobre la existencia, la muerte que nos acompaña desde que nacemos, los seres más queridos que perdemos y ese futuro siempre incierto en que la memoria individual es un albur en la memoria social, último escollo para alcanzar la inmortalidad en la conciencia social.

     Las próximas dos secciones (“Las aves circulares del exilio” y “Presencias”) no se sustraen de las preocupaciones principales del libro, sino que las reconcentran en dos subtemas que tampoco pueden escapar de él: en “Las aves circulares del exilio”, compuesta por seis poemas, late incesantemente ese recomenzar que significa la vida del exilio con sus avatares y olvidos; y en “Presencias”, con treinta y tres poemas, se nos habla de vivencias en las que siempre está presente el tiempo sepultador.

     El estilo de Pagés Lendián es tan contemporáneo como culto. Su propuesta estética se construye con versos libres encabalgados de los que nace la poesía por su contenido (de sentimientos, emociones y reflexiones humanas), por su ritmo interior coherente con la tradicional poesía española, y por su lenguaje tropológico rico en metáforas (“El mundo entero es / una onda en el agua”), metonimias (“¿Cuántas almas se han perdido / en estas travesías / con el ansia de regresar?”, p. 48), prosopopeyas (“El océano esculpe las rocas de la costa”, p. 22), epítetos (“Viejas tristezas”, p. 86) y elegantes imágenes de ese mundo que se escapa con el tiempo:

Gira sin cesar la rueda

que alza y precipita.

La Emperatriz nos mira.

La Emperatriz se ríe.

Y sus piececitos

danzan en el polvo

de la eternidad. (p. 28)

 

     Asimismo, cuando el autor se decide por la prosa poética en seis textos al final de la tercera sección, lo poético no se aleja de estas peculiaridades de su poesía: ”Muchos ven las tardes lluviosas con la rara nostalgia de sentir que algo se repite”‘ (p. 105).

     Un lenguaje culto revela la formación de este poeta, también profesor, que, a pesar de desenvolverse en un mundo bilingüe entre el inglés y el español, sabe muy bien lo que es el uso y cuidado de una y otra lengua, sin necesidad de caer en extranjerismos, vulgarismos ni coloquialismos. Del mismo modo, el contenido descansa en una metapoesía cultural, al estilo del neobarroco de José Lezama Lima, todo lo cual revela la formación del poeta y garantiza el placer del lector informado, quien puede reconstruir aquí esos acertijos del pasado respecto a la brevedad de la vida y a lo eterno del olvido que resultan ahora revividos por Pagés Lendián. Entre genotextos, intertextos y epígrafes descansa una amplia referencia de la cultura universal por la que desfilan La Sagrada Biblia, Ingmar Bergman, Jorge Manrique, Antonio Machado, Jorge Luis Borges, Eliseo Diego, Ángel Augier, William Shakespeare, Rainer Maria Rilke, Gershom Scholem y Carl Sandburg, entre otros creadores.

     Obviamente, Pagés Lendián nos ha entregado un poemario de exquisita factura tanto por su contenido filosófico y humano como por su lenguaje erudito, un libro en el que la poesía flota desde el fondo de las lucubraciones ontológicas de todo ser humano sobre la finitud de la vida y la hegemonía del olvido ya que, como dice el poeta, en un universo sin dioses que nos envíen sus anunciaciones sólo podemos encontrar criaturas “incapaces de responder ninguna pregunta / ni comprender la angustia cósmica / de nuestra soledad” (p.34). Estoy seguro de que los lectores disfrutarán hondamente Una onda en el agua, pues hallarán en este poemario esa fruición con que únicamente la buena poesía nos permite alcanzar lo sublime.

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ANTHONY J. AIELLO

Nació en Camaguey, Cuba, (1950). Es Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Arizona. Ha sido profesor universitario en Cuba, Afganistán y los Estados Unidos. Autor de tres libros de texto para la enseñanza del español como lengua extranjera, de diversos artículos literarios y reseñas de libros, así como del ensayo Presencia de la episteme posmoderna en el discurso narrativo hispanoamericano de los umbrales del siglo XXI: Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Leonardo Padura.

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