BAQUIANA – Año XVIII / Nº 103 – 104 / Julio – Diciembre 2017 (Entrevista I)

ENTREVISTA CON LA NOVELISTA BOLIVIANA GIOVANNA RIVERO

(Seleccionada entre los 25 nuevos talentos latinoamericanos de la FIL de Guadalajara 2011)

 

por

Maricel Mayor Marsán

 

Giovanna Rivero - Entrevista I 300 X 400


Nació en Montero, Santa Cruz, Bolivia (1972). Novelista, cuentista, periodista y profesora de literatura. Obtuvo un doctorado en Literatura Latinoamericana en la Universidad de la Florida (Gainesville, Florida) en 2015. Fue profesora de semiótica y periodismo en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. En la actualidad se desempeña como profesora de Literatura Latinoamericana en Ithaca College, Nueva York.

En 2004, participó en el Programa de Escritura de Iowa en la Universidad de Iowa. En 2006 le fue otorgada la beca Fullbright-LASPAU que le permitió trasladarse a los Estados Unidos para completar sus estudios de postgrado. En 2009 participó en el Festival de la Palabra de Alcalá de Henares y en 2010, en Fét a América en Barcelona.

Ha publicado los libros de cuentos: Contraluna (2005), Sangre Dulce (2006), Niñas y detectives (Bartleby, 2009) y Para comerte mejor (Sudaquia, 2015; El Cuervo, 2016); los libros de cuentos para niños: La dueña de nuestros sueños (2002, 2010) y Lo más oscuro del bosque (2015); y las novelas Las camaleonas (2001), Tukzon (2008), y 98 segundos sin sombra (Caballo de Troya, 2014; Random House Argentina, El Cuervo 2016). Sus cuentos han sido traducidos a varios idiomas (inglés, alemán, francés, húngaro y farsi). Su obra ha sido incluida en diversas antologías como: Pequeñas Resistencias Vol. II (Madrid, 2005), El futuro no es nuestro (Eterna Cadencia, 2009), The Fat Man From La Paz (Seven Press, Nueva York, 2000), Voces de las dos orillas (Universidad de Plaza Ancha, 2001) y Ships of Flame (Antología compilada por Michi Strausfeld, Alemania, 2010).

En 1996, fue premiada con el Premio Municipal de Santa Cruz de Literatura por su colección de cuentos Las bestias. En 2005, recibió el Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo por La Dueña de nuestros sueños. En 2011, fue seleccionada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como uno de “Los 25 Secretos Literarios Mejor Guardados de América Latina”. Con su cuento “Albúmina” obtuvo el prestigioso premio internacional de cuento Cosecha Eñe 2015.


“La narrativa de Giovanna Rivero se puede definir como un acto de magia, de prestidigitación, que busca seducir a quien se sumerja en las aguas transparentes de sus cuentos y relatos. Al elemento mágico ahora hay que sumarle el ejercicio de la fantasía presente en los diálogos y las descripciones de situaciones y circunstancias que se amplía en un universo poético bien desarrollado y resuelto”.

Homero Carvalho Oliva
Diccionario Cultural Boliviano
La Paz, Bolivia
(3 de marzo de 2012)

 

“Para comerte mejor de Giovanna Rivero también indaga en la fragilidad de las emociones humanas pero juega con la yuxtaposición de géneros e imaginarios que se encuentran instalados en nuestra cultura. Vampiros, seres que vienen más allá de la muerte, la inestabilidad  de los mundos “reales” y fantásticos” generan una lectura que se debate entre los límites de la locura y la cordura, lo humano y lo inhumano.”

Magdalena Gonzáles Almada
Libros recomendados
El Diario – Cultural
La Paz, Bolivia
(12 de enero de 2016)

 


MMM¿Cuándo decidiste que la literatura era parte de tu plan de vida?

 

GR A nivel consciente, lo decidí a los veinte años. Me había mudado de mi pueblo de origen, Montero, que entonces era muy pequeño y adoptaba sin filtro todo lo que la modernidad podía ofrecerle. La Paz, en cambio, bullía de otra manera. Sin embargo, ese cambió entrañó un doloroso shock cultural. Era muy joven y salí muy herida de esa primera migración. Pero fue allí donde y cuando la escritura se me reveló como un amoroso refugio y una forma de lectura o interpretación del mundo.

 

Premio Eñe - Círculo de Bellas Artes, Madrid 400 X 300

En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, España, durante la entrega del Premio Cosecha Eñe 2015, en el cual mi cuento “Albúmina” resultó ganador. En la fotografía, de izquierda a derecha están la poeta Elena Medel, la escritora Giovanna Rivero y las finalistas: Emily Roberts y Sonia San Roman

 

MMM Dentro del panorama de las letras bolivianas no existen muchas mujeres que se hayan destacado por su poesía o prosa. No es hasta el siglo XX donde surgen algunas voces como las de Yolanda Bedregal y Alcira Cardona Torrico pero sin mayor repercusión de cara al exterior. ¿A qué factores se le pueden atribuir el hecho de la poca participación femenina en las letras de tu país?

 

GR Existen, pero los sistemas de visibilización/invisibilización cultural tardan siempre en espabilarse y hacer justicia. Adela Zamudio y Lindaura Anzoátegui marcaron sendas importantísimas en la literatura boliviana. Pero esas omisiones o tardías reivindicaciones han sucedido y suceden en muchos otros campos culturales latinoamericanos y del mundo debido estructuras patriarcales que subestimaron o directamente censuraron esas otras sensibilidades –y prefiero decirlo en plural para no caer en la trampa del esencialismo–. El siglo XX solo fue un poco mejor. Hoy mismo, si bien hay muchas mujeres ocupando espacios protagónicos, no solo en literatura u otras artes, sino en la política, la ciencia o el discurso histórico, Bolivia todavía tiene deudas muy grandes con sus escritoras. Claro que, en general hasta este siglo, Bolivia no experimentó procesos de internacionalización tan sostenidos, y el interés por la producción literaria boliviana era mínimo. Para las mujeres, te imaginarás, ha sido el doble de difícil.

 

MMM ¿Qué acogida tuviste dentro de Bolivia al comenzar a escribir? ¿Cómo se percibe a la mujer en calidad de autora?

 

GR Fue una acogida ambivalente. Tuve la suerte de coincidir con una interesante emergencia de editoriales independientes, como La Hoguera (el sello que se arriesgó con mis primeros libros), lo cual dinamizó mucho la difusión literaria a nivel nacional. Hasta fines del siglo XX, la producción de libros y la crítica con capacidad de canonizar o “legitimar” una obra se concentraban en La Paz y el resto era periferia. Me tocó comenzar a publicar desde esa periferia, por suerte, pues sabemos bien que las relativas orfandades entrañan libertades y eso es ya un gran beneficio. Sin embargo, pude sentir esa mirada que en el mejor de los casos podemos llamar de escepticismo, cuando no de cierta condescendencia. De todos modos, reconozco que no tuve que peregrinar con mis primeros libros, siendo bastante joven, y que Santa Cruz recibió con entusiasmo mi propuesta. Esa retroalimentación es importante para una escritora, especialmente cuando estás comenzando.

 

Presentación de Para comerte mejor - FIL de LA PAZ, BOLIVIA 300 X 400 

Presentación del libro Para Comerte Mejor (Editorial El Cuervo 2016) en La Feria Internacional del LIbro de La Paz, Bolivia. Con la escritora boliviana Liliana Colanzi (izquierda), y la escritora y crítica chilena María José Navia (derecha).

 

MMM ¿Existe alguna agrupación de escritoras bolivianas en la actualidad? Y de existir, ¿tienes alguna vinculación con la misma?

 

GR Existen agrupaciones con una activa participación de escritoras, pienso en el PEN, por ejemplo, o en la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil, pero una suerte de colectivo de escritoras exclusivamente, creo que no. Recientemente, la escritora Magela Baudoin y yo presentamos el proyecto “Mantis”, una colección de narrativa dedicada a editar solamente la producción literaria de escritoras, precisamente porque consideramos que la cosa sigue presentando enormes desigualdades y hay demasiada penumbra sistémica que continúa opacando esas otras propuestas.

 

 Presentación de Mantis - FIL de SANTA CRUZ, BOLIVIA 300 X 400

Presentación de “Mantis”, los dos primeros libros de nuestra colección de narrativa que inicialmente sale baje el paraguas del prestigioso sello Plural, en La FIL Santa Cruz de Bolivia. En primer plano, la escritora Boliviana Giovanna Rivera, la escritora colombiana Piedad Bonnett, la escritora boliviana Magela Baudoin y la escritora uruguaya Fernanda Trías.  

 

MMM En términos generales y sin distinción de género, ¿cuáles son las posibilidades de triunfar en el mundo de las letras en Bolivia? ¿Cuál es el porcentaje estimado de lectores? ¿Se consume mucha literatura o no?

 

GR La globalización nos ha significado algunas ventajas. La virtualidad abrió ventanas y oxigenó la imaginación de las nuevas generaciones. Además, incidió positivamente en la internacionalización de algunos nombres y obras. Algunos consideran que la condición de mediterraneidad fue una excusa barata para leer el encierro y esa cierta endogamia de nuestros campo literaria, pero yo creo que no se puede negar su impacto, especialmente cuando los soportes en que viajaban las ideas hasta la década del noventa eran “duros” y no “líquidos” como en la actualidad. Los cibercircuitos actuales permiten flujos multidireccionales que los escritores que comienzan están aprovechando mejor De todas maneras, todavía hay un sinnúmero de dificultades que sortear. La lectura y la crítica son un par de ellas. Si bien hay planes escolares para la formación de lectores –y los resultados son cada vez más visibles–, todavía falta un buen tramo para que la relación lector-libro sea cotidiana, sostenida, inquebrantable.

 

MMM ¿Emigraste a los Estados Unidos para estudiar una carrera de postgrado o era parte del plan para lanzarte internacionalmente al mundo de las letras o quizás ambas cosas?

 

GR Emigré porque quería estudiar literatura, teorías, incorporar a mi pensamiento otras aproximaciones a los fenómenos que crean o contradicen tradiciones. Me incomodaba mucho ese prejuicio que existía sobre el Oriente boliviano,  esa percepción equivocada de que el sujeto oriental no tenía la solvencia para elaborar teorías o filosofías, y el modo en que ese preconcepto incluía, por supuesto, a la producción literaria de esa parte del país. Cuando comencé a publicar saqué una novela que fue ‘publicitada’ como estrictamente erótica -no tengo líos con esa etiqueta, aclaro, pero era una marca muy cómoda para colocar mi propuesta en un solo casillero y restarle su complejidad-, eso me hizo reconocer que, si bien la escritura seguía siendo mi patria y mi refugio, debía resolver deudas de otro orden conmigo misma, para que fuera yo quien decidiera si aceptaba para mi obra una u otra etiqueta o ninguna. Ese fue un motivo central de mi éxodo, además de otros aspectos personales. Por supuesto que la extranjería y la sistematización de mis lecturas en ámbitos académicos despertaron otros intereses y mi camino se bifurcó. La internacionalización desde afuera nunca fue un plan, por lo menos no a nivel consciente. Necesitaba oxígeno y rigor.

 

Niñas y detectives - portada 300 X 456 Para Comerte Mejor - portada 300 X 456 98 SEGUNDOS SIN SOMBRA - Portada 300 X 456

 

MMM ¿Qué libro de cuentos o novela te catapultó a la fama internacional? ¿Cómo lo lograste?

 

GR La verdad es que no sé si eso es muy cierto, lo de la fama internacional. Es cierto que he podido publicar en otros países y que lectores no me faltan –eso es lo más importante–, pero la fama es otra cosa, me parece… Dos momentos muy importantes en mi camino son las respectivas publicaciones en España de mis libros Niñas y detectives (cuentos, 2009) y 98 segundos sin sombra (novela, 2014). Ambos recibieron buena crítica y el segundo está siendo llevado al cine. De todos modos, siempre he sido consciente de que los violentos golpes de suerte no han definido mi camino; soy más bien de desarrollo lento y por eso considero que cada libro, incluso los que no he publicado fuera de Bolivia, forman parte de este proceso.

 

MMM ¿Te han ayudado los concursos literarios a darte a conocer? ¿Se los recomendarías a los escritores más jóvenes?

 

GR Los concursos siempre ayudan y por supuesto que recomiendo intentarlo. Esta recomendación debe ir imprescindiblemente de la mano de otra: no desanimarse si no se gana y no confundir ese aparente “fracaso” con las verdaderas posibilidades, con el talento o la falta de él.

 

MMM ¿Cómo defines tu narrativa dentro del marco de la literatura hispana que se está escribiendo en los Estados Unidos?

 

GR Una de las cosas más difíciles es la autodefinición en contraste con colectividades o tendencias. Me gusta ser parte de un momento muy interesante conformado tanto por el surgimiento de editoriales comprometidas con la publicación de literatura en español como por la presencia de muchos escritores hispanoamericanos. En el siglo XX la literatura en español tuvo una marca fundamentalmente chicana -le debemos mucho a esa tradición-, y ahora hay un giro importante hacia una ficción que asienta de manera más contundente la presencia de una América Latina muy heterogénea, no siempre exótica, en el imaginario de Estados Unidos.

 

MMM ¿Tienes algún vínculo con otros escritores bolivianos en los Estados Unidos?

 

GR Sí, por supuesto. Me gusta mucho saberme acompañada por Liliana Colanzi, Edmundo Paz Soldán, Sebastián Antezana, Juan Claudio Lechín, Rodrigo Hasbún, a quienes me une además la amistad en otros ámbitos de la vida. En Estados Unidos también están Claudio Ferrufino, Cristina Zabalaga y seguramente estoy omitiendo a otros compañeros en este doble camino, el de la escritura y el éxodo.

 

Giovanna Rivero - Feria del Libro de La Paz 400 X 300 

Giovanna Rivero junto a las escritoras Liliana Colanzi y María José Navia

 

MMM ¿Te sientes identificada con los temas que te rodean en esta sociedad o todavía sigues emocionalmente relacionada a los temas que atañen a tu país de origen?

 

GR Considero que ambas sensibilidades se implican inevitablemente. Muchos inmigrantes dicen que viven “partidos” por estos dos amores, pero en mi caso, lo que me ha ocurrido es que estos afectos se iluminan recíprocamente. Para la escritura, la desterritorialización es muy provechosa, te permite ese sentido de extrañeza que renueva el lenguaje. Es como tener dos marcos referenciales, dos códigos que están en constante traducción. Esa incomodidad natural que produce la traducción de símbolos es una fuente rica a la hora de crear. En ese sentido, ahora no escribo menos o más sobre Bolivia, sino simplemente de otra manera, en constante simbiosis y tensión con los nuevos mundos que voy conociendo.

 

 Presentación en Books and Books Miami - 300 X 400

De izquierda a derecha: Giovanna Rivero, el presentador radial Eli Bravo y la escritora venezolana Lena Yau

 

MMM Desde tu cátedra a nivel universitario, como profesora de español y su literatura, ¿cuál es tu opinión sobre la proliferación del uso del español en los Estados Unidos durante las últimas décadas?

 

GR Es un fenómeno natural. No se podía insertar en el planeta la gran matrix del modelo de la globalización y pretender que sólo consistiera en réditos económicos para los grandes capitales. A ellos, por supuesto, no les gusta que los idiomas, las costumbres, las ideologías de lugares “invisibles” o subestimados del mapa penetren en sus esferas hegemónicas a modo de una contracolonización, recordemos que la heterogeneidad que nace en la periferia es muy indómita. El español es indómito y trae consigo no sólo un sistema lingüístico de comunicación, sino una actitud política, una distinta vinculación entre los significantes, los significados y lo que consideramos realidad. Siempre pienso en la facilidad con que los latinoamericanos usamos el pronombre “nosotros” y la facilidad con que los anglosajones usan el “I”. O el consabido estilo barroco de nuestras sintaxis, encadenando oraciones relativas ad infinitum, pues precisamente vemos la vida como una continuidad y allí hay un concepto distinto de lo histórico.

 

MMM ¿Qué piensas de los libros digitales o e-books? ¿Crees posible la substitución del libro impreso en papel por los libros digitales en un futuro cercano? ¿Has publicado algún libro en formato electrónico?

 

GR Mi novela 98 segundos sin sombra está también en formato digital. Yo he comprado muchísimos libros en ese formato, pero su levedad, aunque conveniente en diversas ocasiones, todavía no me convence. Me gusta la relación física con el libro, el modo en que mi dedo recorre alguna oración, las notas que escribo al margen, e incluso la tentación de mi cuerpo de acostarse y buscar una posición para seguir leyendo. Lo digital no ha alcanzado aún esa sensualidad y ese nivel de sensualidad tan importante en el acto de leer –que es una suerte de cópula– hace imprescindible al libro impreso. La coexistencia de ambos formatos ya es una revolución en la íntima antropología de los instrumentos de lectura.

 

MMM ¿Qué me puedes comentar acerca de tu novela 98 segundos sin sombras? ¿Tienes alguna otra novela o libro de cuentos en perspectiva?

98 segundos sin sombra - Portada - El Cuervo 300 X 456 

GR 98 segundos sin sombra es una novela que pensé durante muchos años antes de materializarla en la letra. Tenía muy claros a los personajes, pero me esforcé mucho por encontrar el registro, la verdadera voz narrativa, para no traicionar el espíritu de esa historia. Finalmente decidí que lo apostaría todo por una voz adolescente femenina, justamente porque esas dos características –lo juvenil y lo femenino– son vistas con sospecha, siempre al borde de la deslegitimación. Quise, entonces, que mi protagonista naciera de ese doble margen para ir alimentando de la vida misma el poder creciente de su voz. Genoveva, la protagonista, cuenta la transformación de un pueblo latinoamericano en los años 80, cuando el modelo neoliberal llegó con sus luces, pero sobre todo con sus terribles costos. Genoveva documenta esos años monstruosos desde su mirada. No quise que el relato se edificara desde la nostalgia o la mera retrospección que provee la colina de la adultez, quise jugarme por un presente radical y la voz juvenil me permitió esa encarnación.

Tengo ya listo un libro de cuentos y estoy corrigiendo una novela breve. Como todavía no conozco qué destinos tendrán ambas escrituras, prefiero no comentar mucho más al respecto. Soy muy Virgo en eso y me gusta abonar primero mi huerto. ¡Muchísimas gracias por la entrevista!

  

Giovanna Rivero en Books and Books 300 X 456