BAQUIANA – Año XVIII / Nº 101 – 102 / Enero – Junio 2017 (Poesía I)

FOTO SECCIÓN POETICA

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MARIANA BERNÁRDEZ

Nació en Ciudad México, México (1964). Poeta, ensayista y profesora universitaria. Estudió una Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Anáhuac (México), una Maestría y un Doctorado en Letras Modernas, así como estudios de postgrado en Filosofía, en la Universidad Iberoamericana (México). Ha publicado su poesía y sus ensayos en diversos suplementos y revistas literarias, tales como: El Semanario de Novedades, Macrópolis, Siempre, Blanco Móvil, Literal, Hojas de sal, La Jornada Semanal, Periódico de Poesía, Pasto Verde, Casa del Tiempo, entre otros. Ha publicado los libros de poesía: Tiempo detenido (1987); Desvelos quiméricos, incluido en el libro colectivo Labrar en la tinta de Latina Imprenta Editorial, UAM y UNAM (1988); Rictus, Colección Cuadernos del Nigromante del CNCA-INBA, UAM y Juan Pablos Editor (1990); Nostalgia de vuelo, en la Colección Correo Menor de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa (1991); Luz derramada, La Máquina Eléctrica Editorial (1993); Réquiem de una noche (plaqueta) Colección La Hoja Murmurante, Editorial La Tinta de Alcatraz (1993); El agua del exilio, Colección El Ala del Tigre, UNAM (1994); Incunable, Colección Molinos de Viento, Dirección de Difusión Cultural de la UAM (1996); Liturgia de águilas, Colección José Yurrieta Valdés, Universidad Autónoma del Estado de México y Editorial La Tinta del Alcatraz (2000); Sombras del fuego, Colección Punto Fino, coedición del IPN, Fundación Alejo Peralta y SEESIME (2000); Alba de danza, Colección La Otra Orilla, coedición de Enkidu Editores y Ediciones del lirio (2000); Simetría del silencio, México: Coedición Fundación René Avilés Fabila e Instituto Politécnico Nacional. Colección Poliedro de El Búho (2009); Alguna vez el ciervo, México: Editorial Praxis (2010); Trazos de esgrima, México: Ediciones Sin Nombre y Dirección de Publicaciones de la UAM (2011); Don del recuento, plaquette. México: Parentalia. Colección Fervores (2012); Escríbeme en los ojos, México: Ediciones del Lirio (2013); y Nervadura del relámpago, publicado por el Fondo Editorial del Estado de México en su colección de Letras, Serie poesía (2013). Ha publicado los libros de ensayo: María Zambrano: acercamiento a una poética de la aurora. México: Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana, Colección Alter Texto: Teoría y Crítica (2004); La espesura del silencio, ganador de la convocatoria abierta en género de ensayo del Instituto Mexiquense de Cultura 2004. Estado de México: Instituto Mexiquense de Cultura, Colección Cruce de Milenios, crónica de nuestros días (2005); Bailando en el pretil. México: Universidad Iberoamericana (2007); Todo está en la línea: conversaciones con Raúl Renán y 15 poemas inéditos. México: Universidad Autónoma del Estado de México (2008); Ramón Xirau: Hacia el sentido de la presencia. México: Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Colección El Centauro (2010); Sendas del olivo. México: Editorial Coyoacán, Colección Filosofía y Cultura Contemporánea (2011); y Después de los mares, ganador de la convocatoria abierta en género de ensayo del Instituto Mexiquense de Cultura 2012. Estado de México: Instituto Mexiquense de Cultura, Colección Raíz del hombre (2012).

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DEL CUERPO

 

Un cuerpo sólo es cuerpo

en el límite de la vida

cuando la sangre golpea

el pulso de las manos

y la tierra brota

 

Un cuerpo reboza

ante el sol blanco

y después danza

en la estela de la oscuridad

invocando un horizonte

para no desbordarse

 

Un cuerpo se consume

al beberse de un golpe

la marea del humo

y luego calla

atragantado por el llanto.

 

 

 

Cuando el cuerpo se llena de rabia

tarda poco en astillarse

es todo ponzoña

y se seca

 

Un cuerpo se disloca

cuando herido por otro

no puede contener la muerte

y el desamor

es la raíz de su origen

 

Un cuerpo ceniza

no es nada

ni siquiera llanto

para quien lo asesina.

 

 

 

Se me cae tu cuerpo

al recogerse el olivo

en la tierra

y el el campo se apresta

a recibir el primer fuego

 

Se enredan tus manos

en el blanco de una nube

y el aire enmudece ramaje

 

Se desnudan los ojos

de tanto mirarte

y el ángulo de tu sonrisa

me abisma

al encuentro enraizado

 

Tu cuerpo y el mío se pierden

como los días de la semana

de un junio

entre calles de jacaranda

 

¿Quién la carne

quién el cuerpo?

 

Llueve.

 

 

 

MIRADA DE CUERPO

 

Te veo

eso es todo

o todo se resume a ello:

una imagen en mis manos.

 

 

Quité los cuadros

lavé las piedras

abrí las ventanas:

el vacío caía

por las paredes.

 

 

Si me amaras

Pero la vida es otra

Los inviernos

son rituales

que se olvidan

Y a veces el tiempo

ni siquiera es molino de agua

sino espiral donde me escribo.

 

 

Un pájaro en llamas

grita desde la tierra

acto donde la rama

es rueda del oleaje.

 

 

Si el fuego fuese pájaro

ninguna palabra

se le escaparía.

 

 

Luego sé que el fuego es azul

como una noche de piedra

o de estrellas rojas

azul con el que se tiñe la lana

de la lluvia que cae

dejando ése olor del alba:

cuerpo en mirada.

 

 

A veces las calles

con las jacarandas

me recuerdan

la impronta de la visión:

puerta al origen.

 

 

 

AGUA TURBIA

 

Este cielo nunca amanece

y la noche es roja

desde tu piel escarcha.

 

Tu aliento envuelve la luz

cascada

donde la palabra

se desgaja

porque tus manos nada saben.

 

Correrás por el aire

tratando de perder

mi rostro en el fondo

de alguna mesa.

 

Y yo

querré arrancar de cuajo

los hijos sin carne

calmar esa rabia

por una ausencia rota

 

querré pisar el tiempo

para escapar del miedo

que te ata el vientre.

 

Escuchar, entonces, sola

la respiración

agolpándose contra las piedras

reverdeciendo en la marea

al acuchillar el agua

 

Y correr, correr como tú

porque la noche está alta

y mi pecho es nube

porque los dedos se cantan

y tú no escuchas

el bramido de la sangre.

 

 

 

DE NÚMEROS

 

Cuando la noche huele

y el cansancio derrumba mis ojos

parece que logro adivinar

el fluir de tus manos.

 

 

Lo sutil del relámpago

trasluce un instante azul

y las matemáticas del verso

fallan en el azar de los dedos

 

Todo se aquieta ante tu nombre.

 

La inmovilidad

irrumpe en danza

de espejo.

 

 

 

FORMAS DESHILADAS

 

Pensar la noche huye

espiral hacia los montes

impavidez de nube

cuyos ojos contienen

ya no mar

sólo luz.

 

 

Huye la noche

–caballo de fuego–

y se asombran las siluetas

ante sus formas deshiladas

señales que el alma no lee:

Serán otras las noches

y otros los cuerpos

que el humo borre

con la grava del tiempo.

 

 

 

EN INVIERNO

 

En la transparencia de la sangre

el trazo se diluye en palabra.

 

 

Madre fui a la guerra

no llevé arma alguna

ni escudo ni lanza

 

Las sandalias se deshilvanaron

de andar entre los muertos

La sed fue quemando mi aliento

Los dioses huían de sí

al roer las entrañas

de la aridez

 

Quizá tus hijos sepan

de otros días

los míos al tocar el halo

luz de invierno

brotaron espiga.

 

Cuando la lumbre se filtre

por las hojas de la higuera

la voz

olvidará el invierno.

 

 

 

APUNTES PARA UN CUADRO DE DANZA

 

Llévame a lomo de sol

a hundirme en las aguas

a respirar follaje y luna

que quiero morir en las arenas

y mis pies ya no bailan.

 

 

El chillido/relámpago

suspenso del cuerpo

forma un círculo

abrazando nubes

 

El pico se enfila hacia el mar

 

El aliento es soplo

que baila hasta extenuar su piel

Los pies

alas

que se acunan

en playa borrada.

 

 

Tirada en el aire

probaba la fuerza

de su imagen

un brazo cargado

en jacarandas

el otro

apuntando hacia el monte.

 

 

El movimiento de la danza

la pausa del cuerpo:

hondo/nada.

 

 

Mis ojos y los suyos

penumbra:

vientre del fuego.

 

El cuerpo en lumbre

asciende

La silueta fija

El aire arremolina

la sombra del vuelo.