BAQUIANA – Año XVI / Nº 95 – 96 / Mayo – Agosto 2015 (Poesía VI)

FOTO SECCIÓN POETICA

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OMAR VILLASANA CARDOZA

Nació en Ciudad de México, DF (1972). Poeta, editor y gestor cultural de vocación e ingeniero biomédico de profesión, es miembro del consejo editorial y Director de Publicaciones Digitales de la revista Nagari desde 2010. Integra el Proyecto SETRA, organización que se ocupa de las artes plásticas y la literatura en Miami, ciudad donde reside. Poemas, ensayos, reseñas y cuentos suyos han sido publicados en el tabloide de literatura “Roja Turbación” (2009) así como en el blog del Proyecto SETRA. También ha publicado su poesía en algunos medios de prensa y revistas especializadas. Ha participado en diversas lecturas poéticas y en la Feria Internacional del Libro de Miami en 2013 y 2014.

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DAFNE Y APOLO

 

De grandes equívocos saturamos el destino.

No pretendía de Eros mofa o desatino.

Vanos serán mis artes y oficios,

vanos serán mis intentos de buscar en tu sombra mi cobijo.

No es tu metamorfosis lo que temo.

Temo la distancia y el tiempo como raíces,

Dafne

del árbol de tu olvido.

 

 

CIRCE

 

¿Por qué no te abandonas al canto de las sirenas?

Vanas ilusiones son mayores ataduras.

Inútil admitir que no te entregas de una sola pieza.

No necesitabas empuñar tu acero para yo rendirme a ti.

Mayor daño me provocaste murmurando en mi lecho otros nombres.

Inútil admitir que no te entregas de una sola pieza.

En tus noches ausentes, Ulises, nada nos ata.

Ítaca te espera.

 

 

SALOMÉ

 

No existe mayor gloria en el reino

que el cadencioso gravitar de tus pechos

al ritmo de esta música embriagante.

Cuanto mayor el goce de tus caderas

más me hundo en el pecado.

Dichoso Herodes que profanó este cuerpo

a cambio de tus orgiásticos placeres.

De yo haber sido testigo

de la caída de tus velos

mi fe de anacoreta hubiese en[t]umecido…

enmudecido…

La luz ha cesado en estos ojos

y el rostro del Bautista

no podrá celebrar tu desnudez.

 

 

COATLICUE

 

Hundes tus garras a la tierra

que dócil se te entrega.

¿Cuál de tus manos

tomó la pluma

de colibrí?

¿Bajo qué serpiente

se alojó en tu vientre

la simiente

del encono filial?

No necesitabas guerrero

alguno que defendiera

tu honor fértil.

Tu sola voluntad

hubiese bastado

para exiliarnos,

en ésta,

nuestra celeste prisión.

 

 

AZCALXOCHITZIN

 

Sostén con firmeza las flores

que depositaron en tus manos Yoyontzin.

No permitas que sus pétalos

escapen víctimas de aciagos vientos.

 

¿Acompañó In Tloque in Nahuaque

en batalla al fiel Cuacuauhtzin?

 

¿Fuiste embriagado por Tezcatlipoca

cuando depositaste tu mirada en mí, Axcalxochitzin?

 

Observa este nuestro hijo

pequeño tochtli, Tetzauhpiltzintli.

¿Acompañó In Tloque in Nahuaque

en la sentencia del niño prodigioso?

 

Sostén con firmeza las flores

que depositaron en tus manos Acolmiztli.

 

Quetzalcoatl solitario expió sus culpas.

 

¿Cuántas flores

deben arrojarse en batalla

para pagar nuestra penitencia?

 

Anciano ya, elevas tus ruegos

a In Tloque in Nahuaque.

 

Se cierne sobre la noche

un aroma a flores quemadas,

Nezahualcoyotl.

 

No será nuestro destino

Convertirnos en quetzal, tzentzontle

o estrella del alba.

 

 

MALINCHE

 

A manos llenas recibiste reinos de mi lengua.

A ti se rindieron mis más devotos pensamientos.

Renuncié a voces que ya no recuerdo.

No conforme en subyugar mis entrañas,

renació mi nombre en memoria bastarda.