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STEVEN STRANGE
Nació en Hartford, Connecticut (EE.UU.). Educador, traductor, investigador, poeta y escritor. Se ha desempeñado como profesor de lengua y literatura en instituciones secundarias y universitarias. En materia de estudios graduados posee una Maestría en Español de Pennsylvania State University y una Maestría en Ciencias de Central Connecticut State University, conjuntamente con una certificación de Estudios Avanzados del Instituto de Cultura Hispánica en Madrid, España. Es miembro colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Ha venido participando hasta el presente en numerosos programas y proyectos vinculados con la enseñanza del español al igual que a difundir la cultura de España y de los países hispanohablantes en los Estados Unidos. Ha recibido distintos premios y distinciones por su labor educativa al igual que becas del National Endowment for the Humanities Teacher/Scholar Award, para investigar en Madrid, Seville y Florida sobre “XVI century eyewitness accounts of Spanish expeditions in the United States” del programa de becas Rey Juan Carlos para estudiar en Madrid temas de política, arte, música y literatura contemporánea; y del National Endowment for the Humanities and Project Learn sobre “Spanish-speaking South America in the 1980’s”. Es miembro de distintas asociaciones profesionales en sus áreas de especialidad y colabora periódicamente en publicaciones seriadas y periódicas. En materia de creación literaria trabaja actualmente en los géneros de narrativa y poesía, habiendo participado en varias publicaciones colectivas.
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EL BAILE DE LOS CHARCOS
Una ligera y constante lluvia ha caído sobre la ciudad.
Las gotas se van acumulando en los huecos cóncavos y en las rendijas,
muchas invisibles a los ojos.
Se van creando, sin orden alguno, una serie de mini lagos.
Ahora empieza el baile…
Saltos por aquí, piruetas por allá.
Algunos van de puntillas, despacitos…
con la mayor precisión y presteza posibles.
Es un baile de coreografía espontánea, rápida y personal,
no de compás medido, sino más bien, de síncopa e improvisación.
VIDA Y MUERTE PERPÉTUA DE UNA SOMBRA
Mirad la luz de penetrantes rayos…
Brilla sobre un objeto, alargando su forma.
La sombra nace y se perpetúa en momentos de luz
caprichosa y juguetona…
Solo para desaparecer y morir cuando esos
momentos efímeros y pasajeros disminuyen
a la nada,
y la sombra renace en otra luz caprichosa y juguetona.
EL FIN DEL APOCALIPSIS
—Oh, dios Marte, ¡mira a lo lejos el campo de cadáveres,
la flor de nuestra nación, destruida por una causa egoísta!
Todas las maldades de la caja de Pandora han cegado a la
Razón, la Inteligencia, la Experiencia, y la Sabiduría.
—¡Mira, oh dios Guerrero, la catástrofe causada por los deseos
egoístas del hombre! ¿La lamentará?
—¡Mira, oh Generalísimo, a las madres! Como la Pietá de Michelangelo,
lloran por sus hijos.
Por cierto, las lágrimas maternas son iguales, no importa la nacionalidad.
—¡Vuelve a mirar, oh Vencedor, la caja de Pandora!
¡Desengáñate! Pronto saldrá la Esperanza, triunfante…
gracias a tales lágrimas.
LA AMAPOLA SOLITARIA
El pequeño, antiguo cementerio…casi en ruinas.
Hace años que está descuidad
La hierba amarillenta, alta y seca, crece por todas partes
sin obstáculo alguno.
Las lápidas mortuorias descoloradas y deterioradas ya no revelan
la brillantez de antaño, ni los nombres ni las fechas
de los enterrados en el camposanto.
Las inscripciones son víctimas del musgo, del viento, de la lluvia…
y del olvido.
Entre todo este abandono, se ve una sola, delicada amapola, cuyos
pétalos de papel rojo
menean en la brisa más suave.
Quizás nos olvidemos de los enterrados y del descuido del cementerio,
pero esa solitaria amapola nos ayuda a recordar.
DEISMO
Él dio cuerda al reloj y dejó que anduviera.
A veces lo limpia con Sus lágrimas.
A veces, Él interviene, sopla el polvo y le da brillo
Para que resplandezca y parezca nuevo por fuera.
Sin embargo, cuanto más lo limpie, el mecanismo sigue igual.
A MÍ ME TOCA
“¡Vine, vi y vencí!” proclamó el general romano.
“Estás equivocado, mi querido mortal. ¡Vengo, veo, y venzo yo!”
Se jacta la muerte, y empieza a reírse y bailar locamente sobre los huesos
del dictador.