VOCES AMIGAS: HOMENAJE A JUAN RUIZ DE TORRES
por
Soledad Cavero Rivas, Maricel Mayor Marsán y Alfredo Villaverde Gil
– I –
HA PARTIDO UN GRAN AMIGO
por
Soledad Cavero Rivas
Ha partido un gran amigo, Juan Ruiz de Torres, y queda un gran hueco entre los que le acompañamos por la senda de la amistad y de la vida, muy difícil de llenar.
Juan Ruiz de Torres nació en Madrid (1931) dentro de una familia dedicada a la enseñanza. Doctor ingeniero Industrial, Doctor en Filología Hispánica, Licenciado en Informática. Juan era un hombre inquieto por naturaleza. Por eso salió de España a ejercer su profesión por diferentes lugares: Colombia, Chile, República Dominicana, Estados Unidos, Bélgica, Italia y Grecia. Y cuando regresa a su patria con intención de quedarse, viene cargado de valiosas experiencias. Entre ellas, había publicado cinco libros de poemas y cuatro de ensayo, se había casado por segunda vez y tenido tres hijos. Experiencias que fueron fraguando no sólo su obra y trabajo sino también sus formas de ver la vida y carácter.
CON EL ESCRITOR GERARDO DIEGO (1980)
Consigo trae ese bagaje que no tiene precio porque sólo la vida lo otorga a quien se atreve a vivirla con todos sus riesgos. Y qué mejor comienzo literario que iniciar una tertulia poética con algunos amigos. Mejor aún, comenzar con un Taller, como había hecho ya él en otros lugares. Con esta idea funda en Madrid (1980) el Taller Prometeo de Poesía Nueva en el Café Lyon, situado en la calle de Alcalá, junto a Cibeles. Café de antigua raíz literaria conocido como La Ballena Alegre, al que acudí yo por primera vez en octubre de ese mismo año.
Aquellos años, dada la época histórica que atravesaba España, eran años en los que se masticaba alegría por todas las calles: Rebosante el ambiente en el Café Gijón, las Cuevas de Sésamo, la tertulia de Rafael Montesinos. Pero en aquel tiempo decir que ibas a la tertulia de un “Taller de Poesía”, era algo así como ver un perro verde paseando por la Cibeles. Mucho fue el asombro que causó esta nueva forma de compartir la poesía y muchas las críticas que le llovieron a Juan; hoy son muchos los que siguen ese ejemplo en distintas facetas del arte. Pero qué pretendía Juan con el Taller y los actos celebrados desde el comienzo. Bajo mi punto de vista creo, sinceramente, que perseguía un gran sueño; acercar la poesía a todos los niveles sociales. Prueba de esto fue el Homenaje que el Taller Prometeo de Poesía Nueva hizo a Don Francisco de Quevedo, en noviembre de ese mismo año de 1980, en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, con entrada libre. Homenaje al que acudieron importantes poetas como Gerardo Diego, Carlos Murciano, Acacia Uceta, Luis Rosales y Dámaso Alonso.
CON EL PRESIDENTE ADOLFO SUÁREZ (1982)
Juan tenía una capacidad y un entusiasmo incansables. Con esa forma de ser, las críticas que se hacían en el Taller eran muy severas; además él era muy sincero y muchos poetas incipientes no podían sobrellevarlas. Pero los que deseaban avanzar en conocimiento tenían la ocasión de aprender en silencio, escuchando sólo los comentarios de esas críticas. Allí nadie obligaba a nadie; Juan en realidad se prestaba a cualquier consulta que se le hiciese, además, desde el inicio alentó y difundió la poesía de los que comenzaban. También, al mismo tiempo que se sucedían las sesiones en el Taller, no dejaba de organizar actos. Galas y Homenajes a César Vallejo (uno de sus favoritos), Juan Ramón Jiménez y Miguel Hernández. Dos Ferias de Poesía y cuatro Bienales Internacionales, celebradas con gran éxito y afluencia de público en la Plaza de Colón, en las que cooperaron miembros de Prometeo con entusiasmo. Casetas con venta de libros de poesía, exposición de pósters con poemas de todos los lugares, donde los viandantes que pasaban, si eran poetas, pudieron recitar sus poemas en el Monumento principal de la gran Plaza. Fue un logro muy grande; poesía a pie de calle, como Juan soñaba.
CON DAMASO ALONSO, DIRECTOR DE LA RAE (1983)
Recitales por la península con poetas miembros del Taller y venidos de otros sitios. Y viajes más allá del océano a diversas universidades en: Puerto Rico, Washington, Los Ángeles, Rusia, entre otros; viajes todos inolvidables, como uno de los últimos realizado a Segóbriga para recitar en el Anfiteatro Romano. Juan era imparable. Imparable porque él continuaba con sus publicaciones; poesía, ensayo, teatro.
Su matrimonio con Ángela Reyes, celebrado en 1986, enriqueció su vida personal y poética. Ángela aportó desde el inicio tiempo y entrega al Taller, fortaleció el ideal de Juan con su amor y total disposición. Entre los dos, y con ayuda de unos pocos miembros del Taller, dieron el empuje inicial a lo que es hoy la Asociación Prometeo de Poesía.
EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID CON ÁNGELA REYES Y AMIGOS (1996)
Nada dejó de interesarle a Juan nunca. En 1991, se acoge a una jubilación anticipada que le permite estudiar Filología Hispánica y doctorarse en la Universidad Autónoma de Madrid. Imparable en su entusiasmo, en el 2007 publica el libro La Escuela de Poesía de Madrid en el que recoge sus puntos de vista y expresa: “El poema debe ser una obra de arte, minúscula si se quiere, pero definitivamente no imitación. Así deberá llevar dentro, para que sea arte, algún carácter de innovación, o al menos, de añadido que lo haga distinto a los poemas que se escribieron en los siglos de los siglos. Si no es así, el que lo escribe sabe que no ha pasado de artesano”. En estas líneas queda clara la idea de Juan sobre lo que era para él poesía como Arte o lo que es simplemente artesanía. También ahondar en lo que algunos reconocidos poetas indican es imprescindible. Si lo hacemos, podremos encontrarnos con estos versos de Vicente Huidrobo que dicen: “Inventa mundos nuevos y cuida tus palabras; / el adjetivo, cuando no da vida, mata”.
Versos que resumen lo que él intentó llevar a cabo en el Taller Prometeo de Poesía con aquellas críticas que tanto dieron de hablar. Juan, rastreador incansable de la palabra, investigó y trasmitió generosamente sus propias conclusiones. Y digo generosamente porque no siempre los que intentan adentrarse en el Arte Poético se dan cuenta de la necesidad de aprender las diferentes formas poéticas que existen, y menos aún de trasmitirlas sin ningún interés por medio. Así el arte Popular, el Clasicismo, el Barroco, el Romanticismo, el Modernismo, los poetas de Vanguardia, fueron diseccionados por Juan con tal de extraer la esencia del poema. Dentro de su pasión por la palabra, él vio las posibilidades que pueden aportar las diferentes combinaciones de ritmos y crea lo que él denomina la Decilira, poema compuesto por diez versos que riman al estilo de la Décima y lleva la medida de la Lira: (7-11-7-7-11-11-7-7-11-7).
Cabe destacar el constante interés que Juan Ruiz de Torres tuvo por compartir la poesía más allá de nuestras fronteras. Por eso crea con otros profesores y poetas en 1989 la Academia Iberoamericana de Poesía, que hasta el día de hoy sigue extendiéndose en otros lugares de Hispanoamérica y Canadá sobre todo. La fraternidad y el amor por nuestra lengua fueron marcando paso a paso su gran obra. Precisamente, por ese interés suyo de compartir, en el año 2004 le fue concedida en México la Medalla de Oro José Vasconcelos, prestigioso premio que otorga el Frente de Afirmación Hispanista. En el 2007 se le concede la Medalla de la Villa de Villanueva de la Cañada, pueblo en donde residió durante más de veinte años y realizó tantas actividades culturales. Juan nunca se presentó a ningún premio pero, aún así, los premios y distinciones que le fueron otorgados son muchos: En Hispanoamérica la mayoría, pero también en Italia, Grecia, Inglaterra, así como en Estados Unidos, en Washington y Los Ángeles.
CONFERENCIA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL (1991)
Más de cincuenta títulos publicados en prosa y poesía (Treinta de los cuales son en poesía) y un centenar de ensayos avalan su importante obra literaria. Uno de sus últimos libros, La última puerta del silencio, (2010) marca su preferencia de las formas poéticas que más le impactaron: La décima, el soneto, el haiku, el dístico, el verso libre y las deciliras, fruto de su particular composición.
En su última etapa condensa mucho la expresión en poesía y publica sus haikus, dísticos, tankas, poemas breves, deciliras. En El bosque del tiempo, libro importante (2006) aparecen doscientos sesenta de sus mini poemas. Sus temas principales fueron: La mujer, el misterio de la vida y la muerte, el desaliento y la búsqueda.
El género narrativo también acaparó la atención de Juan en sus últimos años. Doce docenas, entre otras publicaciones, es el título que acoge en varios tomos sus ciento cuarenta y cuatro historias: Cuentos y narraciones, donde la fluidez de la palabra va forjando, con gran acierto, descripciones y sentimientos muy variados. Juan poseía una gran fe en sí mismo. Por eso culminaba casi siempre todo lo que se proponía en el espacio de tiempo que él mismo se marcaba.
Juan Ruiz de Torres nunca dejó de expandir la poesía suya y la ajena. Con esta idea, viendo cómo se presentaba el futuro, crea con un amigo, José Javier Márquez, un importante Inventario Relacional de la Poesía en Española; base de datos donde figuran cerca de cinco mil poetas. En el Fondo Documental de Prometeo Digital pueden localizarse infinidad de publicaciones americanas y españolas. Enorme trabajo que sólo aquellos que tienen un corazón inmenso y una mente prodigiosa pueden llevar a cabo con semejante desprendimiento. Su obra y su legado son semilla que aventará el viento en todas direcciones, no sólo en esta tierra.
Tengo que confesar, antes de terminar, que a mí Juan me ganó como amiga incondicional con motivo del velatorio de una poeta, Emilia García Galiana, que había muerto. Yo, esos momentos, al ver a Juan llorando dar un beso en la frente de la fallecida pensé: He aquí un gran hombre. Segura estoy que allí arriba, en la Casa del Cielo habrá entrado por la puerta grande.
– II –
CAMINANDO POR EL BARRIO DE LAS LETRAS DE MADRID
CON JUAN RUIZ DE TORRES
por
Maricel Mayor Marsán
Desde la primera vez que nos conocimos personalmente en el antiguo Café de Lyon, lugar habitual de encuentro de la Tertulia de la Asociación Prometeo de Poesía en Madrid a principios del nuevo milenio, Juan Ruiz de Torres mantuvo una comunicación constante conmigo a través de correos electrónicos, envíos postales y ocasionales llamadas telefónicas. Al principio me parecía extraño que una persona dedicara tanta energía a un proyecto poético. Y, aunque parezca difícil de entender, con el tiempo pude comprobar que sostenía este mismo intercambio con muchas personas afines a la poesía de todas partes del mundo. En particular, su afán por cohesionar la poesía y a los poetas de España y América Latina dentro de una organización que velara por la salud de la poesía, lo mantenían muy atento a este empeño.
Juan Ruiz de Torres dedicó casi tres décadas a fundar, difundir y promocionar la Asociación Prometeo de Poesía, de la cual soy miembro desde el año 2002. Con sede principal en Madrid, al igual que su directiva, sus miembros proceden de España y de todos los países de Hispanoamérica, así como de Estados Unidos y Canadá.
Una de las funciones de la Asociación Prometeo de Poesía, bien sea por medio de las tertulias mensuales, viajes o sesiones especiales, es que se escucharan las voces de los diversos poetas que pasaban por Madrid y que se conocieran entre sí, en un clima de rigurosidad y profesionalismo. La Tertulia cambió de sede en varias ocasiones, pero el compromiso de Juan Ruiz de Torres y la mayoría de los poetas miembros de la organización se mantuvo intacto. Los que llegábamos de afuera, sabíamos que la Tertulia de la APP era nuestra casa de acogida, siempre dispuesta a recibirnos y a escucharnos.
José María Herranz, Maricel Mayor Marsán, Juan Ruiz de Torres y Stella Manaut en la Sala Trovador, Barrio de las Letras (Madrid, 2012)
En el 2012 tuvo lugar mi último encuentro personal con Juan Ruiz de Torres. Supo que yo iba a viajar a España y me invitó a participar en una Tertulia en la Sala Trovador en el Barrio de las Letras de Madrid, conjuntamente con el poeta madrileño José María Herranz y la dramaturga valenciana Stella Manaut. Fue una velada muy agradable, ante una sala atestada de poetas y amantes de la poesía. Después de concluida la lectura e intercambio de costumbre con el público presente, Juan y Ángela nos invitaron a recorrer el mítico Barrio de las Letras y fuimos a comer algo en la Plaza de Santa Ana. Para llegar hasta el lugar había que caminar unas cuantas cuadras. Durante la caminata, me sorprendió la agilidad de Juan quien, con sus 81 años en aquel entonces, nos superaba a todos los más jóvenes que lo acompañábamos.
Lectura dramatizada de una obra de teatro breve de Stella Manaut y vista parcial del público presente.
La vida no parecía dejarlo ni las enfermedades lo intimidaban. Muy pocas personas sabían lo de su enfermedad. Apenas dos días antes de su muerte, Juan me escribió sobre temas relacionados a la asociación y me contó preocupado que Ángela había sufrido una caída. Enseguida lo llamé y hablamos, sin saber que hablábamos por última vez. No me contó lo de su padecer. Estaba demasiado preocupado con la recuperación de su esposa y lo suyo no parecía preocuparlo. Aún guardo su último correo electrónico y no he podido borrarlo de mi ordenador.
Foto de la izquierda: Juan Ruiz de Torres intercambiando con el poeta uruguayo Julio Pavanetti.
Foto de la derecha: Juan Ruiz de Torres compartiendo con el público y los poetas presentes después del acto.
Con el fallecimiento de Juan Ruiz de Torres, los poetas que hemos frecuentado la Tertulia en alguna ocasión, nos quedamos huérfanos de esa suerte de Mentor de la Poesía que fue él en vida, pero puedo asegurar que no es así en su totalidad. Juan Ruiz de Torres compartió casi tres décadas de su vida con su última esposa Ángela Reyes, poeta y novelista multipremiada, quien ha sido parte del proyecto de la APP todos estos años. De ahora en lo adelante, ella va a continuar con la labor tan importante de la Asociación Prometeo de Poesía, sus tertulias y talleres, y lo que es más importante, con la misión poética que comenzó Juan. Es posible que no se haya ido del todo y que desde algún rincón de la Tertulia esté escuchando para corregirnos o regañarnos si es necesario. Por si acaso, lleguen a tiempo y vayan muy preparados con los versos que piensan leer…
Ángela Reyes, Patricio E. Palacios, José María Herranz, Maricel Mayor Marsán y Juan Ruiz de Torres al finalizar el acto.
– III –
HE AQUÍ AL AMIGO SOLÍCITO, AFECTUOSO, EXIGENTE Y HONESTO
por
Alfredo Villaverde Gil
He aquí al hombre con su bagaje de vida, sus versos, sus narraciones mágicas y sus palabras en la escena. He aquí al amigo solícito, afectuoso, exigente y honesto. He aquí al maestro con su sabiduría y su laboriosidad, su culto y su desvelo a la poesía, su quehacer incansable, generoso, magnífico. He aquí a Juan Ruiz de Torres, este nuevo Arcipreste de la literatura de nuestro tiempo, andarín de horizontes siempre por descubrir, explorador de lugares y culturas siempre por asimilar, arquitecto y artesano de este ensamblaje de la realidad, la fantasía y la palabra que llamamos verso.
Hace tiempo que nuestros pasos se encontraron. Desde entonces han seguido caminos a veces paralelos, otras divergentes, pero que han convergido siempre en la estima, la ilusión, el respeto y sobre todo en la amistad, ese don que nos otorga el entendimiento entre los espíritus afines y que establece entre ellos un vínculo sólido y distintivo a lo largo del existir.
La senda compartida está llena de recuerdos y situaciones felices. Viajeros por tantos países de Europa y América y a través de la geografía de nuestra querida España, supimos compartir los avatares de cada situación, los aplausos y las decepciones, el laborioso esfuerzo y la placentera mirada que despiertan sensaciones y pálpitos que germinan en textos y colaboraciones comunes. Nos atrevimos a Viajar a la mañana y a otear los altivos gigantes de Manhattan, a difundir el legado de nuestra cultura en los paraísos de Yucatán y California e incluso a beber de las fuentes prístinas de la antigua Grecia.
También miramos juntos hacia el Oriente y descubrí en Fumio Haruyama (su heterónimo), la iniciación hacia formas y sentires tan peculiares y difíciles como el haiku, mientras en el marco de las ediciones de Altorrey, Puerta de Alcalá, Poesía Nueva y tantas otras, se vertieron biografías, narraciones y poemas que nos hermanaban en esa busca de otros caminos de expresión y conocimiento, de otras formas de entender la vida.
Este homenaje literario a Juan Ruiz de Torres llega en buen momento porque tiene el carácter del latido presente que es tan intenso o más que nunca ya que la presentación de su Obra Completa de Poesía que reúne más de mil setecientos poemas es el testimonio de que su legado es tan importante que permanecerá siempre vivo entre nosotros. Este salón del Ateneo de Madrid, donde tantas veces se oyó su palabra, resuena esta tarde con los ecos de su memoria, y yo me sumo con la mía con la emoción y el dolorido sentir que su pérdida nos provoca.
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SOLEDAD CAVERO RIVAS
Nació en Madrid, España. Poeta, escritora y dramaturga. Especializada en Animación a la Lectura Infantil en Colegios Oficiales. Tiene siete poemarios publicados. Parte de su obra ha sido traducida al francés y al ruso. Ha sido premiada en varias ocasiones en España y Puerto Rico. Frecuentemente participa en recitales y congresos internacionales de poesía. Figura en diversas antologías de poesía contemporánea y diccionarios de literatura. Miembro de la Asociación Prometeo de Poesía (APP); de la Academia Iberoamericana de Poesía; de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles; y de la Sociedad General de Autores de España).
MARICEL MAYOR MARSÁN
Nació en Santiago de Cuba (1952). Es poeta, narradora, dramaturga, ensayista, editora, crítica literaria, traductora, directora de redacción de la Revista Literaria Baquiana, Miembro de la Asociación Prometeo de Poesía (APP) y Miembro Correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Ha publicado más de veinte libros en diversos géneros literarios. Sus libros más recientes de poesía son: En el tiempo de los adioses (2003), Poemas desde Church Street (2006) y Rumores de Suburbios (2009). En teatro: Trilogía de Teatro Breve (2012) y Las Tocayas (2013). Su obra ha sido traducida parcialmente al chino, inglés, italiano y sueco. Ha recibido varios premios y reconocimientos en Chile y EE.UU. Participó en la redacción de la “Enciclopedia del Español en los Estados Unidos” (Anuario del Instituto Cervantes) en Madrid, España (Santillana, 2008). La editorial Holt, Rinehart & Winston ha incluido su poesía en los libros de texto: Exprésate (2006- 2010) y Cultura y Lenguaje (2007-2010), que se utilizan para el estudio del español en las escuelas a nivel secundario de la nación norteamericana. Sus poemas, cuentos, obras teatrales, ensayos y artículos han sido publicados en revistas y antologías en América Latina, Asia, Estados Unidos, Europa y el Medio Oriente. En el año 2010 fue seleccionada entre los 100 latinos más destacados de la ciudad de Miami por su labor cultural.
ALFREDO VILLAVERDE GIL
Nació en Guadalajara, España (1947). Poeta, narrador, crítico literario, periodista y abogado. Colabora en varios medios de prensa y revistas, es miembro fundador de diversos grupos literarios como Enjambre de Poesía, Orden Mesetaria del Buen Trovar y la Asociación Prometeo de Poesía (APP). Es presidente de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha. Ha obtenido numerosos premios literarios y distinciones. Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Entre los libros que ha publicado se encuentran: Confirmación de la intimidad (1979); Del amor letra a letra (1982); Y nació la trova en Castilla (1982); La ciega luz de las imágenes (1984); Don Iñigo (crónica y ficción del Marqués de Santillana), novela (1985); La sed de Tántalo (1986); Antología de Cien Poetas en Castilla-La Mancha (1986); El Viaje Prodigioso – Premio Alfonso VIII de Poesía (1997); El manuscrito de Lucena (2000); Sigüenza, de la Colección Ciudades Mágicas Toledo, de la Colección Ciudades Mágicas Guadalajara, de la Colección Ciudades Mágicas Viaje a La Mancha de don Quijote y Sancho (2003); Los Dardos de Eros, sonetos desde el amor (2004); La Cocina de Sancho Panza (2005); Viaje a las Alcarrias (2006); La Transparencia de las Tinieblas y otros relatos (2006).
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