BAQUIANA – Año XVI / Nº 91 – 92 / Septiembre – Diciembre 2014 (Reseña IV)

LOS AMORES Y DESAMORES DE CAMILA CANDELARIA, DE GERARDO PIÑA ROSALES

 

 por

 

Myra M. Medina


Literal Publishing
Colección (Dis) locados
Houston, Texas, Estados Unidos.
(2014)
ISBN: 978-0-989795-70-8
pp. 109


    Camila Candelaria es el personaje principal y narradora de la obra de Gerardo Piña-Rosales, Los amores y desamores de Camila Candelaria. En ésta, el autor utiliza una serie de vignettes en orden cronológico para desarrollar la narración “autobiográfica” del personaje principal y cuyo enfoque son sus relaciones sexuales y amorosas. Los demás personajes que se unen al relato juegan un papel secundario en la vida de Camila; no obstante, aunque no son personajes de mayor relevancia, como en el caso de sus padres, la ausencia del padre y la admiración de Camila hacia él al igual que la relación fragmentada con su madre pudieron haber influenciado sobremanera en el desenvolvimiento intelectual, psicológico y social de Camila más adelante en su vida. Buscando a la pareja idónea, a Camila le acontece una serie de situaciones que llevan al lector a preguntarse si la heroína es ingenua o víctima de sus circunstancias.

    En principio, Camila surge como una simple joven que es afligida no sólo por el divorcio de sus padres pero también el destierro – ambas experiencias sufridas en una temprana edad. Al divorciarse sus padres, la madre decide mudarse de Puerto Rico a Nueva York. Camila extraña a su padre, pero su madre se las ingenia para impedir que ella reciba comunicación de él. Su madre, siendo una mujer autoritaria, emprendedora con ganas de rehacer su vida y hasta cierto punto egoísta, relega a su hija a un segundo plano, premiándola con dinero y viajes cuando Camila ha logrado realizarse en sus estudios. Al carecer del cariño de sus padres, Camila empieza a buscar en hombres (que de alguna manera u otra eventualmente no llenaban sus expectativas) la ternura que no encontró en su madre y el amor que le fue arrebatado de su padre.

    La vida universitaria de Camila comienza en el año 1963. La década de los 60 y la primera parte de los 70 se caracterizaron por una contracultura (Gair, 2007) en la que el espiritu libre, libertad de expresión y el gozo de la vida dominaban el ambiente social e intelectual. Durante este periodo, los jóvenes debatían temas de interés – en su mayoría controversiales – en los recintos universitarios, clubes y reuniones sociales. También, fue una época de liberación en todos los aspectos, incluyendo la liberación femenina. Las mujeres mantuvieron su batalla para legitimar su estatus de igualdad, incluyendo el derecho al aborto el cual era prohibido [1] en los Estados Unidos hasta el año 1973 cuando fue aprobado con el caso de Roe versus Wade (McBride, 2006). Antes de esta aprobación, el aborto ilegal era algo común en especial entre las mujeres de bajos recursos, quienes recurrían a métodos no convencionales que estuvieran a su alcance para ponerle fin a un embarazo indeseado (Benson Gold, 2003). Estos años marcaron un momento en la historia de Estados Unidos acentuados por conflictos en los que las diferentes estructuras sociales – especialmente aquellos segmentos de la sociedad que se consideraban en desventaja – luchaban para lograr la aceptación y respeto de sus derechos como seres humanos. Esta es la realidad en la que Camila se desenvuelve – una época que menoscababa a la mujer, relegándola a un segundo plano – y Camila no era una excepción.

    Además de ser afectada por los acontecimientos de su contexto cotidiano, desde el punto de vista psicológico, Camila refleja un sentimiento de autoestima baja. Esta sensación de ineptitud o “poquita cosa” (p. 17) o de “que tan poquito valgo” (p. 94) la atraía a hombres con cierta soltura de expresión ya fuera en temas contemporáneos o de índole literarios. Era como si a través de la elocuencia de ellos, ella podía exteriorizar aquellos conceptos difíciles de enunciar debido a las inhibiciones que ella misma se había creado y por su posición social como mujer. Sus logros y méritos, en ocasiones, iban atados a un hombre porque a su entender, sola no los podría realizar. Así lo exterioriza al referirse a Jorge Luis, una de sus aventuras, cuando dice, “Lo aguanté durante todo el curso, pero después de los exámenes, que pasé brillantemente, en parte, gracias a su ayuda, tuve que decirle…que no nos volviéramos a ver” (p. 53). Posiblemente el más prepotente de todos estos amoríos fue el Sublime Maestre – un sesentón y dirigente de una comunidad monástica en Puerto Rico donde Camila va en busca de un refugio espiritual – a través de quien Camila piensa lograr alcanzar el Nirvana. En este lugar, el afligido ego de Camila es mancillado una vez más. Durante una sesión con el Maestre, éste le dice “Tienes mucho que aprender, Camila” (p. 91). Inmediatamente, las palabras del Maestre la hacen dudar e interpreta esta carencia de conocimiento a la pobreza de su estado mental o su modo de besar. Su razonamiento demuestra que Camila parecía mantenerse en estado de alerta con estas limitaciones que ella misma se imponía. Por lo tanto, la condición de líder comunitario monástico, intelecto y edad, hacían del Maestre el personaje idóneo para descarrilar a Camila otra vez. En varias ocasiones y con un palabrerío inherente a los principios del yoga y sus prácticas espirituales, el Maestre aprovecha la oportunidad para restarle importancia a las habilidades de Camila, diciéndole que a ella hasta el zumbido de un zancudo le interrumpe su concentración en la meditación y que sus pensamientos son “dislocados y frívolos”. Todas estas experiencias contribuyen a que Camila ahonde aún más ese sentimiento de “poca cosa”, obligándola a manifestar de vez en cuando su menosprecio hacia sí misma como persona y hasta su capacidad intelectual aunque la realidad era diferente a lo que ella se atribuía.

     Camila tenía la tendencia de meterse en la cama con aquel individuo cuya naturaleza se saliera de lo convencional como los fueron Adalberto, Iván y el Maestre para mencionar algunos. En esos amoríos o aventuras, se dejaba llevar por un ideal efímero que una vez entablada la relación, ella misma se daba cuenta que no valía la pena. Por ende, Camila vivía en un círculo vicioso que se iniciaba con una búsqueda y terminaba con una huida. En ocasiones, regresaba para así reiniciar esa fase abusiva de la que había escapado porque pensaba que ella había sido la causante del problema como cuando Edwin la viola. Su condición de “necesitada de amor” la convertía en una presa fácil. No sólo fue violada sexualmente sino que fue abusada física, moral y mentalmente por hombres carentes de principios.

    La última relación amorosa relatada por Camila sucede en la década de los 80. En el transcurso de la historia de Camila, sus aventuras la llevaron a mantener relaciones con nueve hombres cuyas personalidades, de una manera u otra, tenían características similares. Todos tenían el don del habla, particularidad que Camila describe en cada uno de ellos con diferentes calificativos y que sin duda contribuía en atraerla hacia ellos. Dentro de este inventario de parejas sexuales, aventuras y relaciones, tres de ellos mueren. Dos de éstos, incluido su marido, fallecen por razones correspondientes al tiempo en que sus muertes suceden. En otras palabras, fueron muertes que estaban entretejidas a la condición social del momento.

    Camila no tuvo mentor o modelo a seguir. Su guía fue su instinto, su impulso. Camila con sus deseos de superación obtuvo sus logros académicos, pero su búsqueda por una pareja con cierto nivel intelectual es evidencia de que Camila sabía lo que quería, pero no cómo conseguirlo. Varias circunstancias definieron la vida sentimental de Camila: la falta de cariño de sus padres, la desestima que ella albergaba hacia sí misma, su condición de mujer en una época machista, y su premura en sus relaciones sentimentales. Estos factores la empujaron a refugiarse en brazos de hombres cuyos intereses personales estaban por encima de Camila. En esta obra, Piña-Rosales produce un personaje que presenta el cuadro característico de la mujer abusada, describiendo con soltura y perspicacia los sentimientos, aventuras y relaciones amorosas de Camila Candelaria.

 

Notas

[1] McBride (2006) y Benson Gold (2003) explican que antes de la aprobación de Roe v. Wade la práctica del aborto en Estados Unidos variaba de acuerdo al estado, pero que principalmente se limitaba a si la vida de la madre estaba en peligro o si la madre había sido violada.

 

Obras citadas

Benson Gold, R. Lessons from Before Roe: Will Past Be Prologue? The Guttmacher  Report on Public Policy (GPR) 2003. Volume 6 (1).  

     Disponible en: <http://www.guttmacher.org/pubs/tgr/06/1/gr060108.html>

     [3 de agosto de 2014]                                                            

Gair, C. The American Counterculture. Edinburgh University Press, 2007. Impreso.

McBride, A. The Supreme Court Landmark Cases, Roe v. Wade. PBS, 1973.     

     Disponible en: <http://www.pbs.org/wnet/supremecourt/rights/landmark_roe.html>

     [17 de agosto de 2014]

Piña-Rosales, G. Los amores y desamores de Camila Candelaria. Houston, Texas: Literal Publishing, 2014. Impreso. 

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MYRA M. MEDINA

Nació en Santo Domingo, República Dominicana (1955). Es conferencista, ensayista, crítica literaria, narradora y profesora del Departamento de Lenguas Internacionales/Department of World Languages del Miami Dade College, Recinto Norte. Su trayectoria profesional docente se ha desarrollado en inglés y en español; es co-autora de textos para la enseñanza del inglés como segundo idioma y ha publicado material didáctico en inglés y español. En sus funciones administrativas, ha sido directora del Departamento de Idiomas Recinto Medical Campus y vice-decana de asuntos académicos en el Recinto Kendall, Miami Dade College. Fue miembro del jurado de los prestigiosos premios Silver Knight Awards otorgados por The Miami Herald en la categoría de Lenguas Extranjeras. Ha sido destacada en las revistas Hispanic y Hispanic Outlook in Higher Education. Recibió los siguientes reconocimientos: American Express Endowed Teaching Chair, otorgado por el Miami Dade College;  premio del National Institute for Staff and Organizational Development (NISOD) de la Universidad de Texas en Austin por su excelencia académica; Rhode Island College al ser incluída en el Modern Languages Alumni Honor Roll; se le concedió la promoción de Distinguished Professor en el Miami Dade College por su labor y trayectoria como catedrática en ese centro universitario; en el 2011 la asignación en el Fulbright Specialists Program en el área de Lingüística/TEFL; y en el 2013, el premio Outstanding Educator del  Sunshine State TESOL. En el 2013, fue seleccionada como evaluadora de solicitantes del Fublright en el área de Lingüística/TEFL. Es miembro del Consejo de Redacción de la Revista Literaria Baquiana y ha asesorado a Ediciones Baquiana en varias de sus publicaciones. Sus artículos de crítica literaria, ensayos y narraciones han aparecido en diversos medios especializados.

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