BAQUIANA – Año XIX / Nº 107 – 108 / Julio – Diciembre 2018 (Poesía V)

FOTO SECCIÓN POETICA

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LUIS F. GONZÁLEZ CRUZ

Nació en La Habana, Cuba (1943). Poeta, narrador, crítico literario, traductor y profesor universitario. Recibió el doctorado en Literatura Hispánica por la Universidad de Pittsburgh. Durante muchos años fue profesor en Penn State University. Desde 1994 vive en Miami y se dedica a su labor de escritor, así como a la crítica teatral. Es autor de quince libros que incluyen crítica literaria, ediciones de autores cubanos (en español o traducidos por él al inglés), tres volúmenes de poesía y las novelas: El arcoiris de Olorún (publicado en inglés y español), Las nalgas de Olorún y Frente al espejo de Olorún. Ha publicado, además, más de un centenar de artículos literarios, cuentos, poemas y reseñas en revistas y periódicos de los Estados Unidos, España, Alemania, Italia, Argentina, México, entre otros países. Sus obras han recibido premios otorgados por Penn State University, el Concilio de Sociedades Académicas de Estados Unidos, el Concurso de Poesía Marinea de Puerto Rico, la Revista Chicano-Riqueña y los Premios Letras de Oro de la Universidad de Miami, para mencionar algunos. Durante años dirigió la Revista de Literatura Hispánica Consenso. Ha sido incluido en el Diccionario Biográfico de Literatura Hispánica en los Estados Unidos y en el Diccionario de Literatura Cubana del Siglo Veinte, publicados ambos por la prestigiosa editorial Greenwood Press, de Connecticut. Por mucho tiempo fue asesor en Washington, D.C. de la National Endowment for the Humanities y del National Research Council. Con la puesta en escena de Una caja de zapatos vacía, de Virgilio Piñera en 1987, González Cruz se incorporó al movimiento teatral de Miami y desde entonces ha colaborado con el Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami (del cual fue muchos años organizador del Componente Educativo) y ha sido evaluador oficial del mismo para la Florida Endowment for the Humanities. Al final de la década de los ochenta también colaboró como dramaturgo con el grupo de teatro New Theatre.

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CUERPO DE MUJER

 

A Olga Connor,
con tanto cariño como agradecimiento y respeto.

 

Es una espera llena de sonidos

y visiones de un cuerpo que, desnudo,

tras un cristal, en calma, casi mudo,

la verdad silenciosa vuelve ruidos

 

en esta exaltación de los sentidos

que nos proyecta unidos, hechos nudo.

En tanto se impacienta el pecho rudo

que quisiera ser sierpe y los dormidos

 

miembros suyos, como ascua rescatada,

devorar en el sueño abrasador,

en vez de cuestionar la antigua entrada

 

que combate o me llama. En el ardor

de su carne que escapa tan callada,

se agota el paroxismo de mi amor.

 

 

LA LIBERTAD

 

Es mi universo un redondel desierto

con tensiones que imponen sobre el hueso

la gravedad suprema que me obliga

a transportar forzado mi condena,

 

y una condena y otra se encadenan

girando en este círculo finito

por donde viajo, radio arriba, abajo,

la libre longitud de mi cadena.

 

 

DIVINA CONTRADICCIÓN

 

En cada hombre bueno

nace y muere

la poesía eterna de Dios.

 

 

ESTÉS O NO ESTÉS

 

         Pasa un murciélago.
Pasa una mosca. Un moscardón.
    Una abeja en el crepúsculo.
             No pasa nada.
           La muerte llegó.
          Rubén Darío “Augurios”

 

Qué habrá de importar estar allí, aquí, allá,

que no interese a nadie comprobar tu presencia,

que silbes con fuerza y ni el perro te atienda,

que tus huellas digitales se hagan invisibles,

que tus latidos no los certifique

ni el mejor calibrado estetoscopio,

o que te desvanezcas a la vista de aquellos

que siempre te miraron sin nunca haberte visto.

A solas, cuando se marchen todos tus enemigos,

podrás despedirte de manera adecuada

pues no quedará ni aquel “no pasa nada”

que con racimos y sed a otro le dio

la firmeza de su propia circunstancia,

en la ausencia letal de los armarios,

en la final destitución de moscardones.

A la larga, tampoco a nadie importará

que te ignoren hasta las mismas cosas

donde se esconde, aséptico, contaminado,

el finito estupor que hay en ti mismo.

 

 

 

EXILIO

Te despiertas de golpe

sin saber dónde habitas

y el espejo devuelve

una imagen que espanta,

el valor se confunde,

la dignidad se altera,

una espiral te lanza

hasta el fondo del hambre,

el terror del sonámbulo

se convierte en tu máscara,

y buscas, llamas, pides,

gritas, te devanas,

pues la distancia es tanta,

tan pobre es la esperanza,

que por silencio sabes

que no existen conquistas.

Allá dejaste todo,

TODO,

todo lo que sabe

cómo fuiste,

qué lágrima escondes,

por dónde sangras,

los pueblos de tierra roja

tan benigna a los muertos,

y aquella habitación,

la tuya,

deteriorada y fría,

que esperará por ti

cuando no quede nadie.

 

 

PUEDO DETENER EL TIEMPO

 

Puedo detener el tiempo

arañar el cielo

calentarme en el centro de una hoguera

filtrarme entre los granos de arena

entenderme con la espuma y la sal

predecir el trayecto del pez

descifrar el graznido de las gaviotas

echar esta enorme red

donde tiembla plateada, anhelante

la Pregunta.