Aunque se han escrito muchos libros sobre la vida de Bernardo de Gálvez hasta la fecha, es importante destacar que la novela histórica El que tenga valor que me siga del escritor Eduardo Garrigues explora ciertos pasajes claves de la vida de este personaje histórico que hasta ahora eran poco conocidos.

     De todos los libros editados sobre el tema previamente, podemos citar el magnífico libro de historia Yo solo, Bernardo de Gálvez y la toma de Pensacola en 1781 / I alone, Bernardo de Gálvez and the taking of Pensacola in 1781, de la profesora e investigadora Carmen de Reparaz Madinaveitia, publicado en español por Ediciones del Serbal y el Instituto de Cooperación Iberoamericana en 1986, y en inglés (traducido por Walter Rubin) por Ediciones de Cultura Hispánica de la Agencia Española de Cooperación Iberoamericana en 1993. Ambas ediciones constan de una selección biográfica, un esquema cronológico y una amplia muestra de mapas, dibujos y retratos de la época, pero se remiten al ambiente académico y de consulta de estudiosos de ese pasaje de la historia por ser un libro de texto.

     Después de rigurosas investigaciones en la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. en Washington, el Archivo General de la Nación en México y los Archivos de Cuba, Eduardo Garrigues pudo descubrir datos inéditos sobre la vida del militar español Bernardo de Gálvez, cuya participación en la guerra por la independencia de los Estados Unidos fue considerada decisiva.

     El autor —novelista consagrado— decidió escribir una novela histórica y no otro libro de historia que se cataloga y almacena en los anaqueles de las bibliotecas y universidades, en espera del estudiante o investigador de turno, confiriéndole al tema una proyección más amplia, con vista al gran público lector, ávido de aventuras e historias noveladas. No obstante, el autor no pierde la oportunidad de hacer gala de sus conocimientos y, poco a poco, mientras transcurren las siete partes de la novela, divididas a su vez en cincuenta y siete capítulos que son agrupados según los avatares geográficos del personaje Bernardo de Gálvez, atrae la curiosidad del lector al dosificarle una trama llena de intrigas diplomáticas, historias de espionaje, escándalos de contrabando, una relación amorosa con la deslumbrante criolla —de origen franco-americana— María Feliciano de Saint-Maxent d’Estrehan, luego convertida en su esposa, y la flamante batalla llevada a cabo en Pensacola por este militar español, nacido en Málaga en 1746.

     Mezclando la ficción con todos los antecedentes de los hechos investigados, Eduardo Garrigues hace gala de su capacidad como escritor y nos recrea los años más interesantes de la vida de Bernardo de Gálvez, desde sus actividades en París, pasando por España y por Cuba, hasta llegar a enfrentarse a los ingleses en el frente de batalla para ayudar a los Estados Unidos a ganar su independencia.

     Durante la guerra de las Trece Colonias —años después constituidas en los primeros trece estados de los Estados Unidos— el gobierno de España le ofreció su apoyo a los colonos insurrectos que luchaban, después que estos declararan su independencia de los ingleses en 1776, bajo el mando de su comandante en jefe George Washington. Posteriormente, España declara la guerra en contra de Gran Bretaña en 1779 y, es precisamente, el rey Carlos III quien le encomienda a Bernardo de Gálvez la difícil misión de recuperar las fortalezas de los ingleses en el Golfo de México.

     Según los documentos de la época, Pensacola —hoy parte del Estado de la Florida— era la fortaleza más importante y mejor defendida de los ingleses. Cuando Gálvez consigue desembarcar con sus tropas en las inmediaciones, el comandante de la flota, el capitán Calvo de Irazábal, se niega a que sus buques entrasen en la bahía por temor al fuego de las baterías inglesas. Ante esta negativa, decidido a jugarse el todo por el todo, Gálvez le mandó al capitán Calvo el siguiente mensaje:

“Una bala de cañón de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.”

A lo que Calvo de Irazábal contestó:

“El general es un audaz malcriado, traidor al rey y a la patria, y el insulto que acaba de hacer a mi persona y a todo el cuerpo de la marina lo pondrá a los pies del rey. El cobarde lo es él, que tiene los cañones por culata.”

     Después de esta respuesta y negativa de apoyo por parte del capitán Irazábal, Bernardo de Gálvez entró solo con sus tropas a la Bahía de Pensacola, bajo el fuego de las baterías inglesas, llevando a cabo una hazaña de gran magnitud al recuperar la fortaleza por su cuenta, convirtiéndose así en una de las batallas más importantes de la historia militar de España por la magnitud de la estrategia desplegada y el resultado positivo de la misma.

     Bernardo de Gálvez fue un experimentado líder militar que también sirvió como administrador de las colonias españolas, en calidad de gobernador de la Louisiana Española y de Cuba. Después de la derrota de los ingleses en Pensacola y la exitosa conquista de la costa oeste de la Florida bajo su mando, el territorio completo de la Florida fue cedido a España. Más tarde, durante los últimos dos años de su vida sirvió como virrey del territorio de la Nueva España.

     La huella de Bernardo de Gálvez en la historia de los Estados Unidos está bien documentada. Aparte de múltiples monumentos que recuerdan su presencia en la costa del Golfo de México, la ciudad, bahía y condado de Galveston en Texas, fueron nombradas en su honor, al igual que otros reconocimientos de diversos tipos en Alabama, Florida, Louisiana y Washington, D,C. Varios museos, calles, distritos, edificios, hoteles y hasta complejos de tiendas llevan su nombre en la actualidad. Como dato curioso, Bernardo de Gálvez es una de las ocho personas, en la historia de este país, a las que se las ha otorgado la ciudadanía honoraria de los Estados Unidos. En una declaración conjunta del Congreso de los EE.UU. se le cita como: “…un héroe de la Guerra de Independencia que arriesgó su vida por la libertad del pueblo de los Estados Unidos y facilitó avituallamientos, inteligencia y apoyo militar en el esfuerzo de dicha guerra”. Ojalá que esta hoja de vida y esta novela inspiren a algún director de cine a llevarla algún día a la pantalla gigante.

     Eduardo Garrigues, aparte de ser un destacado escritor, ha sido un excelente diplomático de carrera. Fue consejero en la misión de España en las Naciones Unidas, consejero cultural y director del Instituto de España en Londres, director general de la Casa de América en Madrid, así como embajador de su país en varios países de África y Europa. Ha sido ganador del premio Café Gijón de novela corta (1961) y el premio Pío Baroja de cuentos (1971). Ha publicado las novelas: Al oeste de Babilonia y La dama de Duwisib, basadas en sus experiencias personales y viajes por los desiertos de Nuevo México y Kalahari. El que tenga valor que me siga es su primera novela histórica.