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OLBER VARGAS

Nació en Sancti Spíritus, Las Villas, Cuba (1956). Poeta, trovador, actor, imitador, cantante, mago y compositor. Es graduado de Actuación, Expresión y Movimiento Escénico. Durante su vida laboral en Cuba, a partir de 1976, actuó en el Programa de TV «Buenas Tardes», con el dúo Clara y Mario, la cantante Mirta Medina, la gran pianista María Cervantes y la cancionera Tania Victoria, entre otros, así como en el Circo Nacional de Cuba. En 1977 comenzó a trabajar como mago en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT). En 1984 pasa a laborar como comediante musical en la Unión de Artistas de Radio y Televisión (EART), donde compartió escena con importantes cantantes y músicos del quehacer nacional, como Elena Burke, Beatriz Márquez, Maggie Carlés, Farah María, Annia Linares, Albita Rodríguez, la orquesta Aragón y otras agrupaciones por toda la Isla. En 1985 participó en el Festival del Cha Cha Chá y en 1988 en el Festival del Humor, al igual que en muchos otros festivales destacados. Entre el 2000 y el 2005 realizó giras por casi todas las provincias del país destacándose el Homenaje a Chaflán en el 2005. Ha recibido numerosas condecoraciones por su labor artística a lo largo de su carrera. En mayo de 2011 pasó a residir en España, donde ha actuado en las ciudades Cádiar y Yátor, con el humorista cubano José Antonio Roche, también en Santander, Cantabria, en el Teatro Cisneros, con el Grupo de Cantos y Danzas, como en Torrelavega, en la emisora «Oíd Radio», con Salva Álvarez, como con el Grupo Bahía Tropical, en Laredo, Colindres y Cueto en sus espectáculos Trimensional, Sabor Peruano, Don Ramón, y en San Vicente de la Barquera. Sigue imitando y tiene once shows con boleros, tangos, rancheras y canciones españolas. Compartió con Sara Montiel, Moncho, El Gitano del Bolero, y Dyango, con el que hizo el programa «Estaciones» de Radio Rebelde, dirigido por Bruno Suárez. Por esos años también actuó en diversos espacios de Portugal. Desde el año 2015 reside en Miami donde actualmente reside y se ha presentado en diversas emisoras —radiales y televisivas— y en centros nocturnos. Aunque ha transitado por los caminos de la poesía a lo largo de toda su vida y de diversas maneras, fue en fecha reciente que publicó su primer poemario Cuando hablo de mujer y de belleza (Miami: Editorial Entre Líneas, 2016).

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ASÍ SOY                                            

 

Soy de una forma, creo que no es mala,

soy de esa sola forma, como quiero.

Soy de esa forma, y aumenta su escala,

cuando hablo con un ser bien sincero.

 

Soy amigo de todos: amo amar.

Trato a todos: virtudes y defectos,

y a todos exijo respetar.

Para quienes son sinceros: Afectos.

 

A la mujer la admiro y respeto,

de hembra nací: mi madre, que amo.

Digo al prójimo: Soy imperfecto;

pero trabajo, me esfuerzo y amo.

 

A veces me tropiezo en el camino

con quien dice ser amigo sincero,

mas no hago caso a ese que lo dice:

por ser falso, mendaz y traicionero.

 

La vida me ha enseñado tantas cosas,

muchas cosas válidas, gran estima:

me ha enseñado a bien admirar las rosas,

sin olvidar sus agudas espinas.

 

 

LA REALIDAD DE LA VIDA

 

              A mis hermanos Mayra Hernández y Waldo González

 

Tienes hijos que crías con amor,

les das todo y más de lo que puedes,

les enseñas de la vida el color

y cómo se construyen sus paredes.

 

Los tratas de guiar paso tras paso,

apenas dejan de gatear, tal dicen,

a poco que al andar no te hacen caso

y cuando hablan ya te contradicen.

 

Cuando crecen se van y solo quedas,

tal te iniciaste en la dura vida:

de nuevo andar, pero con viejas ruedas

y solo quedas con tus heridas.

 

Como el árbol te quedas sin frutos,

ramas, tronco y raíz feneciendo,

y llegan a tu vida mil lutos:

hasta la tierra ves se va hundiendo,

pues entonces has de extraer mil fuerzas,

pensar que de la tierra vas saliendo:

luchar porque tu vida no se tuerza.

 

Por eso pasé, por eso comprendo.

Entonces, canta, baila, ríe y versa:

piensa, por fin, que hoy estás renaciendo.

 

 

IRIS

 

Soñé en la noche: tanto lo esperaba.

Soñé contigo: estabas frente a mí:

hermosa y reluciente, yo te amaba

con locura, pasión y frenesí.

 

Una amalgama de colores vivos

hermoseaba nuestro gran arcoíris.

Yo bebía un ardiente ron y tú, vino,

y eras hermosa, excitante Iris.

 

Tus ojos, tu sonrisa, tu hermosura,

tan joven pero tan mujer te vi,

que pasó aquel momento a ser locura.

Desde anoche te guareces en mí.

 

Desperté: palpitaba acelerado

mi ya siempre agitado corazón.

Y me supe ya de ti enamorado,

pues ya nacida esta hermosa ilusión,

Iris, con amor tanto te he pensado

que no tengo palabras ni razón.

 

 

ROSA MARÍA

 

Hoy es capullo y con el tiempo llega

a ser la muy esplendorosa flor,

si el jardinero que la planta riega,

sabe darle el suficiente amor.

 

Cuando ella abre sus pétalos hermosos,

los va mostrando en el jardín, lozana.

Luego, serán los tiempos borrascosos,

y ya no brillará más la mañana.

 

Todos sus pétalos irán cayendo,

para quedar la flor sin lucidez.

Y tú, mujer, que hoy estás latiendo,

serás como la flor en tu vejez.

 

Escucha bien: la mujer es la rosa:

primero el capullo, luego la flor.

Deslumbrante cuando joven, hermosa;

mas, nos hace sufrir con gran dolor.

 

Tras flor lozana, ella se deshoja

y muere tan sola: nada es.

La mujer que de su alma despoja,

morirá para nunca renacer.

 

 

TU CUERPO QUEMANDO A FUEGO LENTO

 

Te veo en mis sueños cada noche,

te veo en el alba cada día,

y vas abrazada a mí en el coche

con tu sonrisa, con tu alegría.

Te veo, esbelta gacela fina:

manos de algodón y terciopelo,

tu sensualidad que tanto excita,

la trenza atrayente de tu pelo.

Tus ávidos labios: sal y miel,

tu cuerpo quemando a fuego lento,

la suave tersura de tu piel,

el ardiente calor de tu aliento.

Tu Monte de Venus me da vida:

clímax del sexo y del amor,

con tu orgasmo me das vida:

pleno goce, locura y ardor.

Mi erección es única y perfecta,

nunca sentí placer tan intenso.

Manzana, serpiente, Eva imperfecta,

me pierdo entre tus muslos, intenso.

 

 

MI GUAJIRA    

 

Ay, guajira de mis palmares,

cómo te extraño, guajira:

cuando me voy de tus lares,

parece que mi alma expira

cuando marcho a otros lugares.

 

Cómo extraño, ay, tu luna,

tus montañas, tu sonrisa:

ellas sustentan mi risa,

porque como tú ninguna.

En ti, mujer, todo aúna,

con tus rumores de río,

tu hondonada, tu bajío,

tu monte, aquella pradera,

tu mirada tan sincera,

tu sentimiento y tu brío.

 

Tu amanecer, tu horizonte

que me señala el camino:

y con ese hermoso trino

se oye cantar al sinsonte.

Él hace que me remonte

a un poco más de aquel día

que con inmensa alegría

el primer beso te di.

Desde ese día vas en mí

porque eres la amada mía.