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THELMA NAVA
Nació en la Ciudad de México, México (1932). Poeta, periodista y editora. Estudió en la Casa del Lago, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en el Centro Mexicano de Escritores. En la década de los sesenta fundó la revista de poesía Pájaro Cascabel, considerada una de las más importantes de esa época, con el destacado crítico e investigador Luis Mario Schneider, así como la editorial de nombre homónimo. Fue miembro de los consejos de redacción de las revistas Xilote (1969-1977) y Manatí (1974-1984), y participó en la dirección colectiva de la revista La Brújula en el Bolsillo (1982-1984). Ha colaborado en múltiples publicaciones literarias mexicanas, tales como: Cuadernos del Viento, El Búho, El Cocodrilo Poeta, El Financiero, El Gallo Ilustrado, El Nacional, El Rehilete, La Cultura en México, Metáfora, Novedades, Ovaciones, Periódico de Poesía, Plural, Revista de Bellas Artes, Revista Universidad de México y Siempre!, para mencionar algunas. Ejerció el periodismo cultural en el periódico El Día, en donde tuvo a su cargo la sección “Escaparate”. Ofreció charlas de poesía en todos los estados de México dentro del grupo de 36 poetas del programa de Acción cultural del ISSSTE (1984-1986). Su poesía ha sido incluida en más de treinta antologías nacionales e internacionales, entre ellas Poesía en Movimiento, del poeta y ganador del Premio Nóbel Octavio Paz. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués y búlgaro. Ha recibido múltiples reconocimientos y homenajes, entre los que cabe destacar el Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde” (1962) y la presea “Rosario Castellanos” (Chiapas, 1993). Ha publicado los libros de poesía: Aquí te guardo yo (1957), La orfandad del sueño (1964), Poémes Choisis —Poemas escogidos— Niza, Francia, Profils Poétiques des Pays Latins (1965), Colibrí 50 (1966), El primer animal (1986), El libro de los territorios (1992), Material de lectura. Antología (1992), El verano y las islas (1998), Paisajes interiores (2000), El primer animal. Poesía reunida 1964-1995 (CONACULTA, 2000), Los pasos circulares (2003) y Para volver al mar (2004).
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EN LA LLEGADA DEL VERANO
No todo sucede cuando el verano se apodera de este lugar
del mapa en que vivimos,
de este país al sur de las estrellas
vigilantes.
Puede ser cuando el aire nos toca en su violencia
y trae un fuerte olor a gasolina, a fábrica recién abierta
y tal vez ese olor espeso de los muelles y los peces
bajo los muelles.
No todo sucede cuando leemos los diarios y somos los
testigos silenciosos.
Transcurre cuando no podemos siquiera poner en orden
nuestro pequeño caos,
nos despertamos a media noche, con los labios febriles
y descubrimos que todavía, qué bueno, por mucho tiempo
somos capaces de utilizar el viejo recurso
del llanto en los ojos.
NO TENEMOS PIEDAD
No tenemos piedad
de las manos que penden del sol
del renacimiento del astro huérfano
que nos penetra en la piel
como una inmensa tela
sobre el corazón de la tristeza.
No tenemos piedad
de todos los besos dados
porque nos hemos olvidado
de volver al primero.
No somos nuestros enemigos.
Y estamos en el umbral de los ángeles
para encontrar de nuevo su sonrisa.
CORAZÓN DE LA TARDE
Corazón amoroso de la tarde,
intemporal, perfecto.
Alzado en la colina del viento te saludo
y eres tal vez el eco
de un mediodía sin lluvia, solitario.
Corazón, de imposibles vas a llenar la noche
y lograrás que caigan las estrellas
como un puñado de pájaros hambrientos
en el tejado de la tarde.
Corazón, dios del viento,
demonio que desnudas con lujuria el crepúsculo,
invéntate de nuevo
para que el triste beba
la sangre de tu río
y coma el pan de tus montañas.
PARA QUIEN PRETENDA CONOCER A UN POETA
Es difícil conocer el corazón de un poeta.
A primera vista resulta fácil doblegarlo por la vanidad,
ensalzarle y hasta aprenderse de memoria unas cuantas
líneas suyas.
Caminar a su lado y sostener el mar con la mirada,
hablar de ciudades irreales,
adivinar su amor y sus costumbres,
su vida cotidiana, sus odios y rencores,
penetrar el secreto de su técnica,
llegar a sus orígenes.
Pero ¿quién, bajo la lluvia, es capaz, sabe realmente
cómo es por dentro ese cuerpo tembloroso, amoroso,
maldito, blasfemo o perseguido de un poeta?
UNAS PALABRAS PARA EL EXTRANJERO
Escucha extranjero, yo voy a mostrarte la lejanía.
En esta ciudad no navega hoy más barco que el de la soledad.
Las sábanas son frías en los hoteles. Hay crímenes y miedo
a media noche.
Podemos, si quieres, cantar sin corbata y navegamos tomados
de las manos
aun a riesgo de ser acusados ante los tribunales del sentido
común.
Frente a las ruinas de nuestro antiguo esplendor podemos,
todavía,
afirmar que estamos intactos y soñar y perseguirnos por el agua.
Nuestro único delito es tratar de violar la soledad, invadirla.
Te prevengo, extranjero:
también de caracolas y olor de mar está construida la noche.
ULISES
Ese color le sienta a tu estatura
a tu forma de hablar y de mirarme.
Navega un barco en la acera de enfrente.
El tiempo detiene sus velas
y tú llegas náufrago a mis brazos.
Solemos pasar el tiempo contando gaviotas.
Hacemos el amor como los peces.
Otra sirena te llama pero tú no la escuchas.
Ulises:
yo te vi primero.