INSTANTÁNEAS A DOS VOCES. FOTOGRAFÍAS Y TEXTOS DE GERARDO PIÑA-ROSALES Y DANIEL FERNÁNDEZ

 por

 

José Luis Molina Martínez

 

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Fotografiar es una forma de detener el tiempo y gozar del instante, pues tempus fugit. Retratar es recuperar la manera de pintar de una época, la barroca quizás sobre otras, o desde el inicio de la pintura como sortilegio para buscar el regreso de ese viaje cercano que era la búsqueda del condumio, la guerra, la inmolación, la ruina de la máquina, del edificio, del hombre, de la creencia, la pérdida de la amistad, de la ciencia, de los principios democráticos básicos en algunos lugares, de aquella vida no tan burda que buscaba algo más que una economía materialista ¿capitalista  comunista?, en la que la teocracia permitía aspirar a la armonía al pueblo llano. Todo esto que ahora enumeramos era «retratado» por la pintura. Cuando llegó la fotografía y se socializó su uso, de igual modo que sucedió con el piano para la música, se democratizó la sociedad y se perpetuó al permitir que cada uno de los súbditos de las naciones pudiese fotografiar y retratar: fotografiar paisajes, batallas, su entorno, sus difuntos; retratar a damas y caballeros menos románticos que los que llevaban los daguerrotipos como señal indeleble de la espera, de la esperanza en el regreso, en la consecución de cuanto se buscaba en lejanos países o ahí al lado, pues solo un río convertido en frontera separaba un territorio del otro. El hombre descubrió hasta el modo de hacerse su autorretrato. La técnica era tan enrevesada que la labor del fotógrafo en el revelado era crucial para que los matices del negro, la gama de los grises, diese perspectiva, veracidad, luz, armonía y belleza a lo que había recogido el objetivo de la cámara. Ahora ya no hace falta ni eso, solo la técnica es la que borra, señala, perfila, modifica, retoca, mezcla, combina se diría que crea con el photoshop, iluminando, perfeccionando los píxeles que aportan la calidad, no expresiva, no comunicativa, sino como resultado de la acción de la máquina que maneja el hombre. Cuando la IA se incorpore definitivamente a estos artefactos se generarán imágenes muy complejas que harán variar el mundo teórico fotográfico del futuro. La expresión la proporciona el / lo fotografiado, la comunicación, la lectura tradicional o no de la imagen porque algo dice la imagen y por eso se fotografía. O se retrata.

     Ya he abierto el amplio, severo, racional y personalizado libro que lleva por título Instantáneas a dos voces y conocido qué transmite, no solo diseño y maquetación, qué trasfondo posee, qué sentido trascendente podrá hallar el lector. Porque buenas fotografías son las que ambos autores han seleccionado para componer este libro que hemos conocido dichosamente, pues es bello y original. Digo original porque son dos los fotógrafos, Gerardo Piña-Rosales, de quien sí conocía otras producciones anteriores y su interés, preferencia y gusto por interrelacionar imagen y lenguaje, incluso cuando los semióticos no estaban por la labor, y Daniel R. Fernández, aficionados ambos, según se lee en los paratextos del libro, a hacer otros proyectos conjuntos. Ambos presentan una magnífica galería de personajes, rostros, expresiones, sollozos y simulaciones, situaciones, unas vitales, otras degradadas, por cuanto lo que retratan es real y generan mensajes trascendentes, si por trascendente se considera buscar en la ruina del hombre su dignidad y enviar el mensaje de que entre el aquí y el allá solo hay un paso que, a veces, no se debe bordear.

     Ni se asusten: no hay mensaje moralista alguno, sí amplitud de miras. Y comprensión compasiva.

     Reseñar es decir literalmente algo de un texto que se ofrece al público, mostrar las ventajas de su lectura, pero sin salirse de cuanto quiso decir el autor, ese es el límite, de modo que pueda conocer qué ofrece esa publicación y qué línea sigue y si le puede gustar al posible lector porque, en este caso, la calidad es innegable, otra cosa la interpretación literaria de esa realidad. Me explico. Una vez publicada la imagen, por medio de la ékfrasis o de otra licencia o técnica literaria, cualquier lector puede, como receptor, exponer su opinión, permitirse un relato literario, proyectar un pasado odioso a un personaje canallesco, pensar en un futuro imprevisible que se va a leer con independencia de la imagen o tratando de ajustar texto e imagen. Es decir, tras la lectura del autor, el receptor, que teníamos abandonado y a él se dirige este escrito, puede participar con su interpretación y hacer un ejercicio literario que puede o no coincidir con el que aparece en la publicación. Posiblemente, si ahora lo decidiese, cualquiera de estos autores podría hacer una interpretación diferente a la que figura en el texto. Lo que no podría, sin manipularla, es modificar la imagen.

     El índice del libro indica que son 2 los fotógrafos, los mismos 2 escritores, 6 los capítulos, cada uno de ellos con 10 fotografías de un fotógrafo y los textos del otro fotógrafo convertido en literato:

Fotos Textos

Cap. 1 10 Gerardo 10 Daniel

Cap. 2 10 D 10 G

Cap. 3 10 G 10 D

Cap. 4 10 D 10 G

Cap. 5 10 G 10 D

Cap. 6 10 D 10 G

     Total, 60 fotografías extraídas de la realidad a la que intentan dar una unidad general amplia, dentro de la unidad que aparece en cada uno de los capítulos.

     De las imágenes, de las que tanto se puede decir, poco hay que exponer porque no es el momento, pero poseen una calidad contrastada y debe ser un acto personal del que lo repase y lea. Responden sin duda al proyecto de ambos, aprobado por ambos. Son dos, según mis observaciones, de las fecundas y variadas temáticas que predominan dentro de su realismo, las que más me llaman la atención, relacionadas ambas con la manifestación social de gran número de los retratados. La una representa la sociedad del cansancio y la pobreza. Resaltan la expresividad de los retratos, su significación, lo atractivo de sus miradas, la sensación de dignidad en unos y de haber arrojado la toalla en otros, porque reflejan pobreza y cansancio, desamparo, fracaso social, desarraigo social, marginación y escasa fuerza moral para levantarse y superar la situación. Aunque no es común que el reseñista o presentador del libro muestre sus preferencias, entiendo que en ambos casos, es decir, en ambos fotógrafos, destacan las fotos que indican la situación social de indefensión de las personas mayores.

     Por su originalidad, por su afán subversivo y rompedor, Instantáneas a dos voces es un libro que habrá que tener muy en cuenta a la hora de estudiar en profundidad y amplitud de miras la breve historia de un género –imbricación de textos y fotografías—novedoso, todavía poco explorado.

 

Referencias bibliográficas:

1. Colorado Nates, Óscar. 2014. Susang Sontag. Sobre la fotografía. (Citas selectas). Oscar en fotos < https://oscarenfotos.com/2014/09/06/susan_sontag_sobre_la_fotografia_citas/>. Accedido 30 junio 2024. 

2. Efrén Giraldo. 2015; 301-226: "Entrar en los cuadros". Ékfrasis literaria y ékfrasis crítica en los ensayos de Pedro Gómez Valderrama. Revista Co-herencia, vol. 12, nº22, junio. Medellín, Colombia].

3. Olga Patricia Bonilla Marquínez/Mónica Gómez Betancourt. 2015: 79-95. El valor de la fotografía como expresión de la inteligencia emocional. Revista Académica e Institucional Páginas de la UCP, nº98. 

4. Henry Cartier-Breson. 2003. El instante decisivo, estética fotográfica. Barcelona. Gustavo Gili.

5. José Miguel Mestre Navas / Pablo Fernández Berrocal (coords.). 2007. Manual de inteligencia emocional. Madrid. Pirámide.

6. Joan Naranjo. 1998: 9-22. Fotografía y antropología: los inicios de una relación fructífera. Revista de dialectología y tradiciones populares, vol. LIII, nº 2, CSIC.

7. Javier Arnaldo. 2013. El instante decisivo. Entrevista con Joan Fontcuberta, Minerva, 21. < circulobellasartes.com/mediateca/el.instante-decisivo-entrevista-con-joan-fontcuberta/>. Accedido 14 de julio 2024.

8. Rogelio Del Prado Flores, Luz Zareht Moreno Basurto y Mariana Chávez Castañeda. 2020: 291-312. representaciones fotográficas de la sociedad del cansancio y la pobreza. Revista Latina de Comunicación Social, nº 75. < https://www.doi.org/10.4185/RLCS-2020-1427>. Accedido 15 julio de 2024.

9. Teresa Núñez Marcos. 2024: 17-24. La clave está en un piano. Revista de Occidente, nº518-519, julio-agosto.

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JOSÉ LUIS MOLINA MARTÍNEZ

Nació en Lorca, España. Se dedica a la investigación sobre el hecho literario en el siglo XIX (Anticlericalismo y literatura en el siglo XIX (1998); Raros, anticlericales, satíricos y anarquistas literarios en José Martínez Ruiz (Azorín) (1997)), y concretamente sobre la figura de un lorquino al que está dando a conocer: José Musso Valiente (1785-1838): Humanismo y Literatura ilustrada (1999). Como poeta ha publicado: Desolada sonrisa (1975), Variaciones sobre un mismo dolor (1975), Del amante injusto (1984) y Tratado de la vulnerabilidad (2002). Es miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE).

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