DESCRIPCIONES Y FOTOS DE LA VIDA COTIDIANA DOMINICANA EN EL LIBRO LA MIRADA DE IDA HERNÁNDEZ CAAMAÑO
Las fotografías vienen acompañadas de su historia, pero al contrario de aquéllas que han llegado a la fama por el contexto de su historia real como las tituladas Imagen, Realidad, Símbolo, las demás breves descripciones que acompañan cada fotografía en este libro fueron creadas por la inspiración de Hernández Caamaño. En algunas fotografías se refleja la faena diaria de algún trabajador que sale a ganarse la vida. Por lo tanto, los relatos permiten al lector explorar un mundo que tal vez desconozca o que tal vez pase por desapercibido en una calle, un barrio o un paraje porque estas escenas como en Trayecto u Oficio han llegado a formar parte inherente de una sociedad y, a veces, su importancia llega a carecer de relevancia. Para el testigo ocular, estas vivencias suelen ser pasajeras, aceptando simplemente su valor aparente, sin que nadie se tome el tiempo de descifrar la historia que cada protagonista arrastra consigo mismo.
De esta manera, paisajes tropicales, flores, animales y aves también se unen al recuento pictórico trenzado por sus diferentes vertientes. En Antes y después del alba, la autora describe la naturaleza con su arcoiris de colores, la llegada del nuevo día y la entrega del ser humano a las obligaciones diarias que se interponen al disfrute pleno de la naturaleza. Los relatos son narrados en primera y tercera persona. En otros casos, como en ¿Quién es culpable? la autora le habla directamente a la persona de la foto. En El presente, el relato trata sobre una vieja mujer, quien aunque los años han pasado por ella, ella no ha pasado por los años. Natalia, la mujer que posa para la fotografía, mantiene una jovial disposición aunque muestra como el edentulismo se ha apoderado de su sonrisa. El libro contiene una gran variedad de fotografías de niños, algunos con esperanza y otros desmoralizados. En una de las narraciones, la autora parece enviar un mensaje de advertencia a la sociedad sobre aquellos niños que deambulan las calles y terminan convirtiéndose en malhechores. De alguna forma u otra, todos estos niños representan el futuro de su pueblo. Las fotos en serie más icónicas por su contexto histórico son las tituladas Imagen, Realidad, Símbolo. En estas fotografías, ganadoras de un premio Pulitzer, en la que David se le enfrenta a Goliat, Hernández Caamaño escribe, “Y aquellos segundos se volvieron eternos,…” (67), reafirmando el impactante mensaje que estas imágenes captadas durante la Revolución de Abril 1965 han llevado a través de los años.
Usando esta técnica fotográfica-descriptiva, Hernández Caamaño relata con prolijidad y sensibilidad estas imágenes que definen un contexto interactivo entre la sociedad y la naturaleza, creando narraciones en las que lo invisible se hace visible, la sombra se hace luz y aquello que se subestima, se convierte en algo de valor.
Myra M. Medina, Ed. D.
Profesora Titular del Miami Dade College (MDC)
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Editora Corripio S.A.S.
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