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PAULA RUIZ SANTAMARIA
Nació en Bilbao (España) y reside en Lexington, Kentucky (EE.UU.), donde estudia el doctorado en literatura y estudios culturales latinoamericanos y de género mientras imparte clases de español en la Universidad de Kentucky. Ha publicado poesías y artículos en revistas estadounidenses como Furman 217 y periódicos españoles como 20 minutos. Ha publicado varios libros de poesía titulados: Croquetas de nada (2017), Mientras tanto (2021), Larvas de luz (2023) y un proyecto cartográfico artístico llamado Itinerario (2023).
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ORLEGIA
Recuerda quién eres
la edad de tu memoria
los relatos antiguos
cada punto de inflexión.
Cuando el latido de lo que no es
pueda contigo
y la incertidumbre que todo lo subraya
en este otro lado
se acreciente
y tú
huérfana de abrazo
amamantes mercurio
y sepa a sangre la boca
tan lejos de una tierra
que todavía no logras comprender.
Porque has tenido
que llegar aquí
isla inconexa
e incómoda
que expone tus ideas
socavando tu corazón
para poder mirar lentamente
a Ítaca
Verde que se te atraganta
y que está en todo.
Por eso,
y por tanto más,
la suavidad es solo un privilegio
que no todas podemos permitirnos.
Y solo aullando
nos acercamos a la verdad
cueste lo que cueste
en ayunas
bebiendo del agua más pura
solas
pero soberanas.
BARBECHO
Como si todo el cuerpo
se tendiera al sol
para curar
vacío ya
de huesos
y dirección
tela,
muerte del músculo
carente de intenciones.
Habitar
arena/hierba/asfalto
hasta secarme
y que ya no quede nada
toda esta carga
de heridas
que no me pertenecen
y las nuevas
Que me vacíen
con una cuchara
y sea tan ligera
que no sienta
ni la piel
que mis pasos
solo me lleven
a donde deba llegar
Y yo dejarme ser
toda entera
Ojalá tuviera alas
hermosas mías
que me abrigaran
brillantes
para poder creer
con ellas
que por fin
soy suficiente.
ESTAR VIVA
Soñamos
con la vida que jamás será
mientras los días
nos miran perplejos.
Escudriñamos el tiempo:
o moldeamos cada segundo
para dotarlo de sentido
o lo perdemos inútilmente.
Pero un día
se extingue la vida
y el surco en el alma
ya no tiene medida.
Y rezamos,
abalanzándonos sobre Dios
tachándolo de injusto
cuando nadie nos prometió
en realidad
nada más
que este instante
que ya no es.
TODOS LO SABEN
Déjame
que al menos sea yo
por fin la que decida
que mi palabra
sea tangible
Látigo que duela
La esquina oscura
que fue tumor
desde antes
mucho antes
ahora es espera
Y yo
que solo me tengo a mí
demasiado humana
demasiado brecha ya
deseo d e s i n t e g r a r m e
Deseo
la división molecular
que las raíces no sean anclas
dejar que tu tristeza total
no socave siempre mi alegría
Des anudarme
Flotar
en mis silencios
Déjame ser
aire
al margen del final
al menos
hasta que llegue.
VIOLENTA LUZ
He esperado
poder ser
luciérnaga,
resucitar en vano
después de tanto lodo
Creído
que podía albergar
adentro al mundo
para que no pasara frío
siempre a costa de mi frío
He soñado
que podía alcanzar la paz
escondiéndome
desactivando mis sensores
que la vida sin amor era posible
Pero todo era mentira
y aún sigo sin saber cómo quedarme
lejana siempre
sin brújula ni asidero
giratoria
He estado sola
cicatrizando
y sola sigo en este viaje
de líneas curvas y maleza.
Pero es más fácil
cuando recoges mis cenizas
y en tus manos
son polvo de galaxias.
SI TODO FUERA ESTO
En días como este
donde el sol dora mi tiempo
y hace frío en las pestañas
pero por dentro borboteo
quiero vivir despacio.
Agarrada a tu deseo
solamente
sin que duela nada tanto
a pesar de nuestro impulso
Alfa
sin heridas.
Acariciar las horas
en que consigue descansar
esta máquina de letras
que apenas cesa
hasta tu tacto.
Si yo pudiera
entender
cómo lo haces:
coserme las ganas
cada madrugada.