BAQUIANA – Año XXV / Nº 131 – 132 / Julio – Diciembre 2024 (Poesía III)

FOTO SECCIÓN POETICA

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NORMA GUZMÁN LÓPEZ 

Nació en San Antonio, Texas, EE.UU. Poeta y profesora. Se ha dedicado a la enseñanza de idiomas, en particular, el inglés y el español, según la necesidad escolar. Se formó en Literatura Comparativa, enfocándose en los idiomas Latinos. Tiene una maestría en Español de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans y otra en Educación de la Universidad de Texas en Austin. Su poesía suele emerger en español a pesar de que su primer idioma es el inglés. En 2018, empezó a solicitar la publicación de sus textos. Tuvo su primer éxito en la revista literaria Azahares publicada por la Universidad de Arkansas, Fort Smith, en 2019. Es parte de la antología impresa Somos Xicanas que publicó la prensa Somos en el verano de 2024.

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TE SOÑÉ

 

Te soñé en mis brazos,

pelirrojo e incongruente,

sobreponiéndote mis deseos

inconscientes de un futuro

que desconoce lo que es

andar por los rincones—

quietecito como ratoncito—

lugar de los arrimados y

subyugados.

 

Te vi como si estuvieras aquí,

ya el hombre que me podrá salvar,

el único que me podrá quitar

la amargura de los años cuando

no podía dejar de ser quien era—

¿existe otra alternativa?—

ratoncito aún a pesar de los aires

de mentira en los que me envuelvo

para no deambular desnuda.

 

Te soñé en mis brazos,

carente de malicia,

pureza de miel

–color de mis penas–

burlándote de mis

sentimientos mezquinos y

enfrentando la vida

llena de sol y sudor

como se debe, sonriente,

café oscuro predominante.

 

 

LA PESADILLA

 

Lo sufro todos los días

a ese hijo de quien hablan,

a ese hijo que describen

como si no habrían pasado

treinta y tres años que empezó

la pesadilla en donde yo me levanto

y hago de comer y salgo a trabajar para

hacerle los gustos a toda la clientela

todo el santo día de dios, y

regreso a que me vean los hijos—

la ilusión vale por algo, me digo—

antes de ponerme el vestido

que más me gusta combinado

con los tacones altos que hacen

lucir más joven mis piernas,

para después salir a beberme

unas copas con cualquier fulano

que me guste porque todavía puedo,

y bailar con él si me da la gana

o reírme cuando lo mando al carajo

porque todavía puedo,

como si no habrían pasado

treinta y tres años que empezó

la pesadilla en donde los tiempos

se encojen y se confunden

de tal manera que vivo perpetuamente

y hasta que me muera el día

que vi la verdad en sus ojos.

 

 

CORRÍ

 

Corrí desde la selva constrictora

solo y sediento por calles donde

nadie volteaba a verme, ocupados

con su propia sed y soledad;

 

corrí para alcanzar el tren, lleno

de bestias de labor, quejándose

bajo el peso de un viaje que nunca

termina para los más resistentes;

 

corrí por el desierto chihuahuense

acompañado por las viboras y los lagartos,

por un alacrán que me asedió hasta

que aprendí cómo ser alacrán;

 

corrí de la juventud hasta la sabiduría

prematura, ganada sin el mínimo

intento, y que en todo me acompaña

por más que la quiera olvidar.

 

Aquí vinieron a encontrarme.

 

 

CUANDO PIENSO EN TI

 

Cuando pienso en ti

te escribo aunque

no me estés escuchando

porque mi pensamiento

no se detiene hasta que

reconozcas que te corresponde,

hasta que lo aprecies;

fluye y evoluciona,

crea y deshace,

continúa solo lleno de ti

sin ti, compone escenas

a su manera dejando huellas

en mi alma más reales

que las de carne y hueso

porque mis palabras

no te buscan a ti,

me descubren a mi.

 

 

LA VIDA ES TAN RARA

 

La vida es tan rara

que te pido tortillas—

medio kilo, no, un kilo

porque mañana serán rajas

y pasado carnitas, para

tener también para

la hija y su novio

o la amiga que a veces

viene sin avisar

(es siempre mejor tener suficiente

tortillas, me gustan las migas)—

pero hoy nunca llegas.

 

 

LUNA AZUL

 

Hasta donde el mar se traga

la tierra persigo la promesa

de sangre imprevista,

color de piel quemada;

 

hasta donde las olas quiebran

la arena me atraes para que

te pida un instante

de verdad que dure;

 

hasta donde los peces

nadan sin entrañas vengo

a estremecerme de frío,

a esperar mi audiencia;

 

hasta donde se reúnen

las gaviotas corro para que

me huyan a reírse de

mi esperanza en lo oscuro;

 

hasta donde el sol te borra

en un momento de duda

llego a perderte porque sólo

a los dignos se les obsequia

la luna azul sangrienta.