BAQUIANA – Año XXV / Nº 131 – 132 / Julio – Diciembre 2024 (Poesía I)

FOTO SECCIÓN POETICA

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JAVIER CLAURE COVARRUBIAS 

Nació en Oruro, capital folklórica de Bolivia. Poeta y periodista cultural. Es miembro del Pen-Club Internacional, de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE), de la Sociedad de Escritores Suecos y del Movimiento Poético Mundial (World Poetry Movement), entre otras organizaciones. Tiene poemas y artículos dispersos en publicaciones de Suecia, Bolivia y en diferentes sitios de Internet. Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa (Estocolmo, 1991). Formó parte de la redacción de las revistas literarias Contraluz y Noche Literaria. Algunos de sus poemas han sido seleccionados para las siguientes antologías: El libro de todos (1999), La poesía en Oruro (2005), Poesía boliviana en Suecia (2005), Poesía Boliviana Contemporánea (2007), Antología Comentada de la Poesía Boliviana (2010), Antología de la poesía universal, poetas del siglo XXI (2010), Poesía Solidaria (2013), Antología poética de amor y desamor, España (2016), Antología poética bilingüe rumano-español, Rumania (2016) y Antología del Festival Internacional de Poesía Benidorm & Costa Blanca (2016). Asimismo, forma parte del Diccionario de autores orureños (2007). Ha participado en el Primer Festival Internacional de Poesía, Benidorm y Costa Blanca (España, 2016), en la cuarta edición de los Encuentros Internacionales de Poetas en Telciu (Rumanía, 2018), en el XVI Aniversario del Liceo Poético de Benidorm en Priego de Córdoba (España, 2019), en la lectura poética de la Asociación Cultural “La Empírica, Espacio de Arte y Creación” en Granada (España, 2019) y en el Primer Festival Internacional de Poesía Diverbium en Madrid (España, 2019). Ha publicado los libros de poesía: Preámbulos y ausencias (2004), Con el fuego en la palabra (2006), Extraño oficio (2010), Réquiem por un mundo desfallecido (2014), De Escandinavia a los Andes (2016) y ¿De qué espejo está hecha la vida? (2024).

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EXTRAÑO OFICIO

 

Me he dedicado
al extraño oficio de escribir poesía
porque la vida agridulce
es un póker de tres púas,
y en su vaivén, atado a mis sueños,
mis lamentos
y mi traje de ermitaño,
caminé con una llaga en el costado
entre rosales y ataúdes

Escuché
el sollozo del trueno enfurecido
y vi ríos desembocando en el torrente;
aquel día
derramé mis poemas gota a gota
y escribí al amor, a mi hija, a la patria,
a la muerte
a las mujeres que me abandonaron
y a esas que abandoné
cuando me abría el pecho para sacarme
el líquido muerto de las costillas

Ahora estoy aquí vagabundo
con el corazón desdoblado
de frente a mi propio abismo
que me persigue como una amante
lloriqueando por las calles

Mis poemas son jazmines
barcos de dulces y sangrientas palabras
que germinaron desde mis nervios
apuñalados
con la tibieza del diario vivir,
desde pesadumbres y temblorosos rayos
que agotaban mi alma en la madrugada

A veces he querido que sean
estructuras de grandes edificios
y de obeliscos que adornan la ciudad
más que cartas de artesanos
son floreros anunciando
noticias cotidianas:
tarde se iban
y temprano volvían

A decir de mi poesía
mis versos han nacido
angustiosos, felices, rebeldes y caprichosos;
la libertad de escribir
se ha hecho necesaria a mi presencia,
y a los hijos de mi pulso
los defiendo a capa y espada.

 

 

YO NO SOY DE MEDIAS TINTAS

 

Yo no soy de medias tintas
llegué al mundo
cuando el asfalto se rajaba por el frío
el vientre de mi madre se expandía
las contracciones eran tormentosas
y la envoltura rodaba poco a poco

Yo fui marcado
por la sangre infatigable
por el ímpetu que se alzaba
en el cordón umbilical no cortado
o tal vez por el humo de las maderas
que ardían como mejillas en lo crudo
y dicen que mi primer llanto
era como la música de un lucifer

Yo nací con las manos grandes
y todos pensaron que iba a ser ladrón
pero una gitana tiró las cartas
y me salvó de esa mala suerte
afuera, cerca de la maternidad
ofrendaban la placenta a la Pachamama *

Yo fui mensajero del huracán
subía a los techos
moraba en los cerros con botellas vacías
cazaba arañas, sapos y lagartos
frente a frente los formaba
como soldados y universitarios
listos para la pelea

Yo veía desfilar a las hormigas
y pensaba que una lata tirada en la calle
era la otra cara de un talismán
y que un tropel de caballos
los juguetes que traía Papá Noel
pero ese señor de barba blanca
nunca fue justo con toda la población
de niño
no sabía de la peste en el cañaveral
ni del estremecimiento de las flores
yo veía orinar a los perros en las paredes
y creía que el 7 estaba dentro del 8
y que las dalias eran altas como el tejado

Yo fui travieso con ganas
un chiquillo precoz y curioso
no temía al demonio
y en mis humildes zapatos
llevaba misivas electrizantes
y me decían pajarillo manzanero
y en mi pequeño laberinto
aprendí a jugar
con números, con letras y con pólvora

Yo jamás obedecí a los curas
porque eran mentirosos sin orejas
colaban el café
con papel de las Santas Escrituras
de adolescente
llevé nardos a los muertos
escuché rezar a los ciegos
le desafié al destino
le puse cara de palo
cuando quería atacarme por la espalda

Yo no llevo antifaz
porque me gusta que vean la carne de mi rostro
ahora de viejo
soy un pajarraco
llevo este vivir tan mío
esta sed tan clara
y diferente a las demás
soy como los salmones
nado contra la corriente
y renuncio a toda imposición
no dejo avanzar la maleza ni un milímetro
soy capaz de poner límites
de dar forma al roble
y de quitar
el último deseo que aspira a la maldad

Yo soy la bulla
que saca puntas a la verdad
a mí, que no me vengan
con lágrimas de cordero
ni con billetes falsificados
porque yo soy la flecha que rompe
la palabra oculta en cada lengua
soy ácido sulfúrico ante el delito

Yo no soy de medias tintas
ni tengo santo de devoción
hago caso omiso a la monarquía
yo trato de estar al pie de la franqueza
primero observo la realidad
y luego lanzo mis dardos que matan
mi único negocio es transgredir el lenguaje
pero no los valores humanos

Yo he besado a mi hija
diciendo buenos días
y le he dicho que mire hacia adelante
yo descubrí cómo hipnotizar a los insectos
y a los bufones en la distancia
de la ecuación triangular
soy el pensamiento insurgente
el tripulante que acarrea ascuas al camino

Yo separo el agua del aceite
las sombras de la luz
casi como mago, casi en clandestino
y en medio de este vaivén
soy el germen de mi poesía
el arquitecto de incendios
y a ese extraño oficio
que pasó por preámbulos y ausencias
lo sigo machacando
en este réquiem por un mundo desfallecido.

* Pachamama: Madre Tierra.

 

 

LA PALLIRI *

 

La palliri
es una mujer solitaria en los desmontes
madre, esposa o quizá viuda
que emite señales a golpe de cincel
el martillo es su rosario
las piedras su oración
en la última entraña de la puna

La palliri
de trenzas gruesas y pálida sombra
martilla y martilla para encontrar el dorado
templa el aire de esperanzas
víspera de ilusiones es cada segundo
pero en su vieja canasta de mimbre
sigue ardiendo el fuego de la Inquisición

La palliri
dedos callosos y pómulos partidos
siembra semillas, jamás cosecha frutos
y en sus polvorientos atados
la vida tiene otro palpitar
cien gramos de estaño en la balanza
y toneladas de quebrantos en su estómago

La palliri
hija del telúrico temblor
recolectora de minerales en plena desolación
Penélope del altiplano entre cascajos
teje y desteje sueños en su mandil
y en el dobladillo de su pollera
encuentra las cruces de su existir

La palliri
más fuerte que el viento gélido de la pampa
más vulnerable que los dolores del alma
es un grito abrumador en el campamento minero
no fue a la escuela
nunca tuvo un sillón para apoyar su adolorido cuerpo
ni tampoco vino Dios a su encuentro.

* El apelativo de palliri viene de la palabra quechua “pallar” que significa recolectar. La palliri es generalmente una mujer que escoge a martillazos, el mineral de las rocas.

 

 

LA NOCHE

 

La noche abortó cuatro estrellas
delante de un hospital
y respiraba como una serpiente recién nacida
para dar paso a lo invisible
en el útero partido por el mismo arcángel
la noche con sus quejas, sus duendes
y su titilar en la última trinchera

La noche trenzada con hilo de tarántula
repitiendo incansablemente su nombre
clavado a las cuatro estaciones del año
la noche que lame con su espátula rugosa
letreros, calaminas, semáforos
y cosas que incumben a la propia oscuridad
atrapadas en bateas por hechiceros

La noche fugitiva que lloriquea
por no haber conseguido la paz
y se come las uñas de bruja
la noche cobarde de Obama y sus halcones
dignos de cortar los meses con alfileres
con “bombardeos humanitarios”
y sus aviones no tripulados

La noche rebelde
que se apodera de los combustibles
para quitarle lucro al forastero
la noche que se despoja
de su esclavitud
de sus cadenas
y de sus tabúes

La noche prostituta que se ama a sí misma
y se revuelca bajo un sombrero
el jueves llovió noche
el domingo lloverá noche
no precisamente porque se excita de sudor
sino porque los días mueren de angustia
como mariposas empotradas en cemento fresco

La noche tuerta
que escupe bronce hirviendo
a los que han pagado con mala moneda
creando una regla de tres cruces
la noche que en sus hombros carga
a jinetes y a criminales
con el puño extraviado en las tinieblas

La noche con su velo rasgado
agazapada a los durmientes
desde donde gotea cubos sobre el asfalto
la noche, un pájaro en llamas con las alas abiertas
emitiendo juramentos
diez mil silbidos de advertencia
y furiosa resbala por los postes

La noche alrededor del poeta Jaime Sáenz
donde se duerme y no se duerme
adversidad que habita en los toneles de alcohol
la noche con sus relojes
su desenfrenado proceder
y sus cristales alumbrando los campos
por donde pasa la noche de puntillas.

 

 

BÉSAME

 

A Mariama Diallo, Senegal
La memoria de un hombre está en sus besos.
Vicente Aleixandre

 

Bésame
con todas las consecuencias arraigadas a tu ser
poseída por el gran deseo de tu corazón
de ser nosotros dos jardines colindantes
estaríamos entre ocres y amapolas

Bésame
con tus cumbres empinadas
sin teorías de la relatividad
como si estuvieses besando
un cuadro en blanco y negro

Bésame
en el séptimo día
junto a la penumbra de tu silueta
cuando las velas hagan su agosto
y tu vestido adivine lo prohibido

Bésame
con tus brazos cruzados en mi cuello
gatita micifuz
como si todos tus labios
fuesen el candado entre tú y yo

Bésame
en tu noviazgo de mujer enamorada
con los colores del arco iris en tus párpados
y con Dakar a nuestro alrededor
donde anduvimos a solas frente a la Catedral

Bésame
de una manera no convencional
como si fuese un regalo por fin entregado
en la pista de ida y vuelta
que nos une en diferentes trayectorias

Bésame
con tus pestañas bien juntas a las mías
tu ombligo espejo del mío
por estar encendida a mi lado
troncos y fierros ardieron en el bosque

Bésame
con esa incontrolable sensación de mareo
que desmorona cualquier partícula
como si nuestros besos
fuesen una réplica inmortal de lo indescriptible

Bésame
en señal de tu gravidez
orquídeas, quizá filigranas son tus cabellos
siempre fuiste suspiro arrancado del calendario
y yo, el obelisco de tu bella pradera

Bésame
bajo esa llovizna, rocío de nuestro edén
como si tus elipses cayesen
a mi chúcara geometría
que desafía a tus ángulos semi ocultos

Bésame
simplemente, porque somos dos bocas andando
porque llevas mi cédula de identidad
porque yo soy, el relámpago que te hace relampaguear
y tú, el amor que me hace amar.

 

 

12 DEL DÍA

 

Mi madre murió
cuando el soldado desconocido
andaba sin escudo
desde entonces no festejo
el día de la madre
odio el siete perverso de infinitas puntas
y los espejos desprendidos
de toda realidad

Mi madre se fue como Mambrú
de espaldas, en un pulmón sin aire
y se llevó mis angustias
mis llagas de corazón abierto
mis entrañas de dolor cuchillo
y mis efervescentes desvelos
que a veces lloraban
como barcos enloquecidos al hundirse

Mi madre murió
cuando los Reyes Magos
andaban incompatibles
nada de incienso, ningún camino,
ninguna palabra
nadie supo del secreto
ni de la galaxia de capa suelta
cuaresma de gritar a boca abierta
ante el cielo
que se hundía arrodillado bajo las fachadas

Mi madre desapareció
envuelta en túnica de sándalos
con muecas como Cristo en el madero
inmóvil rostro que soñaba en posición fetal
no era el viento, la montaña
ni el silbido de los trenes
no era tampoco
la última cena puesta de cabeza
era mi madre la que puso
su verdadera historia al amor
era ella la que tejió
con pulso de primaveras, de lluvias y vientos
que adornaban mi infancia y juventud

Mi madre se marchó
de mirada en mirada
como una súbita alondra
cuando trajinaba la muchedumbre
cuando el enigma compartía su asombro
entre locutores de aire cortado
y sacerdotes de cuello muerto
que levantaban el cáliz odiosamente

Mi madre murió
bajo la quietud de un gris otoño
entre murmullos y melancolías
que cruzaban un día anochecido
¿Saben ustedes señores
por qué el tráfico parpadea
con siniestras pestañas?

Mi madre cerró los párpados
en un abrir y cerrar de ojos
para reconciliarse con el eterno sueño
desde entonces
la casa está vacía
los relojes se tumbaron boca abajo
el silencio resbala por los muebles
y un inmenso árbol
creció en el camposanto

Mi madre se calló para siempre
y nunca más podrá cantar
“adoro” de Armando Manzanero
ni podrá decir:
“naranjas, madeja, hasta luego,
aceitunas, dedal y buenas noches”
¿Saben ustedes señores
por qué se fue mi madre?