BAQUIANA – Año XXIII / Nº 121 – 122 / Enero – Junio 2022 (Poesía V)

FOTO SECCIÓN POETICA

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SAMIRI HERNÁNDEZ HIRALDO

Nació en Carolina, Puerto Rico (1968). Poeta, narradora, investigadora y profesora universitaria. Obtuvo un doctorado en antropología en la Universidad de Michigan. Ha escrito artículos, capítulos y reseñas en su área académica. En 2006 publicó, Black Puerto Rican Identity and Religious Experience (University Press of Florida 2006; 2014). Actualmente enseña antropología, religión y estudios de la mujer en Florida Agricultural & Mechanical University en Tallahassee e investiga la re-africanización en Puerto Rico y la diáspora puertorriqueña. En 2012 Samiri fue finalista en el concurso Premio Paz de Poesía de la Serie Nacional de Poesía (en honor a Octavio Paz) por su colección de poesía, “Entre borrosas guardarrayas”.  Sus poemas han aparecido en PALARA (Publication of the Afro-Latin / American Research Association), Chicana / Latina Studies: The Journal of Mujeres Activas en Letras y Cambio Social, The Griot: The Journal of African American Studies, The Acentos Review, Azahares , Latin American Literary Review, Latino Book Review, Letralia y The Journal of Latina Critical Feminism. Su colección de poesía y fotos “Nomads” se exhibió en el festival Scene in Wakulla 2017 en Florida. Ha publicado cuatro libros de poesía: Al Vapor (Madrid: Editorial Calíope, 2020), Cuando el líquido es sólido y Perforaciones (Miami: Publicaciones Entre Líneas, 2021), The Five Legs of the Cat (Ithaca: Saddle Road Press, 2021). En la actualidad continúa escribiendo poesía y narrativa (de ficción y no ficción), coordina eventos de poesía como miembro de la junta directiva de Palaver Tree Theatre (una organización sin fines de lucro que promueve las artes en el área de Big Bend en la capital de la Florida) y es parte de las agrupaciones 100 mil poetas por el cambio y Poetas sin fronteras.

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PALIMPSESTO (POR ALGO SE EMPIEZA)

 

De no pasar las páginas

Trato de borrar-borrar-borrar-borrar

Sin lacerar

Como quiera

El screen con tape opaco

El mosquitero con imperdibles o hilo y aguja, sí, hilo y aguja

Las pantyhose con esmalte de uñas

El velo de abuela orando por el alma de su hijo muerto de un solo disparo

Y el de una vez en el templo de Israel

 

Dios, comenzando con los flecos de sus vendajes

 

*Coincidencia que mi tío también se llamase Israel, no solo para este poema volver a leerse.

 

 

LO QUE DA EL MUNDO

 

Un clavo saca a otro clavo

Y el tornillo sus bravas vueltas

El hueco de la flauta espera

Por el sonido con el movimiento de la boca los labios la lengua

El del ojo por la lágrima

La lágrima por el indicio del alma de agarrarse cabal

 

El espacio entre escombros con o sin señal de humo igual de desliza

El de entre columnas, animadas de fondo, sirve de sediento espía

Igual que el de entre las ramas hasta en los cables se siembra

El de la rueda si se empuja hasta sobre altos lomos llega

Y el entre el resto del cuerpo y las alas

En el mar de aires se drena

 

Burbujas peregrinas

 

 

OJOS AZULES

 

El cielo no acaba de salir (como si pequeño capullo entre colibríes)

Y no sé si por la timidez

del azul, las ramas tejadas,

el cansancio de mis brazos, mis ojos distraídos a orillas de la charca tan despeinada.

 

 

BOSQUE DE ESTRELLAS

 

Vivimos ni el vaporoso otoño sin ellas

ni siquiera las febriles luces de Yauco o Humacao

sobornan para no verlas

sin haberlas cavilado tanto

en cuclillas nos esperan

como si hoy, ahora mismo fueran

dispuesta claraboya de Aguada,

Las Marías, Salinas, o Barcelonesa

 

Las revivimos, estanque con caldo espeso,

conforme al afán de escuchar ineludible “San Sebastián” cuento

aún sin el usual fff de festival final feliz

o hasta por las marinas grietas

de momento mestura de brinca-mojarra insistir,

la larga lista de créditos bajar o subir, el fermentado elipsis

 

Ellas nos han sugerido tan El Yunque reposar

alambrada de renacidas verdes cotorras

teniendo que optar por tan sagrada preferencia:

la que menos brille para dejar nunca, nunca de brillar

 

 

LIMINALES

 

de palangana

Tanto subir

Para el hueco

Hormigas con boreales alas

 

¿Y por qué en vez

De un poema,

Una fotografia?

Para mí,

Que las hagamos llenar a ambas

Lo mismo que el espacio entre que les acompaña

 

a la intemperie

Le entré como pude

Sintiendo los pies tan distintos

Mis ojos la lamen

No pudo de mi escaparse

Ni yo de ella

Llovizna de suficientes estrellas

Ayeres

Que según caen se dejan

Sobre pechoespaldas

Lenguas soñolientas

Se mece y se mece y se mece

Después del epígrafe

Por comenzar otro poema

Hacia afuera ella espera

Por las luciérnagas

Los tobillos mojados,

 

Mi oscuridad

 

 

ESCENA 4 (ULTIMÁTUM)

 

Estrella pedestre entre soplos montunos…

Tierra cabizalta. Le he coqueteado bajo portentes talofitas, mar-(ex[p])lícita.

Condensando fuera de la plataforma destorcida. Tan y tan bria.

De insistente ajustar…

 

Cerrado el telón (miles y miles de aplausos sin tiberio)

Al mando nuestras entretejidas pieles sobre cojines deseos

Sin fin