BAQUIANA – Año XVIII / Nº 103 – 104 / Julio – Diciembre 2017 (Poesía I)

FOTO SECCIÓN POETICA

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AIMÉE G. BOLAÑOS

Nació en Cienfuegos, Cuba (1943). Poeta, ensayista, profesora universitaria, crítica e historiadora literaria. Doctorada en Ciencias Filosóficas (en la especialidad de Literatura Latinoamericana) por la Universidad de Rostock en Alemania en 1982, ha sido profesora de la Universidad Central de las Villas (Cuba), de la Universidad de Ottawa (Canadá) y de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Brasil). En Cuba, fue presidenta del Consejo de Redacción de la revista literaria y cultural Islas, concebida originalmente por el escritor Samuel Feijóo, dedicó dos libros de estudios literarios a la obra del narrador Félix Pita Rodríguez y le fue otorgado el Premio Nacional a la Mejor Obra Científica por sus capítulos en el libro de Historia de la literatura cubana en 1995. Es miembro del Consejo Editorial de la revista Signo, del Departamento de Letras de la Universidad de Santa Cruz del Sur (Bolivia). Ha publicado numerosos artículos sobre poesía y narrativa cubana trasnacional, poesía española y latinoamericana, especialmente brasileña. En los últimos años se ha dedicado al estudio de la poesía femenina. Sus poemas aparecen en numerosas antologías, entre ellas, Catedral Sumergida (2013). También ha publicado el libro de ensayos Poesía insular de signo infinito. Una lectura de poetas cubanas de la diáspora  (2008) y la entrada sobre “Diáspora” para el Dicionário das mobilidades culturais: percursos americanos (2010, edición en francés, 2013). Entre sus libros de ficción: El Libro de Maat (2002), Las Otras. (Antología mínima del Silencio) (2004), Las palabras viajeras (2010), Escribas (2013) y Visiones de mujer con alas (2016). Desde 1997 reside en Brasil.

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SELFIES

 

I

Sudario vacío.

Tierra profana sin aguas.

Inmensidad baldía.

Fuego en cenizas.

Tiempo detenido

de la sombra solitaria.

Cansada melancolía

del viaje interminable.

 

II

Ahora que sigo igual

pero ya soy otra

miro sin ver desde el fondo

de mis espejuelos oscuros.

Triste tras un Picasso

de coloridas figuras sonrío.

Y dejo constancia

del venturoso desastre

de estar aquí.

Y en otra parte

que aún no tiene nombre.

  

 

DÍPTICO

 

I. Las Meninas de Brossard

La lluvia es una niña
         de cristal azul…
  Teresita Fernández

 

En el reino del Derecho y el Revés

dos niñas de cristal

corren libres y descalzas.

Cristal de Lola violeta

cristal de Lili rosada.

 

Al iniciar la ronda

van las dos de manos dadas.

La tortuga Manuelita

peces florecidos y babosas

todos celebran la danza.

 

Traslúcido brilla el rocío.

Renacido de la lluvia

el sol del trópico aguarda.

La isla inmóvil que viaja

es eterna el escenario.

 

Las dos niñas luminosas

danzan la felicidad

del sueño aún no soñado:

Verde tierra del sin fin

Azules aguas insondables.

 

 

II. En el mercado chino

 

En el mercado chino

de una tarde de Brossard

los peces ondulan quietos

sin destino ni misterio.

Los paseantes van inmóviles.

Las frutas yacen calmas.

 

Sin metafísica ni dialéctica

veo el fin de lo concreto

en las flores y cangrejos.

La universal inconsistencia

habita unas coles frágiles.

Todo aquí está acabando

recordándonos que somos

seres de hambre constante.

 

Cayó el Imperio Romano.

La Atlántida ha desaparecido.

El Titanic ya se hundió.

Se acabaron los relatos.

No hay más mitología:

nos comeremos vivos.

La historia es tabla rasa

donde vegetales y carnes

se exhiben impávidos.

 

Recostada en sacos de arroz

me pregunto por qué estoy

y quién soy en esta hora.

 

 

TRIGRAMAS

 

I

Armonía perfecta.

En las notas de la fuga

el pájaro se detiene.

 

II

Invoco con fe

los irremediables olvidos

en la memoria vivos.

 

III

A camino del origen

los viajes tienen regreso.

Solo el viajero no vuelve.

 

IV

Mar sin fondo

anclado en la Isla.

Tentación del abismo.

 

V

Quién me diera la visión

desde el punto ciego

de la vida.

 

VI

En la desasosegada

paradoja

la verdad ideal existe.

 

VII

Me visitas desvalido

con un rostro

que ya no conozco.

 

VIII

Nunca desees mi vuelta.

Escogí

el compasivo Leteo.

 

IX

Aún amo

esa espada sangrienta

con que cortas mi cabeza.

 

X

Oquedad de los espejos:

soy todas las que no fui

en una transfigurada.

 

XI

Agua sobre fuego.

Ardua búsqueda

del orden sobre el caos.

 

XII

Si un soplo

si una llama

si todo lo que se apaga.